EN VIDEO | ¿Cuál es el impacto de la minería ilegal y el mercurio en pueblos indígenas de Bolivia?

El Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis) realizó en 2021 un estudio en el río Madre de Dios, en Bolivia, para determinar los efectos ambientales, sociales y económicos que la minería ilegal y el mercurio causan en los pueblos indígenas. ¿Qué encontraron? 180 dragas en el río, de las cuales 166 operarían de manera ilegal.

Mongabay Latam 

Mercurio y aceites en el río Madre de Dios

El estudio se realizó a pedido de los pueblos que integran el Territorio Indígena Multiétnico II —Tacana, Ese Ejja y Kabineño— que buscaban obtener información sobre los impactos sociales, económicos, culturales y ambientales que está generando la actividad minera en el río y en sus comunidades.

Investigadores e integrantes de los pueblos indígenas recorrieron el río Madre de Dios para tomar muestras de agua y suelo. Foto: CEJIS.

Así, entre agosto y setiembre de 2021, investigadores de Cejis y un equipo de monitores socioambientales indígenas de los pueblos que viven en esta cuenca recorrieron el río para tomar muestras de agua y suelo. Los análisis determinaron que además del mercurio también hay presencia de aceites y otras sustancias en el río, que se encuentran por encima de los límites permisibles, principalmente en la zona de las comunidades de el Sena, Sinaí y Loreto.

“Identificamos los impactos ambientales que está generando la minería en el río Madre de Dios y logramos determinar, claramente, la presencia de aceites y otros materiales que desechan las balsas, sustancias que utilizan en sus motores”, comenta Vargas.

Lee más | Paraba barba azul: crece la esperanza para salvar a esta especie endémica de Bolivia

La acumulación de estas sustancias —se explica en el documento que da cuenta de los resultados del estudio— hace que se caliente el agua del río y que disminuya el oxígeno en el agua, “poniendo en peligro la vida de las plantas y animales que ahí habitan”. En cuanto al mercurio usado en la minería, el informe explica que este se libera al ambiente como una sustancia venenosa, la misma que se acumula y se dispersa en las plantas y los peces, insumos que sirven de alimento para las comunidades.

Vargas explica que “la evaluación del mercurio en agua es muy difícil de probar”, sin embargo, precisa que la concentración de este mineral se evalúa en los peces y en las personas que los consumen, a través de la toma de muestras en cabellos. Es por esta razón que actualmente se está terminando una segunda etapa de la investigación que incluye la evaluación de la cantidad de mercurio en las personas. Esta segunda etapa se realiza en coordinación con el Centro de Investigación Bolivia (CEDIB).

Lee la nota completa aquí

Destacados