¡Apóyanos! Tu aporte nos permite hacer periodismo independiente, de calidad y sobre todo útil para la sociedad. Sé un amigo/a de La Región, suscríbete. Haz click aquí para saber cómo.

La Región con datos de The New York Times

Investigadores de Bélgica tienen muchas esperanzas en Winter, una llama de cuatro años. Este auquénido color chocolate, patas delgadas y pestañas envidiables no es súperpoderoso, sino que descubrieron que sus anticuerpos evitaron tanto al SARS (enfermedad respiratoria viral causada por un coronavirus) como al MERS (síndrome respiratorio de Medio Oriente también causado por un coronavirus).

Con esa información, los científicos plantearon que esos mismos anticuerpos podrían neutralizar al nuevo virus que causa la COVID-19. Y estaban en lo cierto, así que publicaron sus resultados este martes en la revista especializada Cell.  Mira aquí el estudio original

Antecedentes

Winter, centro, la llama que está siendo estudiada. Foto: New York Times.

Los científicos recurrieron a las llamas durante mucho tiempo para la investigación de anticuerpos. En la última década, por ejemplo, hicieron investigaciones sobre VIH e influenza, y encontraron terapias prometedoras para ambos virus, según reporta el diario estadounidense The New York Times.

Según se explica, los humanos producen solo un tipo de anticuerpo, compuesto por dos tipos de cadenas de proteína, pesadas y ligeras, que juntas parecen una letra “Y”. Las proteínas de cadena pesada abarcan toda la “Y”, mientras que las proteínas de cadena ligera tocan solo los brazos de la “Y”. Las llamas, por otro lado, producen dos tipos de anticuerpos. Uno de estos anticuerpos es similar en tamaño y constitución a los anticuerpos humanos. Pero el otro es mucho más pequeño; es solo un 25 por ciento del tamaño de los anticuerpos humanos. El anticuerpo de la llama también forma una “Y”, pero sus brazos son mucho más cortos, porque no tiene proteínas de cadena ligera.

Ese anticuerpo más diminuto puede acceder a pequeñas cavidades y hendiduras en las proteínas espiga — las proteínas que permiten que virus como el nuevo coronavirus rompa las células huésped y nos infecte — que los anticuerpos humanos no pueden. Eso puede hacerlo más efectivo para neutralizar virus.

La voz de los expertos

Los anticuerpos de las llamas también son fácilmente manipulables, dice Xavier Saelens, un virólogo molecular de la Universidad de Gante en Bélgica y uno de los autores del nuevo estudio. Pueden unirse o fusionarse con otros anticuerpos, incluyendo anticuerpos humanos, y permanecer estables a pesar de dichas manipulaciones.

Este anticuerpo es una característica genética que las llamas comparten con todos los camélidos, la familia de mamíferos que también incluye a las alpacas, los guanacos y los dromedarios (camellos).

Los tiburones también tienen estos anticuerpos más pequeños, pero “no son un gran modelo experimental, y son mucho menos tiernos que las llamas”, dijo Daniel Wrapp, estudiante de posgrado afiliado a la Universidad de Texas en Austin y a Dartmouth College, y coautor de la nueva investigación.

Saeles dijo que las llamas están domesticadas, son fáciles de manejar y menos tercas que muchos de sus primos camélidos, aunque “si no les caes bien, escupirán”.

En 2016, Saelens, Wrapp, Jason McLellan, virólogo estructural de la Universidad de Texas en Austin, y otros investigadores buscaron en las llamas —y, específicamente, en Winter— para encontrar un anticuerpo de llama más pequeño “que pudiera neutralizar muchos diferentes tipos de coronavirus”, dijo McLellan.

El experimento

A Winter le inyectaron proteínas espiga del virus que causó la epidemia de SARS en 2002 y del MERS. Luego analizaron una muestra de su sangre. Y aunque no pudieron aislar un solo anticuerpo de llama que funcionase contra ambos virus, encontraron dos potentes anticuerpos que sí pelean por separado.

Los investigadores estaban escribiendo sobre sus descubrimientos cuando, en enero, el nuevo coronavirus comenzó a aparecer en los titulares de la prensa mundial. De inmediato se dieron cuenta de que el pequeño anticuerpo de la llama “que puede neutralizar el SARS probablemente también reconocería al virus de la COVID-19”, dijo Saelens. Y así lo hizo, según descubrieron los investigadores: se inhibió efectivamente el coronavirus en cultivos celulares.

Ahora los expertos esperan que el anticuerpo pueda usarse como tratamiento profiláctico, inyectando a alguien que aún no está infectado para protegerlo del virus, como a un trabajador de la salud. Si bien la protección del tratamiento sería inmediata, sus efectos no serían permanentes, y durarían solo un mes o dos sin inyecciones adicionales.

Este enfoque proactivo está a por lo menos varios meses de distancia, pero los científicos están avanzando hacia ensayos clínicos. Puede que sean necesarios estudios adicionales para verificar la seguridad de inyectar anticuerpos de una llama en pacientes humanos.

“Aún hay mucho trabajo que hacer para tratar de llevar esto a la clínica”, dijo Saelens. “Si funciona, la llama Winter merece una estatua”.

Prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de este portal  sin autorización de La Región. Solicite información para redifusión a [email protected] o al 70079347

¡Apóyanos! Tu aporte nos permite hacer periodismo independiente, de calidad y sobre todo útil para la sociedad. Sé un amigo/a de La Región, suscríbete. Haz click aquí para saber cómo.