Refugios de animales necesitan ayuda para alimentos

La tensión social que se vive en Bolivia ha puesto en apuros a los responsables de Senda Verde (La Paz), Agroflori (Cochabamba) y Hotel Biotermal (Santa Cruz). El apoyo de la ciudadanía es vital para alrededor de dos mil animales rescatados.

En Senda Verde, hay más de diez personas a cargo de los animales. Ahora el refugio necesita ayuda. (Foto: Senda Verde)
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La Región

La situación político-social que vive Bolivia desde el pasado 20 de octubre, tiene en vilo a responsables de, al menos, tres refugios de animales en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Uno de los ingresos más importantes de estos lugares son las visitas de personas o solicitud de servicios, ya que son iniciativas privadas. Debido a los bloqueos de caminos y la inestabilidad económica, esto se ha visto seriamente afectado, por lo que los responsables tuvieron que apelar a la ciudadanía para que alrededor de dos mil animales, de los tres centros, continúen recibiendo la atención necesaria.

El primero en pedir apoyo, ya en los primeros días de este mes fue el Parque de las Aves Agroflori, en Cochabamba, donde no solo se atraviesa una situación difícil por falta de recursos económicos, sino que debido a enfrentamientos que hubo en la zona donde está ubicado –Quillacollo- muchas aves cayeron, afectadas por petardos y estrés.

El fin de semana, al llamado se sumó el santuario Senda Verde, situado en la provincia Nor Yungas de La Paz (Yolosa). En 11 hectáreas, este lugar acoge a 835 animales, de 65 especies, entre felinos, mamíferos, anfibios y aves. Se estima que diariamente se requiere más de 500 dólares para la alimentación de los mismos.

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“La situación es muy delicada. Hace dos semanas que no recibimos visitas y gran parte de nuestro ingreso, casi la totalidad, depende de eso y de una empresa de bicicletas que trae turistas”, explica Victoria Ossio, cofundadora del refugio.

Hasta antes que la situación en el país se complique, tras la renuncia del ahora expresidente Evo Morales, se había previsto tener comida de reserva, pero como las frutas, verduras y carnes no pueden ser almacenadas mucho tiempo, aquella previsión se terminó. Solo como dato, a la semana los felinos consumen 70 kilos de carne.

Esta semana, la responsable del lugar tuvo que conseguir algunos productos a un precio mucho más alto, por lo que ahora se inició una campaña para que la ciudadanía pueda hacer llegar raciones secas, mientras pasa el difícil momento.

Así, es importante donar avena no instantánea, quinua o quinoa (puede ser de segunda calidad), fórmula deslactosada para bebé NAN o Nutrilón para las crías y semillas de girasol. Quienes prefieran apoyar en efectivo, lo pueden hacer a la caja de ahorros 150-1737557 del Banco Nacional de Bolivia (BNB), a nombre de La Senda Verde, cuyo NIT es 211112029. En La Paz hay lugares donde se puede llevar los aportes:

  • Veterinaria Chatos (Av. Pasoskanki 1706)
  • Librería Decus (Av. 16 de Julio, planta baja, frente al cine Monje Campero).
  • Urbanización Santa Catalina Nro. 2, en la calle 13 de Calacoto.
  • Spa Vellísimo (Av. Montenegro, edificio Arsal 1042).

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“Estamos sumamente preocupados, tenemos que garantizar que los animales no sufran hambre y que el cuidado sea el mismo. Debemos garantizar que los guardafaunas, veterinarios y la gente que prepara la comida se quede. Nosotros vamos a hablar con ellos para que nos aguanten un poco (en cuanto a salarios), pero sí el tema del dinero para la comida de los animales nos aflige de sobremanera”, dice Ossio.

Y es que al problema económico, ahora se suma el de los cortes de ruta, que tienen al departamento paceño aislado del resto del país, por lo que incluso hacer llegar las donaciones que lleguen al refugio será una tarea complicada.

Un problema tras otro

Durante los incendios en la Chiquitania, Biotermal se convirtió en un lugar de gran importancia para salvar a los animales afectados. (Foto: Biotermal).

En el caso del Hotel Biotermal, ubicado en Aguas Calientes, municipio de Roboré (Santa Cruz), su propietario, José Sierra, asegura que desde el 14 de agosto pasado no han podido prestar sus servicios normalmente y ahora “no viene nadie”, por los conflictos sociales.

Este lugar, que es un refugio temporal de animales silvestres víctimas de los incendios que azotaron a la Chiquitania durante más de dos meses, tiene más de 85 individuos. Tras el desastre ecológico, voluntarios, un veterinario y un biólogo se hacen cargo de prestarles la atención necesaria a mamíferos, aves y reptiles.

La esperanza estaba puesta en la recuperación de Roboré como destino turístico, pero tras las elecciones presidenciales del 20 octubre, en Santa Cruz se convocó a un “paro cívico indefinido”, que frustró todas las iniciativas de recuperación económica. Como Senda Verde, Biotermal necesita de los turistas que llegan a hospedarse al hotel para destinar el monto necesario a la atención de los animales.

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En contacto con La Región, Sierra explicó que por ahora los voluntarios están ayudando con campañas de recolección de frutas y verduras, para la alimentación.

“Acá (en Roboré) ahora mismo todo cuesta el doble. Yo llegué anoche (por el domingo) y traje algunas cosas de Santa Cruz. Algunas personas nos están colaborando, lo hemos pasado mal, solo esperamos que esto empiece a moverse”, dice.

Pese a que pasó el incendio, a este lugar continúan llegando animales rescatados. Los recientes “huéspedes” son un oso hormiguero que perdió a su madre, chanchitos de monte y, una vez que se habilite el espacio necesario, es posible que lleguen felinos, con lo cual necesitarán carne.

Para apoyar a Biotermal, puede comunicarse con el número de celular (591) 72143061 o llevar directamente su donación hasta Aguas Calientes, distante a 438 kilómetros de la capital oriental. Además de frutas y verduras, también se requiere enseres para ampliar las jaulas.

Suman deudas

Durante los conflictos, muchas aves cayeron por los petardos y no todas pudieron ser rescatadas. (Foto: Agroflori).

Para Agroflori de Cochabamba, que fue el primer refugio en pedir ayuda mediante su página de Facebook, ahora el gran problema se centra en las deudas adquiridas. Soledad Vargas, una de las cofundadoras, cuenta que el último fin de semana el parque ya recibió visitas, pero muy pocas.

A ellos se les acumularon gastos de pago de alquiler de la veterinaria que tienen para cubrir necesidades de los animales refugiados y mascotas en general, también deben sueldos a los trabajadores y, lo más preocupante, la alimentación de los individuos.

“Estamos poniendo fuerza al trabajo, como siempre lo hemos hecho. Durante estos días (de conflicto) la veterinaria no cerró, pero necesitamos ayuda”, dice.

En esta nota encontrará los detalles para apoyar a este parque, que está a 12 kilómetros de Cochabamba y acoge a 900 animales, la mayoría de ellos aves.

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