Reservas para la conservación con participación de comunidades indígenas desarrollan proyectos de turismo de avistamiento de aves y han logrado frenar la captura de la especie destinada al tráfico.

Gobierno impulsa un Plan de acción para la conservación de la Paraba Frente Roja que se espera quede aprobado este año.


Por Yvette Sierra Praeli / Mongabay Latam

Desde hace 13 años, Marlene Rivas forma parte de un equipo que trabaja para la protección de la paraba frente roja (Ara rubrogenys), un ave endémica de Bolivia que se encuentra catalogada En Peligro Crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN)

“Antes no cuidábamos a las aves. No sabíamos que estaban en peligro de extinción. A las parabas las capturaban como mascotas y las mataban porque hacían daño a los cultivos”, cuenta Marlene sobre algunas de las causas que han puesto a esta especie al borde de su desaparición.


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En cambio, dice, ahora los comuneros de San Carlos, Amaya y Perereta están orgullosos de tener esta ave en su localidad. Estos pueblos ubicados en el municipio de Omereque, departamento de Cochabamba, son parte de la Reserva Natural Comunitaria Paraba Frente Roja, uno de los espacios dedicados para la conservación de esta especie en Bolivia.

Debido a su situación crítica, en varios lugares del país se han establecido refugios y espacios de protección del ave. Pero ahora se quiere dar un paso más con la nueva propuesta del Plan de Acción para la Conservación de la Paraba Frente Roja que busca sentar las bases para evitar que esta emblemática ave desaparezca del planeta.

Se calcula en 800 individuos la población de paraba frente roja en Bolivia. Foto: Asociación Civil Armonía.
Se calcula en 800 individuos la población de paraba frente roja en Bolivia. Foto: Asociación Civil Armonía.
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Un refugio para las aves

La Reserva Natural Comunitaria Paraba Frente Roja se estableció en el año 2006 como una zona privada de conservación para esta especie creada por la Asociación Civil Armonía en coordinación con las comunidades San Carlos, Amaya y Perereta. “Se trata del sitio más importante para la reproducción de la especie”, dice Rodrigo Soria, director ejecutivo de Armonía.

Para Soria, el principal resultado de todos estos años de funcionamiento del refugio ha sido el compromiso de las comunidades para la conservación de la especie, evitando que continúe la caza y poniendo freno al conflicto que existía con sus cultivos de maíz, pues estas aves se alimentan de estos granos. Actualmente se han diversificado los sembríos y se han instalado zona de alimentación para las aves en el área reservada.

Las comunidades San Carlos, Amaya y Perereta, en Omereque, Cochabamba, participan del proyecto de la Reserva Natural Comunitaria Paraba Frente Roja. Foto: Asociación Civil Armonía.
Las comunidades San Carlos, Amaya y Perereta, en Omereque, Cochabamba, participan del proyecto de la Reserva Natural Comunitaria Paraba Frente Roja. Foto: Asociación Civil Armonía.

“Lo más importante es que la gente ha entendido que la paraba frente roja está en peligro de extinción y se ha empoderado de esta iniciativa, se preocupa por la población residente reproductiva, al punto de que cuando ven a un extraño se acercan y cercioran de que no se trate de un traficante”, explica Soria.

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Esta reserva también es un albergue turístico dedicado a la observación de aves. En este lugar que se extiende por aproximadamente 50 hectáreas se han registrado hasta 184 especies de aves, como se puede constatar en el portal e-bird, la plataforma global creada por el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, para que los observadores de aves informen sobre sus avistamientos.

Observadores de aves en la Reserva Natural Comunitaria Paraba Frente Roja. Foto: Asociación Civil Armonía.
Observadores de aves en la Reserva Natural Comunitaria Paraba Frente Roja. Foto: Asociación Civil Armonía.

Entre las aves encontradas en este refugio están la esmeralda pico rojo (Chlorostilbon lucidus), el cóndor andino (Vultur gryphus), el hornero común (Furnarius rufus), el vencejo andino (Aeronautes andecolus), la garcita blanca (Egretta thula), entre otros.

“Es un lugar mágico. Te deja impactado porque hay aves de todos los colores y están ahí, cerca de ti. No necesitas binoculares para verlos”, comenta Laura Velarde, coordinadora de Conservación Turística de Armonía.

Velarde añade que el interés por la observación de aves está en aumento y que en la zona reservada también existen restos arqueológicos de la Cultura prehispánica Omereque, lo que añade interés al lugar. Los ingresos, explica Velarde, benefician a las comunidades que forman parte del proyecto de conservación.

El turismo y la educación ambiental forman parte de la propuesta en Omereque. Foto: Asociación Civil Armonía.
El turismo y la educación ambiental forman parte de la propuesta en Omereque. Foto: Asociación Civil Armonía.

“La comunidad se ha dado cuenta de que se beneficia con el ingreso de turismo porque está ubicado en un lugar clave para la observación de esta especie”, agrega Soria, de Armonía. Menciona también que no se puede precisar si la especie está en aumento, pero el número de parejas reproductoras que se cuentan en este refugio bordea las 40 cada año, además de aquellos individuos que no están en etapa reproductiva. Soria precisa que el último estudio poblacional se realizó en el 2011, por tanto, sería importante realizar una nueva investigación para conocer el estado real de la especie.

El camino para la protección

Sixto Aguilar es guardaparque en el Área Protegida Municipal Jardín de las Cactáceas, ubicado en el departamento de Santa Cruz, un espacio con más de 22 000 hectáreas creado en el año 2005 para la protección de diversas especies de cáctus, pero que también se ha convertido en un refugio de la paraba frente roja.

La caza ha sido una de las causas de la reducción de la población de la especie. Foto: Fundación Conservación Loros en Bolivia.
La caza ha sido una de las causas de la reducción de la población de la especie. Foto: Fundación Conservación Loros en Bolivia.

En esta propuesta participan las comunidades Anamal y Las Juntas, que en coordinación con la Fundación para la Conservación Loros de Bolivia han frenado la caza de estas aves, así como el robo de pichones de sus nidos.

“Había una gran cantidad de parabas, pero se han reducido drásticamente por la caza. La gente ponía trampas para atrapar a estos guacamayos y luego venderlos”, cuenta Aguilar y explica que al llevarse a los adultos también se perdían los pichones que morían al no recibir los alimentos que les debían llevar sus padres. “Por eso desaparecieron rápidamente”.

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Actualmente las cosas han cambiado. Los comuneros participan de la vigilancia de la zona y reciben los ingresos que provienen de las visitas al área protegida. Además, se ha establecido un Comité de Administración —integrado por un representante de cada comunidad, el alcalde y el guardaparque— que se encarga del manejo de esta zona.

La paraba frente roja anida en las hendiduras de las rocas. Foto: Fundación Conservación Loros en Bolivia.
La paraba frente roja anida en las hendiduras de las rocas. Foto: Fundación Conservación Loros en Bolivia.

Jhony Salguero, director de Operaciones de la Fundación para la Conservación Loros de Bolivia (CLB), explica que la distribución de la especie también complica su conservación. La paraba frente roja habita en los bosques secos de valles internandinos, en los departamentos de Santa Cruz, Cochabamba, Chuquisaca y Potosí. “Son diversos culturalmente y con diferentes costumbres. Muchas veces, la gente de la zona no sabe que la especie está en peligro de extinción. Por tanto, es importante realizar un trabajo coordinado”, comenta.

Salguero también menciona que tenerlas como mascotas es una práctica arraigada en muchas comunidades, así como el conflicto que existe entre las aves y los agricultores, pues estos animales consumen maíz y maní, dos cultivos de la zona.

El especialista de CLB señala que la población total de la especie bordea los 800 individuos, según un último estudio realizado en Bolivia en el año 2012. También menciona la baja reproducción de la especie, que agudiza el problema de su supervivencia.

El gobierno boliviano impulsa el plan para la conservación de la paraba frente roja. Foto: Fundación Conservación Loros en Bolivia.
El gobierno boliviano impulsa el plan para la conservación de la paraba frente roja. Foto: Fundación Conservación Loros en Bolivia.

Otros lugares dedicados a la conservación de la paraba frente roja son el Parque Nacional Torotoro, el Parque Nacional el Palmar, el Centro de Biodiversidad Genética y el Área de Protección Municipal Moyepampa Lacarpampa.

Actualmente, la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas (DGBAP), del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, está elaborando el Plan de Acción de la paraba Frente Roja, una propuesta que busca frenar la reducción de las poblaciones de la especie.

Una propuesta que se ha retomado después de dejarla por algunos años en espera. Rodrigo Herrera, asesor legal de la DGBAP, explica que, en esta ocasión, además de los científicos, organizaciones civiles de conservación y el gobierno, se ha incluido a las comunidades indígenas y los municipios locales en cuyo territorio habita la especie.

“La propuesta está alineada con lo que indica la nueva Constitución de Bolivia e incluye la participación de todos los actores relacionados con la conservación de la paraba frente roja. Hemos programado presentarla en agosto y esperamos terminar el año con el plan aprobado”, comenta Herrera.

Herrera dice que el plan propone realizar más estudios científicos, un censo poblacional y el desarrollo de programas de turismo de observación de aves con las comunidades indígenas de los lugares donde aún se puede ver a la paraba frente roja.