“Teníamos mucha esperanza de liberar a Charito y que esto tenga un final bonito en medio de tanta amargura”

Un equipo de biólogos y veterinarios luchó durante 26 días por salvar a un anta rescatada de los incendios en San Matías. La sociedad civil se sumó al esfuerzo mediante donaciones, en el afán de que el animal pueda volver a su hábitat en algún momento. Finalmente, un problema intestinal acabó con su vida. Tenía las patas quemadas y fue encontrado con deshidratación.

Foto: Steffen Reichle

Rocío Lloret Céspedes

Cuando se rescató a “Charito” –una joven anta, víctima de los incendios forestales de este año- una de las decisiones más importantes que se tomó sobre ella fue no trasladarla a Santa Cruz capital. Los biólogos, veterinarios y guardaparques que se hicieron cargo de atenderla tenían la esperanza de que volviera a su hábitat en el Parque Nacional y Área de Manejo Integrado (ANMI) San Matías, al este del departamento.

Por eso desde el pasado 14 de octubre la lucha por salvarla fue intensa. Al trabajo del equipo de profesionales se sumó la sociedad civil mediante donaciones, lo cual hizo posible que el animal recibiera medicamentos necesarios para sanar las quemaduras de sus patas y restablecer su estado general tras haber sufrido una deshidratación severa. Pero el último domingo, tras 26 días de labor, “Charito” murió aquejada por una “hipoxia ocasionada por gases en el intestino”.

Paola Montenegro, jefa de la Unidad de Tierras Bajas de la Dirección de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMyA), recuerda que esta tapir fue rescatada en la zona de Santo Rosario, en el Parque Nacional y Área Nacional de Manejo Integral (ANMI) San Matías, al este de Santa Cruz.

El biólogo Steffen Reichle y el fotógrafo de naturaleza Alejandro de los Ríos la encontraron en una zona pantanosa. El operativo para trasladarla desde ahí hasta la estancia ganadera Santo Rosario ya fue todo un reto. En ese momento, Reichle contó que se hizo una plancha con troncos de madera para que un tractor pudiera arrastrarla. Cuatro personas tuvieron que sostener la cabeza de la tapir para que no se golpeara durante todo el viaje.

El fotógrafo Alejandro de los Ríos junto a Charito, poco tiempo después que fuera encontrada y rescatada. Foto: Steffen Reichle

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Pronóstico reservado

Montenegro explica que en animales silvestres el pronóstico de salud siempre es reservado. Pero durante todo este tiempo, “Charito” estuvo a cargo de tres biólogos y cuatro veterinarios en diferentes momentos. También apoyaron guardaparques y personal del ANMI San Matías, Defensa Civil, Ser Fauna, el zoológico de Santa Cruz de la Sierra y activistas de Alas Chiquitanas y Ríos de Pie entre otros miembros de la sociedad civil, quienes mediante donaciones lograron que no le faltaran los medicamentos necesarios.

“Se utilizaron medicamentos de última generación para la regeneración de las patitas. La recuperación estuvo bastante bien la primera y segunda semana. Para la tercera, posterior a las elecciones (del 18 de octubre), se quedó el equipo de guardaparques del Sernap (Servicio Nacional de Áreas Protegidas) y una persona específica que se contrató para que se haga cargo del animal”, dice Paola.

El equipo técnico volvió desde Santa Cruz la pasada semana y ya se la notó algo decaída. Se le tomó muestras de sangre para descartar cualquier situación y los resultados solo confirmaron una anemia leve.

Biólogos, veterinarios y guardaparques trabajaron en la recuperación de esta hembra de tapir. Foto: Alas Chiquitanas

Ante la situación, los expertos decidieron fraccionar su comida. Debido a su tamaño (un adulto puede llegar a pesar 250 kilos) esta especie –Tapirus terrestris– requiere entre ocho a diez kilos de comida al día.

“Lamentablemente ayer (el domingo) a las 11:30 se nos informa que el animal estaba agitado y padecía dificultades para respirar. La oxigenación estaba bien y se determinó que era un caso de gases. Al ser animales tan grandes, no estar caminando tanto y consumir tanta comida, siempre tienen el mismo problema”, explica Montenegro.

Frente a ello, se la medicó y se le puso un enema, pero “Charito” no soportó. En el lugar se realizó la necropsia, que confirmó que tenía “una gran cantidad de gases en el intestino y estos ocasionaron una hipoxia, de derivó en el fallecimiento del animal”.

Triste adiós

Las lesiones en sus patas debían ser curadas previa anestesia, debido a que eran profundas. Foto: Facebook Paola Montenegro

Desde mediados de septiembre un equipo de profesionales de diferentes instituciones estatales trabaja en la recuperación de animales silvestres víctimas de los incendios en Santa Cruz.

Pese a las dificultades económicas, en el caso de “Charito” se consiguió lo necesario en gran parte gracias a la sociedad civil. Por eso, la noticia del deceso dejó desazón entre quienes esperaban que esta joven anta se convirtiera en un símbolo de lucha frente al desastre.

“Teníamos mucha esperanza de poder liberarla y que esto tenga un final bonito en medio de tanta amargura, de ver tantos animales fallecidos en la zona, quemados, muertos. Teníamos la esperanza de que con Charito sea diferente”.

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Sobre otros animales rescatados

– Chirimoyo y Cecilio. Estas tortugas se encuentran en el Zoológico Municipal de Santa Cruz de la Sierra. La primera está “casi perfecta”, pero no podrá ser liberado en su hábitat, porque ya pasó mucho tiempo. Tendrá que ser derivado a un centro de custodia. Cecilio también se recupera, aunque todavía presenta quemaduras en las patas.

– Fogosinho. El monito rescatado en el Ticho, Copaibo (Concepción), se encuentra bien en Ser Fauna. Al ser un bebé, hay una persona que se hace cargo de él exclusivamente.

– Mu. Este tatú fue encontrado junto a otro individuo de su especie, el cual no sobrevivió. Al ser un neonato está todo el tiempo con una mamá canguro, que lo tiene con compresas de calor. En dos o tres semanas irá a una zona parecida a su hábitat, para que se vaya adaptando.