El pueblo Ayoreo de Bolivia y Paraguay ha elevado un pronunciamiento conjunto para exigir garantías a sus líderes y la protección de los grupos en aislamiento voluntario que habitan en sus territorios, amenazados por proyectos de infraestructura y el avance del agronegocio. Este histórico documento fue firmado durante un encuentro binacional celebrado en el municipio de Boquerón, en Paraguay, ahora conocido como Neuland, donde el avance de las colonias menonitas y la deforestación han transformado radicalmente el paisaje y la vida de los pueblos indígenas.
El pronunciamiento, titulado “Por la defensa de nuestros territorios y la protección de nuestros hermanos aislados”, fue respaldado por la Unión de Nativos Ayoreo del Paraguay (UNAP), la Central Ayoreo Nativa del Oriente Boliviano (CANOB), la Asociación Garaigosode del Pueblo Ayoreo (AGPA) y la Asociación Guidai y Ducodegosode Ayoreo de Paraguay (AGDAP).
Amenazas a la vida y el territorio
Entre las principales preocupaciones destaca la construcción de una carretera proyectada que atravesaría el Área de Conservación e Importancia Ecológica Ñembi Guasu, situada en el territorio del Gobierno Autónomo Guaraní Charagua Iyambae, en Bolivia. Este espacio, que abarca más de 536,000 hectáreas, fue declarado área de protección para los Ayoreos en aislamiento voluntario en 2012.
Según el pronunciamiento, esta obra, promovida sin consulta previa, viola los derechos de los pueblos indígenas, reconocidos tanto por normativas nacionales como internacionales. Además, los líderes denunciaron que el proyecto cuenta con el respaldo de capitales privados de Bolivia y Paraguay, vinculados al sector agroindustrial.
Otra amenaza identificada es el desmonte en la estancia Faro Moro, en el municipio paraguayo de Boquerón, donde la deforestación acelerada pone en riesgo la vida de los grupos Ayoreos aislados. El documento califica esta situación como un acto de “genocidio silencioso”, propiciado por la inacción de las autoridades paraguayas frente a los intereses del sector agroganadero.
Impactos acumulativos
Además de la carretera y la deforestación, el pueblo Ayoreo enfrenta riesgos adicionales como la prospección minera, la expansión de monocultivos (soya y algodón), la contaminación por agroquímicos y el avasallamiento de tierras indígenas. En Bolivia, la comunidad Ayorea “27 de Mayo”, en Santa Cruz, denunció desalojos forzosos y ataques armados, exigiendo la restitución de sus tierras y una investigación independiente.
“En Bolivia es urgente garantizar la seguridad jurídica de la propiedad de tierras indígenas”, reclamaron los líderes, señalando que estos problemas están agravados por la especulación inmobiliaria y el interés en recursos estratégicos, como tierras raras.
Llamado a la acción
Los representantes Ayoreos exigieron a los gobiernos de Bolivia y Paraguay el cumplimiento de las normativas constitucionales e internacionales que protegen a los pueblos indígenas, incluyendo el derecho a consulta previa y el respeto a sus territorios ancestrales.
“El respeto por nuestras vidas y territorios es un derecho que los Estados deben garantizar. No permitiremos que intereses económicos sigan atentando contra nuestra existencia y la de nuestros hermanos aislados”, concluye el pronunciamiento.
La reunión binacional marca un hito en la lucha del pueblo Ayoreo por la defensa de su territorio y sus derechos fundamentales, en medio de un contexto de creciente presión por el desarrollo económico en detrimento de las poblaciones más vulnerables de la región.
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Con datos de CEJIS