Ecuador ahora tiene el listado más completo de árboles de su Amazonía

El país cuenta con 2.296 especies de árboles en sus selvas amazónicas. Se trata de la lista taxonómica verificada más completa hecha hasta el momento, elaborada con los resultados de 20 años de inventarios florísticos, revisión de especímenes en herbarios e información de áreas de monitoreo permanente.

Árboles amazónicos. Foto: Cortesía INABIO.

Por Antonio José Paz Cardona/Mongabay Latam 

El número astronómico de especies de árboles que se encuentra en los bosques amazónicos ha fascinado durante décadas a ecólogos, naturalistas, taxónomos y biólogos evolutivos. Ecuador es uno de los países con más especies endémicas, es decir, que no existen en ningún otro lugar del mundo, y buena parte de ellas se encuentran en su Amazonía. La cuantificación de esa gran diversidad, que en plantas es mayor que en muchos grupos animales, ha demostrado ser un desafío, pues hacia falta un trabajo colaborativo entre taxónomos y ecólogos —los primeros se encargan de analizar y describir grupos específicos de plantas y los segundos estudian su relación con el entorno—.

De ahí la importancia de un reciente trabajo que presenta una lista detallada de árboles de la Amazonía ecuatoriana, verificados taxonómicamente, y que además entrega datos de abundancia y distribución de las especies. El estudio fue publicado por la revista Ecology bajo el título Trees of Amazonian Ecuador: a taxonomically verified species list with data on abundance and distribution.

Llegar a este listado requirió el análisis de 20 años de inventarios florísticos y la revisión de especímenes en herbarios ecuatorianos. “Lo que nosotros hicimos con este proyecto colaborativo que comenzó hace más de 20 años fue revisar todas las muestras de las especies de árboles de la Amazonía ecuatoriana [entre 1999 y 2019] y la mayor cantidad de ‘váuchers’ [o fichas técnicas] para determinar cuántas especies de árboles hay”, dice Juan Ernesto Guevara, biólogo investigador de la Universidad de Las Américas en Ecuador e investigador asociado del Field Museum de Chicago.

Árboles amazónicos. Foto: Cortesía INABIO.
Árboles amazónicos. Foto: Cortesía INABIO.

Guevara es el autor principal del artículo científico y fue quien coordinó el extenso trabajo colaborativo con el que se pudo concluir que en la Amazonía ecuatoriana existen 2296 especies de árboles registradas.

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Certeza de lo que se tiene y un mundo por descubrir

El mayor reto fue unir los conocimientos de todos los científicos que hicieron posible esta extensa lista. “Había una falta de trabajo colaborativo entre los taxónomos y ecólogos”, dice Guevara. Coordinar y complementar los saberes de los 12 coautores fue una tarea complicada pero que dio finalmente sus frutos y aportó al conocimiento que el país tiene de su flora.

Diana Fernández-Fernández, investigadora del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio) y coautora del estudio, asegura que ahora Ecuador dispone de una lista taxonómica de árboles de su Amazonía, de aquellos que crecen máximo hasta los 500 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m), sin incluir el área de transición a la parte andina.

El listado es el resultado del análisis de 47 486 registros depositados en el herbario Alfredo Paredes (QAP), el herbario de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (QCA), el Herbario Nacional (QCNE) del Inabio, el Jardín Botánico de Missouri (MO) y registros de una extensa muestra de 29 768 árboles con un diámetro de tronco igual o superior a 10 cm, registrados en la red de parcelas —áreas de una hectárea donde se hacen monitoreos permanentes—.

Ejemplar conservado en el Herbario Nacional QCNE. Foto: Cortesía INABIO.
Ejemplar conservado en el Herbario Nacional QCNE. Foto: Cortesía INABIO.

Otra de las conclusiones más reveladoras del estudio es que a pesar de este extenso trabajo, donde se detalló la información de 2296 árboles, los investigadores estiman que aún se desconoce entre el 42 y 63% de las especies de árboles de esta región del país. “Se estima que el número de especies de árboles en la Amazonía ecuatoriana estaría entre 5487 y 6827 especies”, dice el documento.

Este cálculo se realizó con base en modelos matemáticos y, según Fernández, la principal limitación para avanzar en el descubrimiento de toda esa flora oculta es que en el campo de las plantas “hay poca gente que se dedica al estudio taxonómico, somos contadas las personas especialistas que nos dedicamos a esta tarea. De ahí la gran preocupación de que muchas especies desaparezcan sin ser descubiertas”, dice.

Pero los desafíos para los científicos no paran ahí. El biólogo Juan Guevara es enfático al indicar otro de los resultados del estudio. “Uno de los aspectos más relevantes, y preocupantes a la vez, es que el 90 % de las especies que sabemos que están en la Amazonía ecuatoriana no tiene ningún tipo de información respecto a su estado de conservación, según los parámetros de la UICN. Esto significa que sabemos muy poco sobre la ecología de esas especies, el tamaño de sus poblaciones, cuáles son sus principales dispersores y polinizadores, cuál es la respuesta a cambios en el clima, etc. Es un vacío de información existente que esperamos se pueda llenar”, afirma.

Además, Guevara coincide con Fernández en que se necesitan más taxónomos en el país. “Debemos formar gente que esté en capacidad no solo de hacer la descripción de una especie sino de investigar sobre su ecología. Ese es el punto de partida”, destaca.

Árboles Amazonía Ecuador. La taxónoma Diana Fernández en el Herbario Nacional QCNE de Ecuador. Foto: cortesía INABIO.
La taxónoma Diana Fernández en el Herbario Nacional QCNE de Ecuador. Foto: cortesía INABIO.

Después de eso, indica, se abre también una posible línea de investigación relacionada con la riqueza de compuestos químicos que generan las plantas como mecanismo para evitar ser predadas.

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Amenazas y retos para los árboles de la Amazonía

 

A la taxónoma Diana Fernández le preocupan las zonas de selva donde hay mayor intervención humana, principalmente por cuenta de las actividades petroleras y la extracción maderera. “Ahora se suma el problema en la parte sur, en las provincias de Zamora Chinchipe, Morona Santiago y parte de Pastaza. Allí ha empezado una fuerte explotación minera”.

La experta señala, incluso, que en muchas áreas de la Amazonía, a pesar de estar en áreas protegidas, ya se han dado concesiones. “Hace varios años descubrí una especie nueva en la cuenca del río Nangaritza y esa área ya está dada en concesión. Ahí está la única población de ese árbol endémico y nuevo para la ciencia. Casos como este están ocurriendo con muchas especies más”, comenta.

Fernández menciona que el hecho de que el 90 % de las especies que se conocen no estén evaluadas es una amenaza en sí misma. “Lo que se ha evaluado son las especies endémicas. Tenemos cerca de 5000 especies endémicas en todo Ecuador, la mayoría en la parte andina y otras en la Amazonía, de las demás aún falta mucho por saber”.

Parte del bosque que se ha tumbado para la construcción del proyecto Mirador , de capital chino. Foto: Segundo Espín / Revista Vistazo.
Parte del bosque que se ha tumbado para la construcción del proyecto Mirador  en la provincia de Zamora Chinchipe. Foto: Segundo Espín / Revista Vistazo.

A la falta de taxónomos en Ecuador se suma la falta de presupuesto. En el Inabio trabajan en plataformas de base de datos que permitan presentar una lista dinámica de especies ligada a la información que tienen en las fichas técnicas o ‘váuchers’, que son parte de sus repositorios. Sin embargo, Fernández asegura que la institución no cuenta con los fondos suficientes para dedicarse a perfeccionar y terminar este trabajo. Aún así, hace lo que puede: “Yo estoy a cargo de la base de datos del Herbario Nacional, y desde mi experiencia, siendo taxónoma botánica, me ha tocado aprender la parte informática por mi propia cuenta”, dice.

Una de las formas que los biólogos han encontrado para avanzar en medio de las dificultades es el trabajo colaborativo. Sin embargo, es algo que debe fortalecerse y Fernández lo tiene claro: “Necesitamos trabajar en mayor coordinación con otros investigadores para seguir enriqueciendo el trabajo científico”. Espera que los trabajos en conjunto, como los que permitieron esta detallada lista, sean la norma y no la excepción.