¡Apóyanos! Tu aporte nos permite hacer periodismo independiente, de calidad y sobre todo útil para la sociedad. Sé un amigo/a de La Región, suscríbete. Haz click aquí para saber cómo.
La Región / Fotos: Centro de Investigación de Recursos Acuáticos
D
os ejemplares de la serpiente Atractus albuquerquei Cunha & Nascimento, 1983 fueron encontrados el año pasado cerca de la comunidad Humaita, provincia Abuná de Pando. Hasta ahora se pensaba que la especie únicamente existía en Brasil, pero el hallazgo demuestra cuán rica es la biodiversidad boliviana y cuánto falta por descubrir y estudiar.
Una publicación científica, difundida el 7 de abril pasado, da cuenta que el registro estuvo a cargo de un equipo de biólogos de la Universidad Autónoma del Beni “José Ballivián”, Universidad Amazónica de Pando, Texas A&M University-Kingsville y Texas A&M International University.
Lea aquí el estudio: https://bit.ly/2ygxTaw
“(Las serpientes) estaban debajo de la hojarasca, en medio de un sendero, las encontramos con un intervalo de media hora entre una y otra”, explica Dennis Lizarro, biólogo del Centro de Investigación de Recursos Acuáticos (CIRA) de la universidad beniana.
Él junto a Randy L. Powell, Cord B. Eversole, Ashton V. Crocker, Elizabeth A. Surovic y Gonzalo Calderón Vaca forman parte de un proyecto que, desde hace cinco años, realiza expediciones para hacer un inventario de las especies de anfibios y reptiles que existen en la Amazonia boliviana. En este tiempo, detectaron que existen muchos vacíos de información sobre muchas especies dentro de estos grupos. “Hace cuatro años descubrimos una nueva especie (de serpiente) para el país, en Beni”, dice.
En el caso de estos ejemplares, se trata de una culebra muy rara. Mide menos de 30 centímetros, vive debajo la tierra (es semifosorial) y se alimenta de invertebrados. Hasta ahora había sido documentada solamente en los estados brasileños de Acre, Amazonas, Goias, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Minas Gerais, Para y Rondonia, con lo cual se la consideraba endémica de ese país.
“El hallazgo demuestra que Bolivia es un país megadiverso. Hay mucho por descubrir, hay especies de las que tenemos datos, pero no tenemos información de dónde están distribuidas, hasta dónde llegan, características de su biología. Por eso encontrar estos individuos nos pone el reto de hacer inventarios y hacer búsquedas, para delimitar el rango geográfico de la especie y desarrollar un entendimiento de su historia natural, que es muy escasa”, afirma el biólogo.
Lee también: Así funcionan las mafias que depredan los árboles de mara en el Amboró y el Madidi
Para el experto, el apoyo de las universidades –tanto nacionales como internacionales- es un aporte muy grande a continuar con este tipo de estudios. Gracias a ellos, por ejemplo, se puede establecer estrategias de conservación más efectivas, tomando en cuenta que los anfibios y los reptiles son los grupos más vulnerables en Bolivia.
“Si no hubiera apoyo de autoridades, comunarios, guardaparques, sería muy difícil de hacer este trabajo. Estas dos universidades (estadounidenses) se enamoraron de Bolivia, de la biodiversidad, vienen al país con sus propios recursos y los resultados son muy alentadores”.
Una expedición de estas dura como mínimo un mes. Durante ese tiempo, los investigadores recorren selvas y bosques, en condiciones variables de clima y otros factores.
Hasta ahora, gracias a este proyecto se ha publicado 11 documentos científicos. Los más importantes son el hallazgo de esta especie y otra –también de serpiente- que es un nuevo registro para el país, encontrada en 2015, en la Reserva de la Biosfera Estación Biológica de Beni.
Prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de este portal sin autorización de La Región. Solicite información para redifusión a [email protected] o al 70079347
