La Región
Con el objetivo de medir la capacidad de reacción y mejorar aspectos para enfrentar un incendio forestal, este fin de semana se realizó un simulacro en la comunidad La Phia, situada en el Parque Nacional Tunari, Cochabamba.
La actividad fue organizada por la Asociación Civil Armonía, en coordinación con la Gobernación cochabambina y el municipio de Tiquipaya. Los principales participantes, sin embargo, fueron los habitantes de esta comarca que, en 2016, sufrió un voraz incendio en sus bosques de kewiña (Polylepis subtusalbida), una especie de arbusto nativo, cuyas raíces retienen agua. En este caso, tal fenómeno natural permite generar el recurso para el área metropolitana de la capital del valle.
En cinco imágenes, cómo reaccionó la comunidad y los pasos que resta acelerar, según expertos y quienes estuvieron en el sitio.
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ALERTA. Casi siempre cuando ocurre un incendio forestal en un área protegida, los primeros en dar la voz de alerta son guardaparques o los habitantes de zonas aledañas (Foto), porque perciben la presencia de humo, o lo avistan desde sus comunidades. Por ello, antes de declarar una emergencia, se espera que quienes se encuentran cerca puedan empezar a controlar la situación. Si ello sucede, se habrá evitado una tragedia, pero si la capacidad es rebasada, primero se convoca al municipio correspondiente. Una vez este envía ayuda, si la emergencia persiste, el siguiente paso es convocar a los bomberos forestales de la Gobernación, para que comanden la lucha contra el fuego. Foto: Rocío Lloret Céspedes
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RIESGOS. En todo este proceso, la reacción de las comunidades es vital para llegar a una emergencia. Por eso, además de capacitar a hombres y mujeres en tareas de primera respuesta, se forma cuadrillas comunales, que las que acudirán al sitio donde ocurre el hecho. Para eso se dota de equipos de protección personal (EPP), de manera que no expongan su seguridad. Durante el simulacro, también se midió el tiempo de atención a los heridos. Foto: Rocío Lloret Céspedes
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ORDEN. Una vez en el lugar de la emergencia y cuando la situación no ha podido ser controlada por los bomberos comunitarios, quien se hace cargo de liderar la operación es el comandante de bomberos forestales. En este caso, de la Unidad de Gestión de Riesgos y Atención de Desastres de la Gobernación de Cochabamba. Eso significa que todas las cuadrillas de bomberos que acuden a la zona de riesgo se rigen por instrucción de esta persona. Foto: Gobernación de Cochabamba
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PREPARACIÓN. Durante la realización del simulacro, se evidenció el tiempo de reacción de los habitantes de la comunidad de La Phia para llegar al lugar del incendio; el mismo que debe ser mejorado, según la evaluación preliminar posterior a la actividad. Asimismo, los habitantes del lugar solicitaron más equipos de protección a la Gobernación cochabambina, ya que cuando realmente ocurre un hecho de esta naturaleza, suele pasar en zonas inaccesibles, explicaron. Foto: Rocío Lloret Céspedes
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REALIDAD. Los incendios forestales de magnitud son una problemática que atraviesa Bolivia desde hace más de tres décadas, siendo 2019 uno de los años más funestos de la década. En el caso de La Phia, en el Parque Nacional Tunari de Cochabamba, en 2016 sufrió un desastre ecológico que arrasó con partes de bosque de kewiña un arbusto nativo amenazado, de cuya presencia depende no solo la biodiversidad sino el almacenamiento de agua de la zona. Por esta razón, diferentes gobernaciones, municipios, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil se preparan en prevención y respuesta. Foto: Gobernación de Cochabamba
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