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La Región

“Vamos camino a un nuevo ecocidio este año en la Chiquitania y la Amazonia de Bolivia. En el 2020 hasta el 19 de abril se han producido 3.368 incendios; 607 más que el año pasado en este mismo período. Todas las actividades económicas en Bolivia están disminuidas y sin embargo las quemas del agronegocio se incrementan en el país. Esto tiene que parar”.

Así comienza el manifiesto elaborado por pueblos indígenas, colectivos de activistas e instituciones que autoconvocan a la Primera asamblea urgente por los bosques – Bolivia. La actividad será a las 16:00 como parte del Día Mundial de la Madre Tierra y se transmitirá en vivo por Facebook Live de la página https://www.facebook.com/NoMasEcocidioChiquitania/.

En el documento, difundido por la organización mediante redes sociales, se plantea que la pandemia de COVID-19 y la destrucción de los ecosistemas están íntimamente ligados. “El coronavirus es el resultado de varias causas que están en la base del sistema de producción capitalista”, refiere. Así, detalla algunas como:

  • Deforestación acelerada, para la ampliación de la frontera agrícola afectando ecosistemas de animales silvestres y creando las condiciones para el traspaso de virus y enfermedades de animales a humanos.
  • Crecimiento de las grandes urbes y expansión de nuevas enfermedades.
  • Agravamiento del cambio climático a todos los niveles Por el deshiele se liberarán virus que estuvieron congelados millones de años.
  • Concentración de la crianza de animales en granjas industriales con uso intensivo de hormonas y antibióticos (cerdos, pollos, vacas).
  • Gripe aviar (pollos) y gripe porcina en las granjas industriales.
  • Modelo agroalimentario centrado en la producción de mercancías para la exportación y no en alimentos saludables.
  • Introducción de transgénicos y agrotóxicos a plantas y animales afectando el sistema inmunológico de los seres humanos.

Del mismo modo exhorta a proteger la naturaleza “de la acción depredadora de medianos y grandes propietarios agropecuarios que anteponen sus intereses mezquinos a la preservación de la vida”.

En el punto más importante se pide una cuarentena para los bosques frente a las quemas descontroladas.

“Desmontar bosques para plantar caña de azúcar y soya para biocombustibles es una locura que solo beneficia a los agronegociantes. Con la caída de los precios del petróleo, estamos en un momento en el que el etanol y el biodiesel son mucho más caros que la gasolina y el diésel. La exportación de carne a la China además de ser un atentado contra los bosques es totalmente inviable por la disminución de la demanda y las restricciones del comercio mundial”, dice.

El comercio global, el productivismo desenfrenado, el turismo depredador y el transporte se ralentizan en el planeta. Todos debemos construir un nuevo mundo, protegiendo la vida y la naturaleza.

En un llamamiento a salvar los bosques, se pide” terminar con incendios que contaminan y aniquilan plantas, animales y biodiversidad para favorecer a los traficantes de tierras y a los agronegociantes”.

Según los activistas, hay más de 18.000 firmas recabadas en dos semanas antes de la cuarentena a nivel nacional pidiendo la abrogación de las leyes y decretos que permiten las quemas, la anulación de leyes inconstitucionales a favor de los transgénicos, el avance de la agroindustria y etanol.

Hace algunos días se conoció mediante la prensa tarijeña la posible auotorización de un nuevo tipo de soya transgénica, HB4, por lo que el movimiento también protesta al respecto. “Es también inaceptable que mientras se declara la cuarentena en Bolivia, el gobierno pretende continuar con el trámite para autorizar nuevos eventos de la soya transgénica HB4, resistente al glifosato y al glufosinato de amonio que contaminarán los suelos, la biodiversidad y generarán un mayor deterioro del sistema inmunológico de los bolivianos”.

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