El Parque Nacional Tariquía, en Tarija, es una de las 22 áreas protegidas de Bolivia. Por su ubicación, al sureste del país, está en una zona de mucha actividad petrolera. En mayo de 2015, el entonces presidente Evo Morales promulgó el Decreto Supremo 2366, para autorizar el desarrollo de dichas actividades, en el marco de su “carácter constitucional, estratégico y de inte´res público para el desarrollo del país; vinculado a la reducción de la extrema pobreza en comunidades que habitan las áreas protegidas y la gestión integral de los sistemas de vida”.
Esto puso en sobreaviso no solo a quienes se supone beneficiaría la exploración y explotación –los habitantes de las comunidades- sino a medioambientalistas y la ciudadanía en general. La razón es que los efectos de una intervención extractiva implica desplazamientos de personas, contaminación de fuentes de agua, suelo, deforestación y la apertura de caminos, lo cual pone a la fauna en vulnerabilidad ante cazadores furtivos.
Pero además de ello, en más de 246 mil hectáreas del área protegida, existe una riqueza biodiversa, conferida por el relieve montañoso y sus bosques muy bien conservados.
Por eso, las 10 comunidades del cantón Tariquía se unieron para visibilizar su oposición a la entrada de petroleras a la reserva y en defensa a sus formas de vida.
En marzo de este año, ante el inicio de obras de exploración, tanto los habitantes de la zona, como activistas iniciaron un bloqueo de la ruta. Esa fue la única manera que encontraron para frenar una caravana de vehículos de YPFB y otros ministerios para empezar la actividad.
El presidente de la estatal petrolera, Óscar Barriga, en un acto público dijo que no solo se beneficiaría la comunidad, sino el departamento y “todos los bolivianos”. Además calificó de “mentiroso” el discurso de daño medioambiental, pues “solo se afectaría 20 hectáreas”, de más de 246 mil que tiene la reserva.
Como la amenaza se concretó y los proyectos de exploración comenzaron en los bloques San Telmo Norte y Astillero, la decisión del actual ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, es un alivio tanto para los moradores, como para quienes defienden las áreas protegidas.
La tarde del lunes la autoridad instruyó la paralización y anunció que se reunirá con operadoras y socios de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE) este viernes en Santa Cruz. “Tariquía no se toca y esa es una misión que tenemos al interior del Ministerio de Hidrocarburos. Y no es fácil porque hay contratos establecidos, pero la primera decisión que hemos tomado es la paralización de las actividades exploratorias dentro del área protegida”, afirmó en Tarija, durante la posesión del director distrital de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Óscar Guillén.
Respecto a Petrobras del Brasil y la subsidiaria YPFB Chaco, operadoras de los dos bloques petroleros, afirmó que se buscará una “salida jurídica” para evitar que el área protegida sea afectada por la exploración.
Solo como datos, la reserva nacional tiene registradas 867 especies de animales y 609 especies de plantas.