La Región
“Estamos aquí, no como una medida política, porque lo que está pasando no es político, es terrible”. Francisca Matos expresa así la preocupación que viven las mujeres en las comunidades indígenas chiquitanas afectadas, no solo por los incendios, sino por una extrema sequía.
Ambos fenómenos provocaron la pérdida de cultivos y falta de agua; las obligaron a vender sus animales a bajo costo, y derivaron en la decisión de llegar a la capital oriental para pedir ayuda.
Francisca pertenece a la comunidad Sañorama de San Ignacio de Velasco y es presidenta de la su organización indígena. Junto a compañeras de instituciones similares de San Javier, San Rafael y Roboré decidieron llegar a Santa Cruz de la Sierra, donde instalaron dos puntos de acopio de donaciones: uno en la plaza 24 de Septiembre y otro en la Plaza del Estudiante.
Rosa Pachurí Parabá, presidenta de la Organización de Mujeres Rafaeleñas de Velasco (OMIR), explica que se quedarán hasta el arribo de la Marcha Indígena por la Chiquitania, que partió esta semana de San Ignacion de Velasco y que prevé llegar a la ciudad capital en 20 días.
Durante todo este tiempo, las señoras se irán turnando para venir, ya que no pueden descuidar sus hogares ni a sus animales.
“La situación nos ha obligado a venir hasta acá. Ha llegado bastante ayuda, sigue llegando, pero es para los bomberos. Eso está bien, pero la gente que está allá también necesita. Hace más de cinco meses que por allá no llueve”, lamenta Francisca.
Muchos de los hombres que están en la línea de fuego son esposos de las mujeres chiquitanas. Así luchan contra el fuego ⤵⤵
Recuento de los daños
Para las comunidades indígenas que están a kilómetros de la carretera Bioceánica, el principal problema en este momento es la pérdida de sus cultivos, lo que representa la falta de alimentos, así como la sequía, que deriva en falta de agua.
Si bien en algunas hay la dotación suficiente, en otras, la gente debe ir a traer el líquido recorriendo varios kilómetros. “Y hasta para eso necesitamos recipientes, porque cuando vienen las cisternas, no tenemos en qué recibir”, asegura la dirigente ignaciana.
Marina Justiniano, presidenta de la Organización de Mujeres Indígenas Chiquitanas de Roboré, cuenta que en su municipio hay 16 comunidades. Ya entrada en años, relata que el fuego está en Limones y a tres kilómetros del pueblo, lo que representa un gran riesgo para las familias.
“Sabemos que el pueblo cruceño nos va a ayudar. Acá en la ciudad hay roboreseños y los necesitamos. Necesitamos todo, hay gente que ha perdido sus viviendas. Ropa, zapatos, alimentos, agua y también agua para nuestros animalitos”, dice.
Muchas de estas familias –explica Francisca- tienen unas cuantas cabezas de ganado. Pero ante la falta de forraje y líquido, se han visto obligadas a venderlas antes que ver cómo mueren. “Lo peor es que la gente que tiene plata, aprovechándose de la situación, nos paga muy poco, pero eso es mejor que verlos morir”.
Tato ella, como Rosa y Marina, recalcan que su presencia en Santa Cruz de la Sierra tiene que ver con la preocupación que tienen por su gente. Todas son madres de familia, que dejaron su vida tranquila en comunidades, desesperadas por lo que se vive.
“Nosotros estamos muy agradecidas por la ayuda que llega. Nos trajeron cosas de Yacuiba, de varias partes, muchas gracias. Pero quiero decirles que hacen falta más cosas, no se cansen de ayudarnos. Estar allá es otra cosa”, afirma la representante roboreseña.
Situación actual
De acuerdo con el reporte del Sistema de Alerta Temprana de Incendios Forestales (Satif) de la Gobernación de Santa Cruz, hoy se registran 47 incendios en 13 municipios de la zona de la Chiquitania. Las hectáreas afectadas en el departamento superan los tres millones de hectáreas.
Mientras las mujeres chiquitanas instalaban su puesto de recolección casi a las puertas de la Catedral, en medio de una intensa llovizna, desde sus lugares de origen les comunicaban que por allá no había caído ni una gota.
Un informe del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) da cuenta que habrá lluvias esporádicas en determinadas zonas, aunque no con la intensidad esperada.
Escucha el pedido de ayuda de Rosa Pachurí, representante de las mujeres indígenas chiquitanas de San Rafael.
