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La Región 

La Reserva de la Biósfera Estación Biológica del Beni (RB-EBB) recibió este 7 de mayo la certificación de Área de Importancia para la Conservación de los Murciélagos (AICOM). El reconocimiento fue otorgado por la Red Latinoamericana y del Caribe para la Conservación de Murciélagos (RELCOM) e implica un mayor trabajo en la conservación de estos mamíferos que habitan en esta reserva nacional ubicada en el sudoeste de Beni.

Dennis Lizarro, biólogo investigador de la Universidad Autónoma del Beni “José Ballivián” (UABJB) y uno de los gestores para obtener este reconocimiento, informó que se trata de la séptima área reconocida en el país (de ahí el código asignado: A-BO-007), y una de las más importantes, porque de las 138 especies identificadas en Bolivia, 43 están en esta Reserva.

Río Maniqui. Foto: Archivo RB-EBB

“La EBB tiene una amenaza fuerte debido a la pérdida de hábitat (del murciélago y otras especies), por el crecimiento poblacional, la deforestación y las quemas, entre otros factores. Por eso se hizo una evaluación de la diversidad de especies de murciélagos presentes y se vio que (el área protegida) es esencial para la conservación”, explicó.

Debido a la cuarentena mundial por Covid19, el proceso de certificación no fue largo. Tanto la ficha técnica del área como sus características, entre otros requerimientos se presentaron el 27 de abril. En los documentos también se identificó a las personas o actores involucrados que trabajan en conservación, investigación o gestión del área, así como las acciones que se tomarán a futuro para continuar con las actividades necesarias en favor de los murciélagos de la Reserva. El objetivo es mantener la certificación de AICOM.

Luis Aguirre, biólogo coordinador general del Programa de Conservación de Murciélagos de Bolivia (PCMB), Ana Carola Vaca Salazar, directora de la RE-EBB y Lizarro, como investigador de la UABJB y coordinador del Programa de Conservación de Murciélagos en el Beni, elaboraron la propuesta, que fue presentada a la RELCOM por el citado representante nacional.

¿Qué se valoró?

Comunidades Indígenas Tsimane en la Reserva de la Biósfera Estación Biológica del Beni . Foto: Archivo RB-EBB

Cada país miembro de la RELCOM tiene la libertad de establecer las AICOM o SICOM (Sitios de Importancia para la Conservación de Murciélagos) que considere necesarias, de tal manera que puedan garantizar la conservación de la mayor cantidad de especies en su territorio.

Sin embargo, para obtener la certificación, se debe cumplir varios requisitos. Tres de los más importantes son: contener especies amenazadas, endémicas o raras que cumplan algún rol importante en el funcionamiento de los ecosistemas. El otro criterio es que estos lugares pueden contener refugios necesarios para la conservación, como sitios de maternidad o donde estos mamíferos se reúnen después de migraciones. Finalmente, que puedan tener una alta riqueza de especies, independientemente de la amenaza a la que estén sometidos.

La RB-EBB cumplió dos de los tres criterios. El primero y el tercero. En el caso del segundo, al ser un área de una superficie de 135.274 hectáreas es difícil señalar las cuevas o refugios, que en realidad entrarían en el criterio de SICOM.

La riqueza natural beniana

Aunque en la RB-EBB hay 43 especies de murciélagos, la propuesta se enfocó en cinco de ellas, consideradas emblema, para proteger el área:

Mesophyla macconnelli, una especie pequeña, que tiene los bordes de las orejas amarillas y es frugívora.
Glossophaga soricina, que es una especie de murciélago que se alimenta de polen y néctar, con lo cual contribuye a la polinización.
Myotis midastactus, insectívora, endémica de los ecosistemas de sabana del Beni.
Thyroptera tricolor, uno de los pocos registros documentados para Bolivia. Vive en hojas enrolladas de patujú o de platanales.
Chrotopterus auritus, una de las especies de mayor tamaño en Sudamérica, de alimentación carnívora.

Todas ellas, junto a las otras 38 especies que habitan en esta Reserva son ahora una razón más para mantener las sabanas del departamento lo mejor conservadas posible. “Esto ayuda a comprometer a los actores públicos, a actores locales y a las personas que quieran colaborar para que estas áreas o sitios se sigan manteniendo y sigan teniendo su certificación para seguir aportando en la conservación de murciélagos”, dice Lizarro.

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