En noviembre de 2011, el otrora ingenio donde se trataba el mineral, se convirtió en una escuela de platería. En siete meses, los futuros orfebres reciben talleres y egresan con certificados avalados a nivel técnico superior. Maestros de otros países, como Cuba, llegan cada cierto tiempo para compartir sus conocimientos.
La mina Manquiri logra producir plata con el 99 % de pureza, producto que usan los nuevos artesanos que se forman en este lugar. Actualmente hay 45 estudiantes, en tres turnos, quienes bajo las enseñanzas de maestros potosinos y paceños aprenden a darle forma a las joyas.
Uno de ellos, Fortunato David Baltazar Fernández, cuenta que al principio, era difícil conseguir materia prima, por lo que debían usar la procedente de La Paz e incluso, Perú. “Ahora los mismos alumnos aprendieron la técnica del fundido y compran plata del cerro por gramos. Luego de procesarla queda como se la conoce: plata potosina más pura, más dúctil, que no se negrea ni verdea”, explica.
Además de ver a los alumnos trabajar, aquí se puede recorrer una sala, donde hay piezas de plata potosina antigua. Asimismo, la reconstrucción se hizo con la mayor fidelidad posible al espacio original.