La rápida respuesta de Riberalta para devolver fauna silvestre a su hábitat

Ante llamadas telefónicas, un equipo de este municipio beniano acude a rescatar animales en apuros. La expansión de la mancha urbana hace que muchos de ellos aparezcan en domicilios o se enreden en cables eléctricos.

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La Región / Fotos: Dirección de Medio Ambiente

Un equipo de la Dirección de Medio Ambiente del municipio de Riberalta, en Beni, ejecuta desde el año pasado un programa, que le ha permitido devolver a su hábitat a 22 animales silvestres solo esta gestión. Se trata de una iniciativa que busca salvar a estas especies, pero también darle una respuesta rápida a la ciudadanía, para que no tenga oportunidad de causarles daño.

Rubén Laime Uma, director de la repartición edil, cuenta que hasta ahora les ha tocado rescatar perezosos (casi uno por mes), tejones, tortugas, caimanes negros, víboras, guajojós y una lista de aves, mamíferos y reptiles. Entre otras causas, la ampliación de la mancha urbana, hace que estos seres ingresen a domicilios o queden atrapados en cables de tensión eléctrica.

Dado que se trata de un territorio rodeado de selva, los responsables se vieron en la necesidad de organizarse para atender la demanda de llamadas de forma inmediata. Así, desde mediados del año pasado, los seis dependientes de la repartición, apoyados por el conductor del vehículo hacen turnos para responder a la ciudadanía. Laime dice que en promedio reciben dos pedidos de ayuda a la semana. Y esto fue posible porque cuando lanzaron plan, habilitaron números telefónicos que dieron a conocer en redes sociales y en medios de comunicación local. En la lista se incluyó el 110 de la Policía.

Entonces la gente empezó a comunicarse y se dio cuenta que recibía atención. Eso ayudó a evitar que se cause daño a los animales, como sucedió hace algunas semanas cuando se mató a una lechuza, pensando que era de mal agüero.

Aunque la tarea no ha sido fácil, valió la pena. “Al principio no sabíamos agarrar a los animalitos, pero investigamos, nos capacitamos”, dice Laime. Tanto él como sus compañeros son ingenieros forestales y además de esta labor deben continuar con su trabajo de supervisión de proyectos, entre otras obligaciones. Pero la necesidad los ha llevado a implementar este proceso.

Desde el año pasado, además, en el municipio hay presencia de la Policía Forestal y Preservación del Medio Ambiente (Pofoma), con cuyos efectivos se coordina la atención en casos más difíciles. “En este momento, por ejemplo, hay comercialización de huevos de peta, que traen de Pando o de otros municipios. Con ellos ya hacemos investigaciones y también vemos cuando se ofrece animales silvestres por redes sociales”, afirma.

El gran problema del departamento es que no cuenta con ningún centro de custodia de fauna silvestre, pese a ser parte de la Amazonia boliviana. Por ello, cuando se presentan situaciones más complicadas, deben comunicar al Ministerio de Medio Ambiente y Aguas, para que se coordine un traslado a refugios cercanos. Uno que está en San Buenaventura (La Paz), cruzando Rurrenabaque se ha convertido en alternativa.

Mientras, estos otros individuos, rescatados de casas o en situación de peligro son devueltos a su hábitat de inmediato, porque no tuvieron contacto con el ser humano. Al respecto, el biólogo Vincent Vos explica que de ello depende tomar la decisión antes de reinsertar a una especie a su hábitat.

Así los animales que son criados como mascotas ya no pueden volver a su hogar natural, porque no saben sobrevivir en la vida silvestre, tampoco desarrollaron habilidades y al haber estado en contacto con otros animales domésticos, incluso pueden causar daño a su especie, por contagio de enfermedades ajenas.

En cuanto a los que son devueltos, se busca que estén cerca de los lugares donde suelen alimentarse. Para ello Vos brinda asesoría voluntaria. “Por ejemplo, el perezoso se alimenta de ambaibos, así que se lo debe liberar en un bosque donde haya esa vegetación”, explica.

La actuación rápida permite también que no se demore ni media hora en la liberación, así se reduce el riesgo de contacto con los seres humanos. Esto por el bien del animal y de la persona que lo rescata.

Hasta ahora el programa ha dado resultado. El apoyo de la Policía y voluntarios al equipo de Medio Ambiente ha sido vital. Para una ciudad de casi cien mil habitantes, donde cada vez proliferan los barrios, tener una respuesta rápida es también una oportunidad para salvar a los animales silvestres.

Laime muestra una garza blanca que fue lastimada con una honda por unos niños.
Los perezosos son los animales que más se rescatan.

 

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