La paraba azul anida en árboles que están muy en el centro del bosque.

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Mamá jaguar cuida a su cría de los machos

Aunque en general las hembras son recelosas cuando dan a luz, en el caso de los jaguares (Phantera onca) tienen más motivos para hacerlo. Los machos suelen buscar a las crías de su mismo sexo para matarlas y así evitar la competencia, explica Richard Rivera Casso, Responsable del Programa de Monitoreo Ambiental Integral del Área Protegida Kaa-Iya del Gran Chaco. Por eso a esta felina, captada por una cámara trampa de esta reserva cruceña no le importa quedarse toda la noche rondando, mientras su hijo descansa.

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 Volver, cueste lo que cueste

Fotos: Daniel Alarcón – David Grunbaum

En agosto del año pasado, una osa bandera (Myrmecophaga tridactyla) se convirtió en el símbolo de resistencia frente a los incendios forestales en la Chiquitania boliviana. Valentina, como le pusieron luego de rescatarla en San Matías (Santa Cruz), tenía severas quemaduras en las patas, estaba deshidratada y luchaba por su vida. Durante meses, la gente que la cuidó se preguntaba cómo pudo haberse dañado las extremidades de esa manera. La única conclusión a la que llegaron fue que el animal fue madre y volvió por su cría para rescatarla. Por eso pisó brasas ardientes. Aún hoy se espera un informe oficial para conocer cómo apareció muerta en marzo pasado, semanas antes de volver a su hábitat.

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Listas para alzar vuelo

Foto: CLB

La madre de los pichones de paraba azul (Anodorhynchus hyacinthinus), que habita en el Pantanal boliviano, los cuida de predadores que acechan sus nidos. Por eso los hace en árboles de gran altura y debe sentirse segura antes de desovar. Ella se encarga de buscar alimentos, que luego deposita en el buche de la pequeña ave. En su caso, tiene el pico más fuerte de las Psittaciformes, con lo cual, no solo come la pulpa de los frutos, sino también la envoltura de las semillas. De esa manera, la especie es una gran restauradora de plantas como el totaí.

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