El ‘Batman’ boliviano que estudia a los murciélagos desde los 8 años

Latinoamérica alberga 380 especies de murciélagos y 76 de ellas están en alguna categoría de amenaza. La destrucción de sus hábitats y refugios, los conflictos con el hombre y los parques eólicos son algunos de los peligros que enfrentan. En 1991, en Bolivia solo se conocían 90 especies, hoy la cifra bordea las 135 y existen muchas más por descubrir. Para el experto, tan importante como describir nuevas especies es promover espacios de conservación.


Alexa Vélez Suazo / Mongabay Latam

 

Sus investigaciones las ha realizado sobre todo en las sabanas inundables del departamento del Beni, en Bolivia, y es ahí donde ha buscado respuestas a preguntas que van desde qué comen los murciélagos, qué refugio usan, hasta cuán poderosas pueden ser sus mordidas. A sus 50 años y con decenas de anécdotas acumuladas en los trabajos de campo, como aquellas en las que por estudiar murciélagos lo vincularon con la brujería, el biólogo boliviano se tomó unos minutos para contarle a Mongabay Latam por qué los murciélagos merecen nuestra atención.

Me contaste que tu interés por los murciélagos empezó cuando eras todavía un niño, ¿qué fue lo que tanto te atrajo de ellos?

Los murciélagos están entre ese grupo de animales poco carismáticos como las arañas, víboras, alacranes u otros, y muchas veces no tienen la fama que los lindos pandas, majestuosos tigres o nuestros parientes primates. Sin embargo, mucha de la mala fama de los murciélagos se debe al poco conocimiento que la gente tiene en general sobre ellos. No saben su rol en los ecosistemas, su biología, ecología y comportamiento increíbles. Posiblemente a mí me empezaron a gustar los murciélagos a los 8 años debido precisamente a que el folklore los relaciona con vampiros y monstruos, y a esa edad a mí me encantaban los monstruos. Fui y soy un gran fanático de “Sombras Tenebrosas”. Sin embargo mi fascinación por ellos, a tan corta edad, fue creciendo conforme mis padres y amigos —biólogos— me empezaron a explicar lo que realmente son y lo que hacen. Desde entonces, esa fascinación no se ha quitado, más bien aumenta cada día mas.

Macrotus waterhousii, murciélago insectívoro de Norte América, EEUU y México. Foto: ©Merlin D. Tuttle – Bat Conservation International.

¿Dónde viste por primera vez murciélagos y qué te llevó a colaborar con el Museo de Historia Natural a los 14 años?

Mi primer murciélago verdadero, no aquellos que yo muy entusiasmado recortaba de mis libros de biología o enciclopedias, para horror de mis padres, lo vi en el campo, en las montañas de los Yungas de La Paz, a eso de los 11 a 12 años. Quedé prendido de su anatomía, la forma de sus alas, la membrana, su cara, era un nectarívoro de hocico largo, conocido como Anoura. Viendo esta fascinación por los animales, mis padres Fernando y Marta, me llevaron a conocer a Don Herminio Forno, un famoso coleccionista privado de mariposas. Don Herminio me presentó a su hijo, Eduardo Forno, quien era y es un muy respetado biólogo boliviano, actualmente director de Conservación Internacional Bolivia. Eduardo fue quien me introdujo a las ciencias biológicas y me invitó a trabajar como auxiliar, a los 14 años, al Museo Nacional de Historia Natural en La Paz. Una vez en el museo, el mundo de las ciencias naturales explotó ante mí y ni que decir del mundo secreto de los murciélagos.

¿Por qué es necesaria la conservación de estos mamíferos? ¿Qué función cumplen dentro de los ecosistemas?

Como cualquier organismo vivo en la tierra, los murciélagos deben ser protegidos de las acciones de los humanos. Ellos son fundamentales para mantener el balance en los ecosistemas terrestres debido a su rol en la polinización de cientos de plantas, muchas de ellas de importancia económica; para dispersar miles de semillas, las cuales ayudan en el procesos de sucesión vegetal y recuperación de áreas degradadas; y participan en el control de las poblaciones de insectos, muchos de los cuales son plagas de cultivos, como las polillas, o transmisores de enfermedades, como los mosquitos. Si se van eliminando los murciélagos, el humano deberá encontrar sustitutos, muchas veces artificiales, que son sumamente costosos como los pesticidas.

Leptonycteris yerbabuenae, murciélago magueyero del norte de Latinoamérica. Foto: ©Merlin D. Tuttle. – Bat Conservation International.

 

¿Cuáles son las principales amenazas que enfrentan en Bolivia y en otros países de Latinoamérica?

Las amenazas que enfrentan los murciélagos son, por lo general, comunes entre todos los países de la región. Entre las más frecuentes están: la destrucción y degradación de sus hábitats, posiblemente esta es la más seria; la perturbación de sus guaridas o refugios, especialmente cuando se trata de cuevas que suelen ser quemadas o vandalizadas afectando poblaciones enteras de murciélagos; y los conflictos que existen con los seres humanos, como el que hay con los vampiros en las regiones ganaderas. También son amenazados por la contaminación, ya sea por el  uso de pesticidas en la agroindustria, lo que contamina a los insectos que ellos comen y por lo tanto los afecta, o por el uso de mercurio en los ríos de donde ellos beben agua. Finalmente, se han detectado nuevos peligros como la construcción de represas o de parques eólicos, esto último es un problema pues ya se ha demostrado que las hélices de los generadores aéreos golpean a aves y murciélagos, y afecta seriamente sus poblaciones.

¿Cuántas especies de murciélagos están en peligro de extinción en Latinoamérica?

Bueno, los valores varían de país a país, pero en un promedio se estima que el 20 por ciento de las especies de la región, unas 76 de 380, están en alguna categoría de amenaza, según los criterios de la Lista roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). A estas cifras hay que sumar la mala concepción y creencias de la gente. Por ejemplo en la región andina, Perú y Bolivia, sin fundamento científico se cree que los murciélagos curan la epilepsia, por lo que mucha gente consume su sangre, afectando poblaciones de murciélagos, quizás no hasta la extinción, pero si hasta afectar poblaciones locales.

Luis Aguirre descansa junto a Rodrigo Medellín, el “Batman de México”, a quien considera su mentor, durante un trabajo de campo. Foto: CEBIO.

¿Cuáles son los conflictos más frecuentes entre los humanos y murciélagos?

Existen varios, pero destacaría dos: el efecto del vampiro común (Desmodus rotundus) sobre la ganadería y, ocasionalmente, sobre los humanos; y la presencia de murciélagos en los techos de la gente. El vampiro común, que se alimenta de sangre y es evolutivamente un milagro de la naturaleza, puede volverse una plaga en los lugares donde el ser humano le pone mucha comida, es decir, las zonas ganaderas. Como cualquier mamífero, los murciélagos vampiros pueden transmitir enfermedades, como la rabia, y tener un efecto ocasional en la economía de la ganadería familiar, porque no suelen vacunar a su ganado. Por suerte, existen métodos de control, como la vacunación del ganado. En el caso de los murciélagos que habitan techos, esto puede ser un problema pues ensucian estos espacios y producen malos olores, especialmente en las zonas tropicales, pudiendo habitar varios cientos de individuos en las casas. Esto puede solucionarse cambiando y arreglando los techos.

Desmodus rotundus, vampiro común que habita desde el sur de EEUU hasta el sur de Sudamérica. Foto: ©Merlin D. Tuttle – Bat Conservation International

Más de 30 años de estudios

¿Qué país de Latinoamérica alberga la mayor cantidad de especies de murciélagos?

En el mundo hay más de 1.350 especies, 380 de las cuales están en Latinoamérica y el Caribe. Definitvamente el país que se lleva la medalla de oro es Colombia, que tiene más de 200 especies registradas en su territorio, mientras que nosotros (Bolivia) estamos por las 135. Sin embargo, cuando se corrige este número por superficie o tamaño del país, Ecuador y Puerto Rico son los que tienen la mayor cantidad de especies dado su tamaño. Nada más en Bolivia descubrimos especies a una tasa de dos por año, aún hay mucho por explorar.

¿Cuáles son los principales temas en los que te has enfocado en tus estudios?

Son numerosos y al ser los murciélagos tan diversos en dietas, hábitos, vuelos, se vuelven especies modelo para estudiar desde aspectos evolutivos, ecomorfológicos, provisión de servicios ecosistémicos y mucho más. Particularmente a mí me interesa estudiar la manera en la que las especies coexisten y conviven, es decir, estudiar las comunidades de murciélagos. La mayor parte de mis investigaciones las he hecho en las sabanas inundables del Beni, ya que el escenario y paisaje es ideal para responder varias preguntas: ¿qué cosas comen?, ¿dónde viven y qué tipo de guaridas usan?, ¿hasta cuántas especies pueden vivir en el bosque?

¿Cuáles son algunos de los resultados más importantes de tus investigaciones?

He estudiado la fuerza de sus mordidas y relacionado con la dureza de las cosas que comen, esto ayuda a explicar cómo pueden vivir tantas especies juntas sin la necesidad de competir por los recursos. Este trabajo pionero en ecomorfología, permite conocer relaciones evolutivas de las especies en sistemas naturales. Con todo un ejército fantástico de estudiantes, colegas y voluntarios hemos podido ir conociendo la riqueza de especies en el país. Cuando empezamos el trabajo, mas o menos en 1991, solo se conocían como unas 90 especies, a la fecha conocemos ya 135  y el número va subiendo cada año. También hemos empezado a estudiar la manera en la que los murciélagos que comen insectos ayudan al control de plagas del maíz, lo cual puede ser empleado en manejo integral de plagas. Es importante recalcar que toda esta investigación tiene un efecto clave en la conservación de las especies de murciélagos en el país y la región.

 

Espacios exclusivos para la conservación de murciélagos

Pareja de Trachops cirrhosus, murcielago come ranas de américa tropical Foto: ©Merlin D. Tuttle – Bat Conservation International.

¿Por qué impulsas la creación de áreas y sitios de importancia para la conservación de los murciélagos en Latinoamérica? ¿Propones la creación de zonas comparables a las áreas protegidas?

Desde la Red Latinoamericana y del Caribe para la Conservación de los Murciélagos (RELCOM) estamos impulsando el reconocimiento de lugares que sean importantes para los murciélagos. Estos lugares los denominamos AICOMs (Áreas de Importancia para la Conservación de los Murciélagos) y SICOMs (Sitios de Importancia para la Conservación de los Murciélagos). Este mismo principio se usa para las aves, como las Important Bird Areas o Áreas de Importancia para las Aves, o para los ecosistemas, llamados los Key Biodiversity Areas o Áreas Clave de Biodiversidad. Si bien pueden  ser empleadas para proponer la creación de áreas protegidas o fortalecer las existentes, la finalidad es que un lugar (área o sitio) se reconozca por tener: una alta diversidad de especies de murciélagos, por contener especies amenazadas o de interés para la conservación y por albergar guaridas importantes, sean naturales o artificiales. Si se cumple con uno o varios de estos requsitos, entonces pueden ser AICOMs o SICOMs. Muchos países de la región ya están aceptando esta clasificación y los adoptan en sus normativas.

Luis F. Aguirre en Nicaragua durante una reunión conjunta entre BCI y RELCOM. Foto: ©Dave Waldien – Bat COnservation International.

Existen 80 de estas áreas en la región, ¿se necesita crear más?

Definitivamente se necesitan muchas más. Las AICOMs y SICOMs no solo representan lugares donde hay algo valioso a conservar, pero son lugares donde los investigadores deben realizar acciones de investigación, educación y conservación. Estas se volverán herramientas clave para permitir viabilizar la permanencia de poblaciones de murciélagos y su papel en los ecosistemas. Actualmente tenemos un proyecto a nivel regional financiado por CYTED (Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo) que nos permitirá duplicar el número de estos lugares y esperamos poder tener mayor representatividad regional. Necesitamos miles de estas.

Algunos países de Latinoamérica no poseen estos espacios de conservación, ¿por qué? ¿debería estar entre sus prioridades de conservación?

La RELCOM aglutina a más de 23 países en Latinoamérica y el Caribe, representados por sus programas de conservación locales. Algunos de ellos son más activos que otros o algunos son mucho más grandes que otros; algunos tienen muchos biólogos que se dedican a los murciélagos y otros menos. Por ello, el nombrar AICOMs y SICOMs en algunos casos es un proceso mas lento. Este es uno de los motivos por los que la capacitación continua de expertos en murciélagos (biólogos, ingenieros ambientales, veterinarios) es fundamental en la región y es una de las acciones prioritarias en cada uno de nuestros países. A raíz de esta necesidad es que cada dos años tenemos cursos, como el Bat Course en el Perú, que capacita estudiantes y profesionales de todo el mundo.

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Citas:

  • Sarmiento, Jaime & Moraes R., Mónica & Aguirre, Luis & Specht, Rudolf. (2016). Vertebrados de Espíritu, Llanos de Moxos: un palmar estacionalmente inundable de Bolivia.
  • Aguirre, Luis & Montaño-Centellas, Flavia A. & Gavilanez, Maria & Stevens, Richard. (2016). Taxonomic and Phylogenetic Determinants of Functional Composition of Bolivian Bat Assemblages. 
  • Aguirre, Luis & Herrel, Anthony & Van Damme, Raoul & Matthysen, Erik. (2003). The implications of food hardness for diet in bats. 
  • Aguirre, Luis & Lens, Luc & Matthysen, Erik. (2003). Patterns of roost use by bats in a neotropical savanna: Implications for conservation. 
  • Aguirre, Luis & Lens, Luc & Matthysen, Erik. (2003). Patterns of roost use by bats in a neotropical savanna: Implications for conservation. Biological Conservation. 
  • Aguirre, Luis. (2013). Aguirre, L.F. Structure of a Neotropical savanna bat community. Journal of Mammalogy. Journal of Mammalogy.