Esta pequeña comunidad, conformada por 25 familias, ha sabido desarrollar el turismo comunitario como un medio de vida sostenible
Cecilia Requena Gallo
Con una extensión de 105,2 ha la Isla de la Luna, también conocida como Isla Coati, es un destino que no se puede dejar de visitar en el recorrido por el Lago Titicaca. Esta pequeña comunidad, conformada por 25 familias, ha sabido desarrollar el turismo comunitario como un medio de vida sostenible, y alternativo a sus principales actividades de agricultura, pastoreo, piscicultura y venta de artesanías y textiles a los turistas.
Allí, están a disposición del visitante al menos siete hostales con capacidad para 40 personas, y con precios de Bs. 25 y 40 (Baño compartido y privado respectivamente), que son administrados por los mismos comunarios. El turismo vivencial (elaboración de artesanías, pesca, labranza de tierra, pastoreo, etc.) y paseos en bote, son parte de los servicios que ofrece la comunidad.
La construcción del palacio data del año 400 d.C., y se atribuye a la cultura Tihuanacota para ser usado como un centro de observatorio astronómico. Sin embargo, se cree que los incas, al ser un pueblo guerrero y después de conquistar a los tihuanacotas, utilizaron el palacio para guardar a las jóvenes vírgenes.
Ubicado al frente del imponente nevado Illampu, la infraestructura milenaria tiene una extensión de 55 m de largo y 24 m de ancho y cuenta con 35 habitaciones. Todo el conjunto habitacional tuvo dos plantas y en su frontis se aprecian símbolos escalonados y nichos trapezoidales.
Actualmente, por su marcado misticismo, este lugar, al igual que la Isla del Sol, atrae cada año a cientos de turistas durante el equinoccio (21 de septiembre) y solsticio (21 de junio).
Producción de trucha


Desde hace ocho años al menos 20 familias de la Isla de La Luna se dedican a la producción de trucha, alimento que tiene como principal mercado los restaurantes de la Isla del Sol, con quienes tienen convenio, además de algunos intermediarios que llevan el pescado hasta Copacabana y La Paz. Francisco Mamani junto a su esposa María Mendoza, se levantan temprano para recoger las redes que colocan cerca de la orilla del lago. De ahí obtienen ispis, pequeños peces que utilizan como alimento para las truchas.
“No hacemos como en Perú, no utilizamos alimento balanceado, por eso nuestras truchas son más naturales”, asegura Mamani, a tiempo de explicar que el excedente de ispis es secado para ser guardado como reserva. El ciclo de producción de la trucha es de aproximadamente un año hasta que el pez alcanza un peso de entre 2 y 3 kilos.
CONTACTOS: Para realizar las visitas turísticas la comunidad tiene información en el Centro de Promoción de la Red APTHAPI, ubicado en la Plaza Sucre, Av. 6 de Agosto, esquina Av. 16 de Julio, en la población de Copacabana. Telf. (591) 77299088. Email: rtiticaca@gmail.com. Web: www.titicacaturismo.com
✉ Email: prensa@periodicolaregion.com
✉ Email: prensa.laregion@gmail.com