Desempleo en turismo por COVID-19, un problema de género y un reto para el Gobierno

*Tania Jariet Paredes Quiroga

En la cabeza de nadie estaba vivir una pandemia extensa y tan letal como el COVID – 19, que ha puesto a todo el sistema turístico estancado por un largo tiempo. Es un suceso nunca antes visto en toda la historia del turismo a nivel mundial.

Lamentablemente, este paro obligado ha ocasionado que muchas empresas restructuren sus actividades, recortando los gastos más elevados, como las planillas de los sueldos; es por eso que deciden reducir su personal y, en otros casos, cesar operaciones, en forma eventual o definitiva, dejando a muchas personas sin empleo.

Por otro lado, con la paralización del turismo también fueron afectados los empleos indirectos, que en gran parte eran ocupados por mujeres, como artesanas, personal de limpieza, guías, cocineras, porteadoras, encargadas de museos, las dueñas de los pequeños kioscos o de los restaurantes rurales, emprendimientos comunitarios, etc.

Se debe analizar de forma fría los números de los empleos que tenemos a nivel mundial y nacional en el sector de turismo y la importancia del rol de la mujer en este rubro.

El 2019 la Organización Mundial de Turismo (OMT), dio a conocer que a nivel mundial de cada diez personas, una trabaja en el sector turismo.

También existe el informe de Global Report on Women in Tourism (Informe mundial sobre las mujeres en el turismo), elaborado por la OMT colaborado con ONU Mujeres, la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ), el Grupo Banco Mundial y

Amadeus, indican que:

“La mayor fuerza laboral del turismo en el mundo está compuesta por mujeres, siendo un 54% del capital humano empleado en el sector y el 39% son varones, con esto demostramos, que turismo es una de las actividades económicas que más ha fortalecido en la igualdad de género”

Si bien aún hay mucho por trabajar en las brechas salariales y la igualdad de nuestras condiciones, el área de turismo tiene menos desigualdad salarial que otras profesiones.

El turismo ha permitido que existan empresarias, lideres ocupando puestos gubernamentales y/o en organizaciones internacionales de alto rango, teniendo la capacidad de poder cambiar las estructuras establecidas; con profesionalismo, creatividad y empatía.

De acuerdo a las estadísticas realizadas por el INE, en su boletín ECE (Encuesta Contínua de Empleo) 2019 N*2, informa que:

“En el área urbana, la población ocupada alcanza alrededor de 3.571.000 personas, y destaca que el 24,5% de esta población (876.000 personas) tiene como principal actividad el comercio, seguido de un 14,1% (504.000 personas) que se dedica a la industria manufacturera y el 9,8% (350.000 personas) que trabaja en alojamientos y comidas, principalmente.

Cuando se realiza el análisis por sexo, se observa que el 54% de los ocupados son varones y el 46% son mujeres; y por grupos de edad, la mayoría de las personas ocupadas (44,3%) tienen entre 36 y 59 años”

A continuación, veremos el impacto de la pandemia en estas mismas actividades económica y como han decrecido con relación al 2019, vemos que el rubro de Alojamientos y comidas ha decrecido un 20,7 %, siendo la que más influencia ha tenido por la pandemia.

La UNIFRAZ, a través de su Centro de Investigación, Innovación y Transformación Digital en Turismo (CIINTUR), dio a conocer los siguientes resultados en 2019:

Es importante notar que la actividad económica del turismo, está en tercer lugar, como generador de empleos para los bolivianos.

El boletín de CEDLA “Situación de las mujeres en Bolivia” del 08.MAR.19, trabajo realizado por el observatorio de género informa que:

De la población económicamente activa es el 5.202.708 (2018 OIT) de los bolivianos, el 2017, las mujeres constituyeron el 46% de la población ocupada, (43% eran asalariada y 53%  trabajadoras independientes).

Aplicando el decrecimiento del 20,70 %, el 2020 en el sector de alojamiento y comida (indicado por el INE)  y sabiendo que el 46 % del empleo es ocupado por mujeres (indicado por CEDLA) y teniendo 399 mil empleos generados por turismo (CIINTUR); tenemos 23.932 mujeres desempleadas;  sin tomar en cuenta las mujeres que tienen trabajos independientes.

El reto del Gobierno es grande e importante, porque no solo es un problema económico presentado por la falta de turismo internacional en Bolivia sino también es un problema de género; teniendo que responder a su compromiso adquirido en la Asamblea de las Naciones Unidas en septiembre del 2015, donde aceptó trabajar en 17 objetivos para el desarrollo sostenible y más de cuatro objetivos darán respuesta a establecer estabilidad a las mujeres que trabajan en turismo y desarrollar a través de esta actividad un crecimiento económico sustentable y sostenible.

Objetivos ODS que se debe trabajar:

Erradicar la pobreza extrema en todo el mundo. Poner en práctica sistemas y medidas apropiados de protección social. Garantizar que todas las personas tengan los mismos derechos a los recursos económicos, así como acceso a los servicios básicos.

Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. La igualdad entre los géneros no es solo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible.

Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.

Para lograr crecimiento economico y desarrollo sostenible, es urgente recudir la huella ecologica mediante un cambio en los metodos de produccion y consumo de bienes y recursos

Tomando en cuenta este panorama, es de vital importancia que el Gobierno Nacional cree conciencia del rol de la mujer y desarrolle un plan estratégico integral, sostenible y con visión de genero de reactivación turística, para que las mujeres vuelvan lo antes posible a sus fuentes de trabajo, ayudando de esta manera a muchas familias que sufren la crisis económica.

Debe trabajar bajo los objetivos ODS que la OMT ha seleccionado exclusivamente para el desarrollo del turismo. Es la obligación del Estado elaborar planes gubernamentales claros y concretos que apoyen a la economía turística, por la importancia en la generación de empleo y como actividad económica de un sector exportador de servicios; apoyando a todos los emprendimientos privados y comunitarios; y el desarrollo de esta actividad con aperturas de fronteras, y vacunas para los prestadores de servicios. Garantizando con los protocolos de bioseguridad que Bolivia es un destino bioseguro.

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