Se estima que en Bolivia solo quedan 1160 ejemplares de paraba frente roja (Ara rubrogenys). La especie, que solo se distribuye en el país, está catalogada “en peligro crítico de extinción”. El dato de su población corresponde al último censo realizado el año pasado y aunque los resultados arrojaron cifras mayores a las registradas en el censo de 2012, donde se contabilizó 807 individuos; su estado de conservación continúa siendo preocupante.

Por ello, en mayo pasado la Fundación Natura Bolivia entró en contacto con la bodega Jucumari en Tarija, una firma creada con el objetivo de apoyar la conservación de la fauna silvestre. Así, sellaron un acuerdo para dedicar la más reciente colección a la emblemática ave.

Natura ya trabaja hace muchos años en los valles interandinos (Santa Cruz – Cochabamba), primero con los Acuerdos Recíprocos por Agua (ARA) y ahora con los acuerdos por biodiversidad o conservación. Este mecanismo consiste en entregar un incentivo a las familias que deciden cuidar los bosques donde habita la paraba, a través de fondos que provienen de los Gobiernos Municipales, la propia Natura, y ahora la venta de vinos.

Así, al comprar una botella del elixir de la vid, no solo es posible disfrutar de un producto de calidad, sino ser parte de esta tarea de evitar la extinción de una especie.

Carmen Suárez, coordinadora de Comunicación de Natura, explica que cuando le explicaron la estrategia a Alfonso Blanco, el dueño de Jucumari, quedó encantado con la idea.

Un número simbólico

Por cada botella adquirida, unos tres dólares serán destinados para el fondo de conservación.

Las botellas de vino dedicadas a la paraba frente roja son una edición limitada y ya están a la venta en todo el país. Su costo es de Bs 80 (poco más de $us 11), 20 de los cuales (alrededor de $us 3) irán para el fondo de conservación.

Se decidió sacar al mercado 1160 unidades, porque es el mismo número de ejemplares contabilizados el año pasado.

“La idea es que un porcentaje de la venta de estos vinos lo vamos a ir guardando para hacer estos acuerdos de conservación con las comunidades que están entre Pasorapa, Aiquile, estos municipios donde habita la paraba y con los que ya trabajamos nosotros en Acuerdos de conservación”, dice Suárez.

En este caso específico, los incentivos buscarán que los productores no cacen o maten a las parabas porque se comen su maíz; conflicto que se registra con frecuencia en la zona. “La idea es que, si necesitan más maíz, les podemos dar más maíz para que cuiden a la especie”.

Para adquirir los vinos, solo debe dirigirse a la Fundación Natura en Santa Cruz (poner mapa porfa), o comunicarse al celular con whatsapp 68923492. En el resto del país: 78960809.

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Cifras que alientan

La paraba frente roja únicamente se encuentra en los valles secos interandinos de Chuquisaca, Cochabamba, Potosí y Santa Cruz. Durante el primer censo realizado en 2012, se calculó la presencia 807 ejemplares. El año pasado, entre marzo y abril, se registró 1160 individuos, lo cual podría significar que los esfuerzos de conservación realizados por diferentes actores dieron buenos resultados en la última década.

Y es que la preservación de la especie está muy ligada a la colaboración de comunidades indígenas y campesinas, porque existe un conflicto fauna-ser humano muy fuerte en la zona de distribución del ave. Esto significa que, muchas veces, los productores se ven afectados por la presencia de la paraba.

En ese contexto, es bueno saber que se encontraron 159 parejas (318 individuos) “con indicios de actividad reproductiva”; una cifra que representa el 27,4% considerando a la población global de la especie.

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