“Sabemos que el envenenamiento es la principal amenaza para el cóndor”: Diego Méndez | ENTREVISTA

El científico boliviano investiga al ave emblemática de Sudamérica desde hace diez años. En esta entrevista con Mongabay Latam, Méndez habla de sus experiencias y de los estudios que se están haciendo en Latinoamérica sobre el cóndor andino.

Desde hace dos años Diego Méndez le sigue los pasos a Palca, la primera cóndor hembra de Bolivia a la que se le instaló un transmisor GPS para conocer sus movimientos e investigar más sobre esta especie.

No ha sido el único cóndor al que le ha colocado un aparato para seguirle el rastro. Hasta ahora son ocho cóndores en Bolivia rastreados por el biólogo que desde hace diez años investiga al ave emblemática de América del Sur.

Un cóndor adulto en un despliegue de dominancia en Tororumi, Parque Nacional Torotoro Potosí. Foto: Diego Méndez

En esta entrevista con Mongabay Latam, Méndez nos cuenta sobre este proyecto de monitoreo de cóndores en Bolivia, las amenazas que ponen en riesgo a la especie y el trabajo que está haciendo junto a otros investigadores latinoamericanos para la conservación de esta ave sudamericana.

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¿Por qué se interesó en la ciencia y en la investigación?

La atracción que tenía en un principio por temas relacionados con la biología comenzó con los documentales clásicos como los de Félix Rodríguez de la Fuente, que hacía unos documentales espectaculares, principalmente en Europa, en España, de donde era este gran naturalista. Así me enganché con los temas de la naturaleza.

¿Y cómo llega a interesarse en la investigación de los cóndores?

Para estudiar en la universidad viajé a Cochabamba y estudié la carrera de biología, pues tenía una inclinación mayor hacia el trabajo en campo. Pero no me decidí a estudiar aves y menos rapaces, como el cóndor, hasta casi terminar la carrera. Justo en el penúltimo año se presentó la oportunidad de apoyar en un proyecto de investigación enfocado en aves teniendo como centro de estudio Bolivia y Argentina. Entonces, un profesor de la universidad me ofreció ser parte de ese proyecto y así empecé con la investigación enfocada en aves. Después de ese viaje estaba un 90 % seguro de dedicarme a las aves, pero aún estaba viendo opciones hasta que encontré un proyecto de investigación sobre la paraba frente roja. Esta especie suele alimentarse con cultivos como el maíz y el maní, y la idea era ver en qué andaba ese conflicto entre la paraba y las personas. Así me convencí que quería dedicarme a las aves. En cuanto al cóndor, bueno, me gustaban las rapaces, pero también las pavas y los patos, hasta que me decidí por las rapaces.

¿Cuál fue su primera investigación?

Lo primero que hice fue una revisión para saber cuánto se había estudiado sobre este grupo de aves [las rapaces] en Bolivia. Y se había investigado muy poco. Había alrededor de 25 publicaciones y estamos hablando de alrededor de 90 especies de aves rapaces. Hablo del año 2010, en ese momento la producción científica era así. Recuerdo también mucho del Noveno Congreso de Ornitología Tropical que fue en noviembre de 2011, en Cusco, en Perú. Fue un evento bisagra, como decimos, un punto de inflexión, porque pude conocer a mucha gente y, por suerte, a muchos colegas amigos con quienes desde ese año continuamos colaborando y nos mantenemos en contacto. Así surgió la posibilidad de investigar el cóndor en Bolivia que se concretó en el 2012. Fue un proyecto para hacer estimaciones poblacionales del cóndor en el noroeste de Bolivia. Y desde ese año, el 2012, bueno, han pasado muchas cosas, muchas ideas que se han ido concretando en investigaciones. Son casi diez años que estoy trabajando con el cóndor y, como alguna vez dije, creo que con el cóndor me voy a quedar hasta que me jubile.

El animal fue rescatado cuando cayó en una montaña del municipio de Palca y tras permanecer en cuarentena, fue liberado el 8 de marzo. Foto: Isabel Gómez.
Palca fue rescatada cuando cayó en una montaña del municipio de Palca y, tras permanecer en cuarentena, fue liberada el 8 de marzo de 2019. Foto: Isabel Gómez.

Hablemos de Palca, el cóndor hembra que se convirtió en la primera en llevar un transmisor GPS con el que la están monitoreando hace casi dos años. ¿Qué sabemos de Palca y cómo ha avanzado ese proyecto?

Me gustaría ir un poco más atrás, para tener el contexto de esta historia. En el 2015 pude participar de un evento muy lindo e integral: el Primer Congreso Internacional dedicado al Halcón, que se hizo en Lima, también en Perú. Y casi inmediatamente después del congreso, pasó algo súper importante en Perú, que fue la liberación de Huáscar y Atahualpa, los dos primeros cóndores marcados con GPS Obviamente a mí me interesó mucho, me gustó mucho saber que salió bien. Me encantó lo que se estaba haciendo. Ese mismo año, de regreso en Bolivia me avisan del rescate de dos cóndores. Y yo dije bueno, esta es la oportunidad, aquí tenemos que hacer lo mismo. En ese tiempo no sabía prácticamente nada de cómo funcionaba la telemetría satelital, entonces, escribía a colegas y a expertos que había conocido en el Congreso de Lima, que me explicaron muchas cosas. Pasaron cuatro años, del 2015 al 2019 para que llegara ‘Palca’, una hembra adulta de siete u ocho años que fue rescatada en el municipio que le dio su nombre. Estuvo más de un mes en rehabilitación en el Bioparque, luego le colocamos el transmisor GPS y la liberamos un 8 de marzo de 2019.

Fue todo un acontecimiento la liberación de Palca en Bolivia

Sí, mucha gente se dio cita en ese lugar, especialmente niños, y se realizó una ceremonia tradicional según las costumbres de la gente del lugar. Cuando Palca fue liberada, aparecieron varios cóndores silvestres, entonces, ella empezó a elevarse e interactuó un poco con esos cóndores. Como era época de carnavales, mucha gente dijo que Palca tuvo su propio carnaval con los cóndores. Ahora, ha pasado más de dos años, y aún le seguimos la pista. Afortunadamente el transmisor sigue funcionando y nos sigue mostrando su ubicación y sus movimientos. Lo más interesante es que nos ha mostrado cómo los cóndores estarían utilizando la Cordillera Real, que es una parte de la cordillera de los Andes en Bolivia, que está enteramente en La Paz y por diferentes razones nos había costado mucho explorar esa zona. Resulta que Palca se ha movido principalmente por esa cordillera y, de no tener datos sobre los cóndores en esa parte de Bolivia, ahora tenemos un montón de información y en un tiempo corto. Como nos propusimos y dijimos, la telemetría satelital nos va a permitir tener gran cantidad de información en poco tiempo.

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Más allá de las fronteras

Usted ha logrado colocar transmisores a otros cóndores ¿Cuántos son hasta ahora y qué información se tiene de ellos?

En total tenemos siete cóndores, en todos los casos fueron rehabilitados y luego equipados con el transmisor. El segundo fue un macho adulto de unos 25 años, que se rescató en Cochabamba y se liberó en mayo de 2019; pero tristemente solo pudimos hacerle seguimiento por casi un mes, porque perdimos la señal, pero nos mostró movimientos muy interesantes, especialmente en el centro de Bolivia. La tercera fue una hembra, que se liberó en julio de 2020. Con ella continúa el seguimiento y vemos que se mueve principalmente por el centro de Bolivia, en el departamento de Cochabamba. Luego está un macho adulto en el departamento de Potosí que se liberó en octubre del año pasado. Lo interesante de este macho es que ha estado utilizando un área bastante pequeña desde el lugar de deliberación, casi no se ha desplazado, entonces ya tenemos algunas hipótesis de lo que creo puede estar pasando, creemos que este cóndor está atendiendo su nido. Es muy probable porque hay sitios específicos que visita mucho. La emergencia sanitaria limita mucho los viajes, pero seguro vamos a visitar esa zona. Ese sería el cuarto cóndor.

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Diego Méndez celebrando el Día Internacional de los Buitres con actividades recreativas-educativas para niños. Foto: Mónica Aceituno.

Cada cóndor liberado tiene su historia

Sí, y el quinto y el sexto fueron hembras. Y aquí viene la parte interesante, porque estas dos hembras se liberaron el 23 de febrero de este año, 2021. Fueron rescatadas en el municipio de Palca, en La Paz. Una hembra adulta, de alrededor diez años o quizás un poquito más y una hembra inmadura. Entonces, la hembra madura luego de pasar algunos días por La Paz, por la famosa montaña Illimani, se dirigió al sur, pero lejísimos. Avanzó más de 400 kilómetros hacia el sureste. En unas siete semanas se movió hacia el departamento de Santa Cruz, en la zona de los valles cruceños, como se le conoce aquí. Un desplazamiento impresionante por La Paz, por el Illimani, por Santa Cruz hasta llegar a Perú. Ha cruzado la frontera. La última ubicación que tenemos de hace dos días es en una zona del límite entre los departamentos de Puno y Cusco, en Perú. Nos ha encantado ver esa información. Claro que, conociendo trabajos previos, sabíamos que era cuestión de tiempo comprobar que los cóndores se desplazan así, internacionalmente. Pensar que sucede es una cosa, pero mirarlo y tener la evidencia es otra. Es una sensación muy linda cada vez que tenemos mejor información, mejor evidencia para planificar la conservación de esta especie. Esa cóndor nos ha confirmado cuánto se mueven y cuán poco valen para ellos las fronteras políticas, porque están ahí, libres. Y hay que conservar la especie teniendo eso en mente, tenemos que ampliar el espectro y hacerlo a la escala que nos impone la especie.

¿Es la primera vez que se comprueba a través de un receptor que un cóndor cruza la frontera de los países?

No es la primera vez, ya existe esa información. Por ejemplo, entre Chile y Argentina están muy bien documentados esos movimientos. No estoy seguro si hay datos para otros países. Pero definitivamente estos movimientos entre Perú y Bolivia son los primeros que estamos documentando.

Es un hallazgo muy importante

Es muy importante porque podemos comparar y empezar a pensar de una forma binacional, porque estos aparatos nos dan ubicaciones precisas y nos permiten ver cuánto tiempo se queda cada individuo en uno o en otro país. Lo que se vio en los movimientos entre Chile y Argentina es que eran frecuentes, podían cruzar incluso a diario la frontera internacional. En este caso particular, entre Bolivia y Perú, estamos viendo que no es así. Y claro, hay muchos factores desde la topografía, cuestiones ambientales y la disponibilidad de alimento. Pero se abre muchas posibilidades de investigación desde los movimientos internacionales y nos deja varias preguntas por responder.

Cóndor en un cañón del Parque Nacional Torotoro, Potosí, una localidad de Bolivia donde la especie se reproduce. Foto: Diego Méndez.

¿Cómo se llama la cóndor?

Se llama Retamal, porque es el lugar donde fue rescatada.

Este proyecto contemplaba la instalación de GPS a alrededor de 30 cóndores, ¿continúan con esa meta?

Sí, el trabajo continúa. Hasta ahora tenemos ubicaciones de cóndores en los siete departamentos de Bolivia donde habita la especie. Y la otra hembra que se liberó junto con Retamal de unos seis o siete años se liberó en Tarija, en el sur de Bolivia, una región sonada por este caso tan triste y tan terrible del envenenamiento de treinta y cuatro cóndores hace poco más de dos meses. Esa liberación marca algo importante en una zona sensible, para ver qué caminos tenemos para que eso nunca más vuelva a suceder y estar mejor preparados en la conservación. Y a un octavo cóndor de cuatro años de edad le hemos colocado el GPS el 14 de abril y será liberado pronto, justamente en un punto desde la Cordillera Real.

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Un ave amenazada

¿Cuál es el estado de conservación del cóndor?

Es una especie en un estado de conservación muy delicado, muy vulnerable a la extinción. Sabemos que el envenenamiento es la principal amenaza para el cóndor, pero también las otras amenazas son graves y hay que atenderlas. Estamos hablando de, por ejemplo, la intoxicación por plomo o por metales pesados, y se sospecha también que los cóndores pueden estar intoxicándose con mercurio. Otra amenaza es la caza de cóndores como deporte o por los conflictos con el ganado. Y aquí hay que diferenciar porque el conflicto da lugar a los envenenamientos, por supuesto, pero también puede dar lugar a la caza. Y me apena muchísimo que ayer otra vez tuvimos un caso muy triste, muy, muy lamentable y al mismo tiempo indignante porque se mató a un cóndor. Me apena mucho porque encuentras el contraste entre ese profundo respeto y simbolismo que tiene la especie y el valor que tiene para la gente. Otro peligro es la competencia que hay entre cóndores y los perros domésticos.

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¿Cómo es este conflicto entre cóndores y perros domésticos?

Concretamente, lo que pasa entre los perros y los cóndores es que ambas especies se encuentran en la carroña, un recurso que en condiciones naturales tendría que ser aprovechado por los carroñeros silvestres como los cóndores, los zorros, los buitres y todo ese grupo de carroñeros. Pero ahí entra el perro doméstico, que es una especie que te desarma todo el funcionamiento del grupo de los carroñeros, porque el perro doméstico se adapta a la gente, no se escapa y convive con las personas, por tanto, tiene una ventaja frente a los carroñeros silvestres, además es muy agresivo. Entonces es otra amenaza para los cóndores. Con varios colegas que se dedican a investigar al cóndor estamos desmenuzando las amenazas para la especie y viendo cuáles son las causas últimas. Y estamos viendo las amenazas para el cóndor en Venezuela, Ecuador, Colombia, Perú, Chile, Bolivia y Argentina, porque estamos conscientes que en cada país la idiosincrasia y la realidad sociocultural es distinta. Sabemos que los cóndores se mueven entre países, por lo tanto, tenemos que trabajar a escalas más grandes. Quizá no para todas las amenazas, pero sí para algunas. Este será un análisis continental.

En un momento señaló que se trata de una especie muy amenazada

Sí y justamente la evaluación se hace desde su estado de conservación. Hasta fines del 2020 era considerada una especie casi amenazada. Y la evaluación que se hizo con la participación de investigadores y de especialistas de toda Sudamérica se llegó a la conclusión de que debería estar incluido en la categoría de Vulnerable, principalmente por un descenso muy notable y preocupante de sus poblaciones. Es imposible no volver a mencionar los envenenamientos porque es tan catastrófico eliminar a muchísimos cóndores en un solo evento y esto da lugar a la disminución acelerada y muy notoria de sus poblaciones. Siempre vale la pena repetir que los cóndores se reproducen lento y no pueden, no están adaptados para recuperarse de pérdidas tan grandes.

¿Cuáles son sus planes de investigación a futuro?

Bueno, subrayo y resalto este trabajo colaborativo que estamos haciendo para analizar las amenazas para el cóndor. El resultado que pretendemos obtener es una hoja de ruta para la conservación del cóndor a nivel continental, un instrumento que nos muestre los caminos que tenemos para conservar la especie y cómo evaluar también las medidas que tomamos. También estoy involucrado en el trabajo que se va hacer en Bolivia para la implementación del plan de acción para conservar a la especie en el país, que tiene una vigencia de diez años, hasta el 2030.

Diego Méndez observando cóndores en la Cordillera de Apolobamba. Foto: Archivo personal.

Entraremos muy fuerte con las líneas de acción de comunicación, porque es importante comunicar, difundir, diseminar la información sobre lo que le está pasando al cóndor, para que no se repitan casos tan tristes como el envenenamiento. También tocará visitar los sitios que nos muestran los cóndores que son importantes para ellos en términos sencillos para que duerman, coman y se reproduzcan. Ellos con sus movimientos nos están mostrando estos sitios. Porque el cóndor tiene ese potencial de ser embajador de la conservación, pero a la vez, a través de la observación de cóndores, llámese turismo enfocado en cóndores, se vuelve completo, un recurso natural clave que aumenta ese valor cultural y ecológico.

¿Qué le atrae de los cóndores?

Algo que me impresionó desde las primeras veces que pude mirar a un cóndor fue ese ruido que hace al volar, porque son tan grandes. Cuando ya estás familiarizado con el sonido, levantas la cabeza automáticamente. Es un sonido muy característico.

Imagen principal: Diego Méndez trabajando en la estimación del tamaño y estructura de las poblaciones de cóndor en Bolivia, Cumbre de Alisos, Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía, Tarija. Foto: Rubén Ramírez.