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La Región
Un año como mascota
En 2006, Vanesso, un ocelote (Leopardus pardalis) al que entonces se le calculaba tenía un año, llegó a la Comunidad Inti Wara Yassi (CIWY) en Machía. Necesitaba atención médica inmediata y se notaba el estrés al que estuvo sometido cuando lo tenían como mascota en un restaurante de comida china de Potosí.
Su historia
En el refugio de Machía, situado en el Chapare cochabambino, el animal comenzó a recuperarse. Se supo entonces que había sido separado de su madre a una edad muy temprana y que, al crecer, se convirtió en un problema para los dueños del negocio. Autoridades competentes lo confiscaron gracias a la llamada de unos clientes y lo entregaron al refugio. Foto: Elle Wood
Espíritu salvaje
Con el tiempo, este felino de tamaño pequeño fue trasladado al santuario de Ambue Ari, en Ascensión de Guarayos (Santa Cruz), también de CIWY. Allí recuperó su habilidad para cazar animales. Las voluntarias que trabajaron con él los describían como “viejito gruñón”, porque tenía una personalidad muy fuerte. Pese a ello, se convirtió en parte importante de este centro de custodia. Foto: Elle Wood
Adiós
Este martes 31 de marzo, sin embargo, empezó a mostrar síntomas de debilidad y por la edad avanzada (más de 15 años solo en el refugio y se calcula que uno más en el restaurante mencionado), no pudo vencer un tumor maligno que lo acechaba. “Recibió atención inmediata de las veterinarias, por lo que tuvo una despedida tranquila y sin dolor”, refiere un comunicado de CIWY. Foto: Inti Wara Yassi
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