Animales del Kaa Iya como nunca los viste

Las cámaras trampa muestran que la actividad faunística se ha incrementado en 2019. Una de las hipótesis es que los incendios de la Chiquitania hicieron que las especies se refugien en el área protegida del Gran Chaco.

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Una hembra jaguar sale con su cría, mientras aparece otra con la que surge un rose. La madre se queda en vilo toda la noche y su cachorro descansa en un tubo de cemento. Ella lo cuida, no vaya a ser que aparezca un macho y, por rivalidad, decida acabar con la vida del pequeño.

Escenas como esa y muchas otras, muy reveladoras, fueron captadas el año pasado por las cámaras trampa instaladas en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) Kaa Iya del Gran Chaco, al suroeste de Bolivia.

En ellas es posible observar, por ejemplo, que la actividad faunística es nocturna en este sitio y que hay lugares específicos donde hay más posibilidad de observar ciertas especies, mientras que la alcantarilla de una de las plantas de la GTB -YPFB (Gas Transboliviano), operadora del gasoducto Río Grande – Mutún, se ha convertido en una especie de maternidad de jaguares.


Esta madre jaguar cuida a su cachorro con recelo, porque los machos suelen matar a los cachorros de su género para evitar competencia.


Tanto esta firma como el Sernap (Servicio Nacional de Áreas Protegidas) tienen instaladas cámaras trampa a lo largo de la reserva natural, para llevar un monitoreo coordinado constante de la actividad faunística. Para la petrolera, esto es parte del programa de «Monitoreo de aspectos bíoticos», en cumplimiento con la licencia ambiental, para validar sus estudios, y demostrar que el impacto que está generando su operación no altera el hábitat natural de los animales. Para los representantes del Kaa Iya, es importante para fiscalizar a la GTB, pero también para estudiar el comportamiento de los individuos, así como para ampliar su información al respecto.

Aunque en años anteriores el monitoreo no fue tan intenso, el año pasado hubo cambios y se observó mayor presencia de fauna en la zona. Una de las hipótesis es que durante la época de los incendios, tanto el Ñembiguasu, como el Otuquis y la Unidad de Conservación del Patrimonio Natural (UCPN) Tucabaca fueron alcanzados por las llamas, y los animales se refugiaron en el “amo del monte” o Kaa Iya, que no se vio afectado.

Richard Rivera Casso, responsable del programa de monitoreo ambiental del área protegida, explicó que esto debe estudiarse, pero tanto los guardaparques como operadores de turismo notaron el incremento.

“Ha habido un boom en época de sequía. Normalmente era más fácil encontrar fauna en los cuerpos de agua, entonces los touroperadores venían y su fecha ideal era de julio a septiembre. Sin embargo, el último operador que entró, se quedó impresionado de la cantidad de animales que vio en tres días. Pasó su récord de especies observadas y es altísimo. Vio pumas y un montón de especies que normalmente cuesta ver, hasta un yaguarundí”, dice.

El felino al que hace referencia el ingeniero ambiental es un gran medidor de la salud de conservación del lugar. Los expertos aseguran que su presencia, como la del jaguar, es un bioindicador que sirve para medir la salud de los ecosistenas y, como se puede ver en las imágenes, el año pasado se pudo avistar no solo yaguarundis negros, sino también amarillos.

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Un puma pasea cerca de un cuerpo de agua. En estos lugares es más factible avistar fauna.


Gracias al monitoreo, se estableció que la actividad faunística en el Kaa Iya es mayor durante la noche.


Después de cazar a este chancho de monte, esta jaguar se lo llevó a otro sitio para alimentarse y así evitar que animales carroñeros se acerquen.

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Un yaguarundí negro pasea por una alcantarilla. Este punto también se ha convertido en una especie de maternidad de jaguares.


Hay sitios específicos donde hay alta probabilidad de avistar antas en la noche. Los operadores usan esta información para llevar a los turistas, con la debida responsabilidad.


Una urina busca alimento enfrente de la trampa cámara. La GTB tiene estos equipos instalados cada tres kilómetros en el derecho de vía.

Fuente: Videos: Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) Kaa Iya del Gran Chaco


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