Este lobo de crin fue registrado por Lyliam Gonzáles en una hacienda del Beni.

El 22 de julio de 2011, la propietaria de una hacienda en los llanos de Moxos, parte centro-norte de Beni, encontró un lobo de crin (Chrysocyon brachyurus) con un peso considerablemente inferior al normal e impregnado con barro. Esto llamó su atención, por lo que se aproximó a fotografiarlo. Tras consultar con otros expertos, se detectó que el animal tenía sarna sarcóptica, una enfermedad parasitaria de los perros domésticos. Luego el individuo se marchó despacio; estaba muy débil.

En 2013, este hallazgo registrado en Bolivia se convirtió en un artículo de la revista científica de Mastozoología Tropical ya que, tras una revisión bibliográfica y oral, se detectó que era inédito y de importancia mundial. Nadie antes había anotado algo similar. De hecho, el único antecedente a este tipo de casos era una tesis que, al no pasar por una rigurosa revisión científica (revisión por pares), no puede ser tomada en cuenta.

“Claramente el animal había reaccionado así (impregnándose en el barro), porque tenía un tipo de sarna, lo cual provocaba un escozor en el cuerpo y encontró un alivio en el lodo”, dice ahora José Antonio Díaz Luque, uno de los autores de la publicación junto a Helen Müller, Lyliam Gonzales e Igor Berkunsky.

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Una de las fotos que se le captó al animal cuando se lo vio impregnado en barro, algo poco usual en esta especie.

La pasada semana, el portal de noticias medioambientales Mongabay dio a conocer que, en febrero pasado, en Brasil se detectó hechos similares. Aunque no se mencionó el hallazgo boliviano como antecedente, se informó de que ocho lobos de crin con afecciones en la piel fueron vistos en los estados de San Pablo y Minas Gerais.

El diagnóstico de expertos del Centro Nacional de Investigación y Conservación de Mamíferos Carnívoros del Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (Cenap/ICMBio) fue que se trataba de “sarna sarcóptica” o “sarna canina”.

Lea aquí la nota de Mongabay sobre los lobos de crin observados en Brasil.

¿Por qué es importante este hallazgo?

Díaz Luque dice que la potencialidad de que haya una transmisión de enfermedades entre perros domésticos que viven en estancias ganaderas, a cánidos silvestres (borochi, zorros y otros) es muy probable.

Para los expertos brasileños esto sería resultado del contacto de fauna silvestre con fauna doméstica, a medida que los asentamientos y actividades humanas van copando espacios de los animales salvajes.

De hecho, una de las hipótesis respecto a la conservación de esta especie podría ser esta. “Son especies que van desapareciendo sigilosamente, no se sabe por qué. Una de las hipótesis siempre fue la transmisión de enfermedades de los perros a la fauna silvestre”, comenta Díaz.

Desde el vecino país la apreciación es que la transformación del hábitat para el cultivo de soya y la ganadería, sumada a la deforestación, han empujado a estos lobos a zonas que no eran consideradas su hábitat.

Para saber…

El lobo de crin (Chrysocyon brachyurus) es un omnívoro de gran tamaño, que habita en en pastizales y bosques de Sudamérica. Los países de su distribución son: Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Uruguay.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) identificó cuatro amenazas para la especie: reducción del hábitat, mortalidad en las carreteras, además de problemas asociados a los perros domésticos y la caza para medicina tradicional. En Bolivia, a ello se suman las amenazas del fuego y el cambio climático.