¿Cumplió Bolivia sus compromisos internacionales de cambio climático en el área de bosques?

Una evaluación muestra “bajos niveles de cumplimiento de metas” durante el período 2015-2020. Entre otras cosas, por falta de una adecuada articulación, ausencia de ejecución de políticas públicas y necesidades financieras.

Foto: Edwin Pinegar

Bolivia ha demostrado “bajos niveles de cumplimiento de metas” en los compromisos a los que se suscribió respecto a Bosques y Agricultura en el Acuerdo de París, durante el período 2015-2020. Así lo refiere el “Reporte de Evaluación del Cumplimiento de las Contribuciones Determinadas Nacionalmente: Resultados Bosques”, publicado hoy por el Instituto Boliviano de Investigación Forestal (IBIF) y que puedes descargar aquí.

El Acuerdo de París es un tratado internacional, jurídicamente vinculante u obligatorio, sobre el cambio climático. Fue adoptado por 196 Partes en la COP21 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático), en París, el 12 de diciembre de 2015. La misma entró en vigencia el 4 de noviembre de 2016, con el fin de limitar el calentamiento mundial a muy por debajo de 2, preferiblemente a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales.

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El compromiso es una serie de Contribuciones Determinadas Nacionalmente (CDN), es decir, por país, que apuntan a solucionar el problema en conjunto. En el caso de Bolivia, asumió tales responsabilidades en tres áreas: agua, energía y bosques.

“Los compromisos están marcados para una evaluación cada cinco años. De acuerdo al estudio que hicimos, se evidencia que no se han logrado los compromisos. En algunos estamos lejos de lograrlo y en otros avanzamos lentamente”, indica Humberto Gómez, experto en cambio climático, bosques y deforestación, Oficial de Desarrollo del IBIF y autor del reporte, según la web de la institución.

Así, de un total de nueve indicadores de los resultados comprometidos como país, el diagnóstico realizado por el IDIF evalúa seis de ellos. Los tres restantes no se pudieron analizar debido a que requieren estudios específicos como censos nacionales, entre otros.

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Los tipos de metas a los que cada país podía adherirse son las siguientes:

 “Acciones y Políticas”, que implica una serie de acciones para reducir adicionalmente la pobreza e incrementar los niveles de resiliencia de las poblaciones, ecosistemas y, colateralmente, lograr efectos de reducción de emisiones.

Con relación al sector “Bosques y Agricultura”, durante el período 2015-2030, Bolivia estimó alcanzar estos objetivos:

  • Deforestación ilegal cero al 2020
  • Incremento de la superficie de áreas forestadas y reforestadas a 4,5 millones de hectáreas al 2030
  • Incremento de áreas de bosques con manejo integral y sustentable con manejo integral y enfoque comunitario a 16,9 millones hectáreas al 2030
  • Contribución del Producto Interno Bruto al 5,4 % el año 2030
  • Extrema pobreza cero en la población que depende de los bosques al 2025, de un aproximado de 350.000 personas al 2010.
  • Incremento de la cobertura neta de bosques a más de 54 millones de hectáreas, respecto de los 52,5 millones del año 2010.

Un trabajo conjunto

El cumplimiento de los compromisos involucra un esfuerzo conjunto entre varios sectores y actores: Gobiernos Nacionales, Departamentales y Municipales, empresas privadas, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones forestales comunitarias, movimientos sociales y la ciudadanía en general.

En ese contexto, la misión del IBIF está relacionada con gestión integral de bosques, incremento de la gestión comunitaria, reducción de la deforestación ilegal, y el incremento y mantenimiento de la cobertura forestal.

Por ello, las recomendaciones del reporte contemplan esfuerzos futuros como la implementación de una estructura de gobernanza que permita la articulación de los diferentes niveles del estado y actores de la sociedad civil. Así también efectivizar mecanismos de monitoreo, reporte y verificación que permitan hacer evaluaciones permanentes de cómo se está avanzando respecto a los resultados.

Respecto a lo que sucedió en Bolivia los últimos cinco años y los bajos niveles de cumplimento de metas, se observa que uno de los motivos radica en la falta de una adecuada articulación, la ausencia de ejecución de políticas públicas, y finalmente, necesidades financieras.

Una nueva reunión este año

Este año se llevará a cabo en Escocia, la COP26 en la que nuevamente se reunirán las partes firmantes de alrededor del mundo, para hacer una actualización de los compromisos a 2020 y reafirmar o modificarlos.

Respecto a eso, Gómez señala que Bolivia debe analizar los términos del contexto actual, así como también reconsiderar la ambición de los objetivos y por último reafirmar su compromiso.

Gómez resalta la importancia de crear consciencia sobre la gravedad del problema de cambio climático y prever acciones, para adaptarnos a los cambios inevitables que se darán en un futuro, de manera que no tengan mayor impacto en la biodiversidad, la economía o la salud.

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