El fuego no da tregua a los parques Otuquis y Ñembi Guasu

Tres frentes de incendio golpean a la reserva natural de Puerto Suárez. El biólogo y técnico de monitoreo de la zona explica la crítica situación.

Hace tres semanas, cuando una lluvia parecía aliviar la situación. Foto: Rocío Lloret
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La Región

El fuego parece inofensivo. Como una pequeña fogata que se pisa y se liquida. Pero basta un cambio de dirección del viento y el ascenso de la temperatura para que esa llama raquítica se convierta en un gigante de varios metros, que se mueve a lengüetazos y avanza firme, sin que humanamente sea posible detenerlo. Así se vive la situación en el Parque Nacional ANMI (Área Natural de Manejo Integrado) Otuquis, ubicado en el municipio de Puerto Suárez.

El biólogo Suri Cabrera Barea, técnico en monitoreo del lugar, explicó a La Región que actualmente en esta reserva hay tres frentes de incendio, los cuales aumentaron de tamaño e intensidad: por el Norte, en el distrito Yacuses; al Sureste, en el distrito San Juan, y al Oeste, en el distrito de Charagua, que pertenece a la jurisdicción de Roboré.

En el primer caso, el punto más próximo para enfrentar las llamas está a tres kilómetros y el más lejano a 20, según coordenadas sacadas del sobrevuelo. En el lugar se encuentran el jefe de protección del área, cuatro guardaparques y dos voluntarios. Hasta esta mañana se esperaba el sobrevuelo de naves para que descarguen agua, pero no hubo tal respuesta.

En el distrito San Juan hay un tractor oruga haciendo una brecha limpieza de 15 kilómetros de largo por 15 metros de ancho. Cuatro guardaparques y 30 soldados combaten el fuego. Sin embargo, explica el experto, si no se controla el fuego en la parte Norte, esta medida no será efectiva.

En la zona Oeste, la velocidad con la que actúan las llamas es incontrolable. El monitoreo da cuenta que no existe personal ni atención, ya que pertenece a la jurisdicción de Roboré y llega hasta Charagua. Aquí se encuentra el parque natural más joven del país: el Ñembi Guasu. En este punto la situación es crítica, por lo que se recomienda hacer múltiples descargas aéreas, al tratarse de un bosque chaqueño de muy difícil acceso.

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Zonas ganaderas

Este tipo de llamas, que parecen inofensivas, se reactivan fácilmente con el cambio del viento.Foto: Rocío LLoret

En dos de las tres zonas mencionadas hay predios ganaderos; en el distrito de Charagua no hay vivientes, pero sí una riqueza natural diversa. Hasta el momento, por el informe de Cabrera, se sabe que en el Otuquis se cuenta con el apoyo de 30 soldados, además de los guardaparques.

En cuanto a logística, hay dos camionetas, un cuadratrack, handys y una computadora personal. Maquinaria pesada: un tractor oruga, un camión cisterna, herramientas suficientes para el cuerpo de protección y para los voluntarios actuales.

Todos ellos realizan la búsqueda de focos de incendio por tierra, a partir del monitoreo satelital. Esto porque como explicó el biólogo, cuando los vientos se tornan en dirección sur, parecería que se sofocaron las llamas, ya que bajan su intensidad y, muchas veces, ni siquiera el satélite detecta esos focos. Eso pasó el lunes, por ejemplo. Pero ni bien cambia la dirección a norte, suben las temperaturas y se reactivan los incendios.

Cuando esto sucede, la situación es insostenible, como sucede en este momento. “El personal es insuficiente para la cantidad de focos que se multiplican, principalmente en los días con mayor temperatura y viento. Se necesita bomberos voluntarios con la mayor autonomía posible, voluntarios con drones que colaboren en la identificación de los puntos de calor, mas orugas (el fuego necesita ser detenido con maquinaria pesada), más cisternas, motosierristas con su herramienta, uniformes para bomberos voluntarios, herramientas, mochilas”, dice Cabrera.

Para Nelson Pacheco, voluntario que recorre la zona de la Chiquitania, es doloroso lo que sucede, mucho más en lugares como el Ñembi Guasu, donde el fuego no da tregua.

Según la descripción, los focos de incendio se multiplican y aumentan en magnitud; otros que se habían combatido, se reactivan. Las áreas son muy grandes para el poco personal y logística con los que se cuenta.

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