• En las 49,8 hectáreas existen cinco “curichis” o cuerpos de agua, dos son estacionales y tres permanentes. Es el refugio de 225 especies de fauna silvestre y de 147 especies de flora.
  • Estudiantes de diferentes niveles asisten a este lugar para aprender, investigar o desarrollar tesis.
  • Entre los beneficios que genera el curichi La Madre están la regulación hídrica, regula la temperatura, los vientos. Además, conecta con otras áreas de vegetación urbana.
Una educadora ambiental muestra a los niños el vivero forestal. Foto: Doly Leytón Arnez

Por Doly Leytón Arnez / Fotos: Reinaldo Sameja

Es el primer lunes de noviembre. En vez de cuatro paredes y un amplio pizarrón, hoy los alumnos del quinto de primaria de la unidad educativa John F. Kennedy tienen como escenario de aprendizaje el humedal más importante de la ciudad de Santa Cruz: el curichi La Madre.

Visten zapatillas, algunos llevan gorras y botecitos de agua por si les da sed.  Todos están ansiosos por iniciar el recorrido pero antes de empezar a caminar por los senderos flanqueados de árboles, los guardaparques hacen una breve presentación acorde a la edad de sus visitantes.

La extensión de esta área equivale al tamaño de 11 canchas de fútbol y es el hábitat de osos perezosos, capibaras, monos, ardillas y también serpientes, entre otras especies.

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El curichi La Madre cuenta con varios senderos para el recorrido de sus visitantes. Foto: Doly Leytón

El curichi La Madre es un humedal urbano, situado al oeste de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Es un bosquecito dentro de la ciudad donde habitan especies de plantas y animales que están en su hábitat natural, están libres.

Según los guardaparques y guías, la vegetación de este sitio permite regular los vientos, el agua y hasta la temperatura, lo que beneficia directamente a los habitantes de la ciudad.

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Pasado el preámbulo, ordenados en fila, los escolares siguen a los guías que organizan dos grupos para iniciar el recorrido por sendas opuestas, establecidas para este tipo de visitas en una pequeña parte de las 49.8 hectáreas.

Los guardaparques, capacitados también como educadores ambientales, muestran las diversas áreas en las que destacan el vivero forestal y de árboles nativos que serán destinados a la arborización de la ciudad y de otros parques urbanos. Además de enumerar los beneficios del área protegida municipal, los guardaparques muestran los lugares donde se aloja el agua y explican que allí cuentan con tres humedales o curichis que son permanentes y otros dos estacionales que se secan o tienen agua de acuerdo a la estación del año.

El curichi La Madre cuenta con cinco cuerpos de agua: dos estacionales y tres permanentes. Foto: Reinaldo Sameja

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Con suerte, los pequeños visitantes pudieron ver una ardilla, algunas aves del lugar y un mono curioso que se posó en uno de los grandes árboles para ver el paso de la gente. Uno de los sitios favoritos en el recorrido infantil es el sendero del amor donde se encuentran unidos, de forma natural, un imponente árbol de bibosi y la palmera motacú. Allí los funcionarios municipales hacen una parada para contar la leyenda del “Bibosí en Motacú”, ante la mirada atenta de los escolares.  

“Enseñamos la preservación y el cuidado medioambiental y así mismo les hacemos conocer nuestra área protegida. Aquí los niños aprenden la importancia de los árboles y experimentan la regulación térmica, que es uno de los beneficios por la inmensa cantidad de árboles que tenemos”, explica Rojas.

Sin duda es un espacio para disfrutar y sobre todo de aprendizaje, no solo para niños sino también para personas de todas las edades. El curichi La Madre es visitado por investigadores y estudiantes universitarios que realizan diversos trabajos y tesis a solo requerimiento formal, mediante una carta.

Horario de atención: De lunes a viernes de 8:30 a 12:00 y de 14:00 a 18:30. En tanto que los sábados, solo de 8:30 a 12:00.

Entrada. El ingreso es gratuito. La entrada principal está ubicada entre el 4to y 5to anillo de la avenida Piraí. Ver ubicación aquí

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Está entre los 80 humedales urbanos más grandes del mundo

El curichi la madre es uno de los 80 humedales urbanos más grandes del mundo. Foto: Reinaldo Sameja

Según estudios realizados por la Fundación Noel Kempff Mercado en 2008, de las 49,8 hectáreas del área protegida, 14,69 corresponden a curichis. En tanto que un estudio realizado en 2015 por la Fundación Amigos de la Naturaleza da cuenta que se encontró 18,2 hectáreas con agua en toda el área.

Mauricio Zabala, Jefe de Área de Protección Ecológica, informa que el Área Protegida Municipal del Parque Urbano de Preservación Ecológica o mejor conocido como curichi La Madre, es uno de los humedales urbanos más grandes del mundo; está listado en el puesto 80.

El funcionario detalla que este sitio se creó como parque municipal en 1995 solo con 20 hectáreas y que cuatro años más tarde (1999), con la expropiación de Promabosque, se extiende a 20,84 hectáreas para consolidarse como un área protegida municipal en 2007 con las actuales 49.8 hectáreas.

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Zabala resalta que entre los servicios ambientales, beneficios que brinda el área natural, están la reducción térmica en la zona, (unos 4 grados menos en relación a otras zonas en la ciudad), la regulación hídrica, regulación térmica, eólica, fijación de suelo y la riqueza técnica científica de información de acceso público.

“El valor fundamental que tenemos es que (el área protegida) es como un riñoncito del río Piraí, si queremos verlo así; es como una esponjita que lo que hace es absorber agua en los cinco cuerpos de agua que tiene, en tiempos de lluvia, y en época de sequía devolver el agua al cauce del río. Además que funciona también como una pequeña llanura de inundación; en caso de que haya un rebalse puede contener algún tipo de rebalse natural”, explica.

Entre los valores de conservación del curichi La Madre está el de la regulación de la temperatura.

Educación ambiental

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La Dirección General de Medioambiente del gobierno municipal de Santa Cruz, ejecuta el programa Educación y Difusión Ambiental  a través del cual se enfocan en enseñar los diez mandatos ambientales, exponen también cuáles son los objetivos  de dicha unidad para que los estudiantes entiendan y aprecien lo que es un ecosistema natural.  “El curichi La Madre es un área de conocimiento técnico científico de investigación, abierto al público para todas las personas que quieran investigar, recabar información o empaparse de los beneficios de esta área natural. Es un área protegida reconocida, donde recibimos la visita de investigadores, estudiantes, pasantes; aquí realizan tesis de investigación. Algunas fundaciones como FAN, WWF, ocupan el sitio como un área extendida para las capacitaciones que tienen”, informa el Jefe de Área de Protección Ecológica.

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El curichi La Madre es es refugio de 225 especies de fauna silvestre. Foto Reinaldo Sameja

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El funcionario menciona que el municipio cuenta con un equipo de guardaparques capacitados para proteger el lugar y también para brindar la información necesaria a sus habituales visitantes; sean estos estudiantes de cualquier nivel de formación, familias o profesionales.

Para este trabajo se cuenta con distintos senderos de información. Según Zabala son tres tipos: para iniciales, que es donde se lleva a los escolares. Luego el sendero para pre profesionales, donde hay especies reforestadas arborizadas y la otra senda en la que se ve otras especies de cerebó y de manchas de mara donde se les muestra los tipos de plantaciones y el seguimiento que se hace.

Un ecosistema natural presionado por la mancha urbana

Foto: Doly Leytón

Este humedal es un ecosistema natural presionado por la mancha urbana en los cuatro puntos cardinales: al norte por la Radial 19 y la avenida Roca y Coronado, en la zona este, por el cuarto anillo; en la zona sur por la avenida Piraí; al oeste es la única zona más protegida porque colinda con el cordón ecológico del río Piraí.

Al respecto, el ingeniero Ambiental Limber Vargas, ex Responsable del área protegida, detalla que “en la zona oeste las amenazas son latentes porque se encuentra colindando con el condominio la Floresta que a medida que se fue consolidando alteró el flujo natural del agua, provocando un déficit hídrico en los humedales estacionales y, además, la intrusión visual es evidente. Con respecto a esta área uno de los sectores conflictivos es la zona este, de la avenida Piraí, porque colinda con el barrio las Carmelitas y los vecinos utilizan el área protegida como su patio trasero, se hallan muchos residuos sólidos en este sector por tal situación. Además, eventualmente se encuentran cazadores, personas que extraen la corteza de algunas especies para uso medicinal tradicional, quema de residuos, vertido de aguas residuales asimilable a domésticas, entre otros”.

Guardaparques realizan la  limpieza diaria de todo el perímetro, áreas adyacentes y al interior del área protegida. Foto: GAM SC

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Un guardaparque “llevará” el curichi al corazón de Santa Cruz

Cuando habla del curichi La Madre su mirada se pierde y su semblante se ilumina.  Reinaldo Sameja (44) es guardaparque desde hace 13 años, actualmente está designado al cordón ecológico del río Piraí pero, cuando no está en horario laboral, es en el curichi La Madre donde pasa su tiempo libre para registrar fotografías y videos de la biodiversidad de esta área natural donde también trabajó.

Este amante de la naturaleza pretende acercar el curichi La Madre al corazón de Santa Cruz,  con una muestra fotográfica gratuita en la Casa Municipal de la Cultura Raúl Otero Reichle, para que la población pueda apreciar y valorar las especies que allí habitan y conocer sus beneficios.  La solicitud que envió para acceder a una sala de exposición fue aprobada. En la muestra, que se inaugurará el 7 de noviembre de 2019, expondrá 100 fotografías durante un mes.

Reinaldo recuerda que comenzó a tomar fotografías con la cámara de un celular en 2010 y después obtuvo una cámara de bolsillo. Actualmente utiliza un equipo semiprofesional con el que logró registrar las 34 imágenes que expuso en su primera muestra fotográfica en el Museo de Arte Contemporáneo en junio de 2018, en homenaje al Día Mundial del Medioambiente. En esa oportunidad también mostró un video de 26 minutos.

Para esa muestra, comenta que gastó de sus propios recursos al menos 5.000 bolivianos ya que no logró el auspicio para la impresión.  Ahora, con un año de anticipación, dio el primer paso para consolidar la exposición en el centro de la ciudad y espera encontrar el apoyo de auspiciadores comprometidos con la causa que persigue: mostrar la biodiversidad y sobre todo dar a conocer la importancia de proteger este humedal urbano.

Él tiene una larga trayectoria como guardaparque, hace unos días recibió un certificado como Técnico Básico avalado por el Ministerio de Educación de Bolivia, pero es autodidacta en fotografía y ha realizado un curso de computación para administrar las cientos de imágenes y registros de video que ha logrado a lo largo de los años.

Un objetivo más ambicioso aún es la edición de un libro dedicado a este mismo sitio. «Para mí, el curichi La Madre es una maravilla que guarda el encanto de todos estos animales que viven y habitan en el lugar. Es un encanto en plena urbe, a solo 10 minutos de la plaza principal. Quiero que la gente lo conozca, lo visite, lo aprecie y sobre todo lo sienta porque mediante el aire se siente al curichi. Hay que cuidarlo”.


Un video que inspira a conservar el humedal urbano

El video que Reinaldo Sameja difundió en su primera exposición en el Museo de Arte Contemporáneo muestra la biodiversidad del área protegida: animales y paisajes que inspiran a conservar este hermoso humedal urbano.  «Las tomas muestran en detalle a los animales pero amplío la toma para mostrar que cada una ha sido grabada en el curichi», destaca el guardaparque a tiempo de mencionar que el video fue editado por un amigo con fracciones de tomas cortos que grabó en diversos sitios del humedal. 

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