Una mujer de pollera recorre una planicie en El Alto, una urbe que está a 4.100 msnm. Foto: Satori Gigie © /Archivo La Región

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Rocío Lloret Céspedes /  Foto: Satori Gigie © /Archivo La Región

Un equipo de biólogos moleculares bolivianos de la universidad de Laval en Quebec, Canadá, alista una segunda investigación sobre la relación entre Covid19 y la altura. El artículo científico saldrá a la luz semanas después que se conociera el primero, el 22 de abril pasado, y que solo incluía estudio de casos en Bolivia, Ecuador y la región autónoma del Tibet, en China. En esta ocasión, el análisis alcanza a 23 países del continente americano y es mucho más detallado y amplio. Prácticamente confirma las tendencias de la primera versión, con más argumentos.

El trabajo apunta a que la altura puede tener efectos fisiológicos y ambientales respecto al coronavirus. En el primer caso, por condiciones que desarrolla el cuerpo humano para adaptarse a vivir a más de 2.500 sobre el nivel del mar, y en el segundo, por la reducción de vida del virus cuando está expuesto al aire libre en estas regiones. Lo más importante, en ninguna circunstancia se trata de inmunidad.

Christian Arias (izq.) es investigador del Instituto de Cardiología y Neumología de la Universidad Laval, Canadá, y Jorge Soliz (der.) es profesor e investigador de la misma institución. Foto: gentileza autores.

¿Qué dice el estudio?

Actualmente los tests se analizan en ciudades del eje central, en su mayoría. Foto: ABI

Para el primer trabajo, los bolivianos utilizaron una base de datos creada por investigadores chinos, quienes georeferenciaron cada caso de Covid 19 en el mundo hasta el 30 de marzo. El análisis de los locales tomó en cuenta regiones de Bolivia (La Paz), Ecuador (Quito) y la región autónoma del Tibet, en China, que está a más de cuatro mil metros de altura.

Bajo el mando el profesor Jorge Soliz, también boliviano, el primer artículo científico publicado en abril por la revista científica del Centro Nacional para la Información Biotecnológica de Maryland, Estados Unidos, planteó una hipótesis que tiene dos partes y que está basado en trabajos de laboratorio, tanto en células humanas como de animales.

La primera parte postula que existe una disminución en el número de casos reportados en poblaciones que viven a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar debido a causas fisiológicas.

La explicación biológica es que el coronavirus (tanto Covid19, como su antecesor SARS) busca “pegarse” a ciertas células, pero solo lo hace en aquellas que contienen una proteína llamada ACE2. Esta se encuentra en células del sistema respiratorio, pulmones, corazón, arterias y venas, riñones e intestinos. Es la encargada de regular la presión sanguínea.

Así, ACE2 es una especie de puerta para que una persona contraiga el virus y si este no tiene esa llave, muere en el intento. Según el documento al que se puede acceder aquí, en condiciones de gran altura, el nivel de esta proteína en las células “es muy bajo”. Además, aun cuando una persona se infectara, los síntomas podrían ser menos severos.

La otra parte de la hipótesis es que las condiciones ambientales de las zonas de altura, “con seguridad van a afectar el tiempo que el virus puede permanecer activo (vivo) en las superficies inertes”, explica a La Región Christian Arias Reyes, parte del equipo de investigación. Esto implica que cuando el virus está en superficies inertes: mesones o el suelo, por ejemplo, “la radiación ultravioleta disminuye el tiempo que puede permanecer en ese lugar”. ¿Cuánto tiempo? “Pues no sabemos, hay que hacer estudios, pero seguro será bastante menos”.

¿Qué implica esta posible relación?

Christian Arias también pertenece al equipo de biólogos que sugiere hacer mayor cantidad de testeos para detectar a los asintomáticos. Foto: Alcaldía de El Alto

La combinación de los dos factores descritos explicaría la relación de casos entre La Paz y Santa Cruz, por ejemplo. Hasta el domingo 24 de mayo, en el primer departamento, que está a 3.600 metros sobre el nivel del mar, se reportaron 394 casos y en el oriental, 4.199.

Si bien existe una teoría de que en el llano se está tomando más muestras, el biólogo Arias expone que, por lo menos en el eje central del país, los testeos o toma de muestras son homogéneos. “Tanto en el país como en la gran mayoría del mundo, solamente se hace tests a quienes tienen síntomas claros o una historia de contacto directo con un contagiado. Obviamente no se hace tests al asintomático, tampoco al que tiene síntomas débiles. Entonces qué pasa, puede que en Santa Cruz se haga más tests, porque la gente que va al hospital tiene síntomas más claros y eso es una observación, que es parte de nuestro trabajo mostrado con números: la celeridad de la enfermedad puede ser más alta en el llano”, dice.

Respecto a la funcionalidad del estudio, de comprobarse, puede ser vital en la toma de decisiones, políticas de salud (flexibilización de la cuarentena, entre otros), e incluso en medidas a tomar con casos graves.

Esto último porque uno de los mayores problemas producidos por SARS Covid 2, causante del coronavirus, es la reducción de oxígeno en la sangre por el daño a los pulmones. El equipo de biólogos sugiere, de manera concisa en el primer artículo, revisar los mecanismos de aclimatación a la altura que existen en los habitantes de estas regiones, para buscar opciones de intervención en la enfermedad.

Pero ya en el segundo artículo, da opciones más claras y muestra algo que solo se había sugerido en el primero. “Es posible que en la altura, la severidad de los casos también sea menor”, sostiene el investigador.

Repercusiones y alcance

En ciudades como El Alto desde hoy comenzó una flexibilización en la cuarentena, con la circulación del transporte público, bajo medidas de bioseguridad. Foto: ABI

Bajo el título de: “¿La patogénesis del virus SARS-CoV-2 disminuye a gran altitud?”, el primer estudio recibió muchas felicitaciones tanto dentro como fuera de la universidad. Pero conscientes de que el retrato se hizo hasta el 30 de marzo, cuando en China incluso ya se mencionaba la posibilidad de volver a clases, el equipo se planteó hacer un segundo documento. Esta vez incluye a 23 países del continente americano, precisamente porque en muchos de ellos hay regiones en altura. Los patrones no variaron respecto al primero.

“A nivel científico hay métodos matemáticos que te permiten darle más fuerza a las observaciones que estás haciendo con relaciones estadísticas, medir el peso matemático que tiene cada factor. El impacto mundial sobre el primer estudio ha sido bien fuerte y gente de países que no tienen mucha relación con la altura decían: sí es posible que la tendencia sea esa, pero hay que considerar que las zonas de altura a nivel mundial son en esencia zonas rurales donde vive muy poca gente. Claramente es gente que no conoce la realidad de los países que tienen zonas urbanas amplias en altura, como La Paz y El Alto, Ciudad de México o Bogotá. Son ciudades enormes. Más de 140 millones de personas viven por encima de los 2.500 metros sobre el nivel del mar, así que ahora estamos reforzando sobre todo nuestro análisis matemático y epidemiológico. Básicamente nos estamos enfocando en demostrar estadística y matemáticamente cómo la incidencia (número de casos) y la severidad (gravedad) de Covid 19 es diferente en la altura y en el llano”, detalla Christian.

Para esta ampliación, además del anterior equipo que también incluyó al Instituto de Patología Pulmonar y de la Altura de La Paz, se cuenta con un investigador del Instituto de Neurociencia y Salud Mental de Australia, autoridad en el tema de control del sistema nervioso sobre la respiración.

Lo más importante, sin embargo, ningún investigador puede decir que el habitante de la altura es inmune a Covid19. “El gran problema de esta pandemia es la velocidad en el contagio. Si existen demasiados contagiados al mismo tiempo, los números son más que los que nuestro sistema de salud puede atender. Esa amenaza sigue siendo real, sin importar la altura”.

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