Tres Gobernaciones de Bolivia —Santa Cruz, Tarija y Pando— fueron aceptadas como miembros plenos del Grupo de Gobernadores por el Clima y los Bosques (GCF, por sus siglas en inglés), durante la reunión anual, que se celebró en el estado de Yucatán, México, a principios de mes.
El grupo, que reúne a 43 estados y provincias de distintos países del mundo, busca un objetivo común: trabajar en la protección de los bosques tropicales, la reducción de las emisiones producidas por la deforestación y la degradación de los suelos, y la promoción de rutas realistas para el desarrollo rural sostenible, a través de alianzas directas con los gobiernos subnacionales, la sociedad civil, el sector privado, los pueblos indígenas y las comunidades locales.
En el caso de Bolivia, el acuerdo de París reconoce a los gobiernos subnacionales como “actores críticos” en la implementación de gran parte de la agenda política climática internacional. Por ello, desde hace cinco años, se busca facilitar e impulsar la participación de las gobernaciones bolivianas que cuentan con importantes bosques tropicales.
Así, en 2018 el Gobierno Autónomo Departamental de Tarija inició las gestiones para formar parte del GCF. Ese año, dos representantes de la entidad asistieron a la reunión anual realizada en San Francisco, Estados Unidos, y se aprobó a ese Gobierno como observador. Un año después asistió el entonces gobernador Adrián Oliva, ratificando su interés por convertir a su región en miembro pleno.
Como Santa Cruz y Pando tienen importantes bosques, desde 2020 se inició el trabajo para que se unan a este grupo, incluyendo al Gobierno Autónomo Indígena Guaraní de Charagua Iyambae, que administra siete millones de hectáreas, de las cuales el 68% están declaradas como áreas protegidas.
En 2022, delegados de ambas gobernaciones asistieron a la reunión anual del GCF realizada en Manaos, Brasil, donde fueron aceptados, por unanimidad, como oyentes.
Finalmente, tras cumplir con todos los requisitos y pasos para el proceso de adhesión al GCF, y con la recomendación de dos miembros del grupo (gobernaciones de Mato Grosso y Acre, Brasil), las gobernaciones de Santa Cruz, Tarija y Pando fueron aceptadas como miembros plenos en la reunión anual 2023, en Yucatán.
¿Qué implica ser parte del GCF?
Carina Castro, coordinadora de cambio climático de la Fundación Natura Bolivia, explica que el hecho de trabajar directamente con los gobiernos subnacionales, les permite recibir cooperación no solo económica, sino intercambio de tecnología y conocimiento, entre otros. Pero sobre todo, reajustar los proyectos en distintas áreas como biodiversidad o agua, desde la perspectiva del cambio climático, es decir, fijando metas a corto, mediano y largo plazo.
En este sentido, Santa Cruz fue el primer departamento en contar con una política y estrategia de Cambio Climático en el marco de su autonomía.
“¿Qué pasa ahora? (con la inclusión de la Gobernación en el GCF) Significa que hay que articular los proyectos que se están realizando (en conservación, biodiversidad, agua u otros), con las metas fijadas. Entonces, si trabajamos en agua, por ejemplo, tenemos un compromiso de cobertura al cien por ciento de acceso al agua, que es una meta que también proponen las NDC (Contribuciones determinadas a nivel nacional, por sus siglas en inglés)”, dice la experta. Ello significa que al cumplir sus propias metas, el departamento también aporta a las metas nacionales.
En cuanto a Pando, al ser un departamento que tiene más del 90% de cobertura boscosa amazónica, es de interés total para el trabajo que realiza el Grupo de Gobernadores por el Clima. En ese contexto, la presencia del gobernador Regis Germán Richter, mostró el claro interés de cumplir con tales compromisos.
“Porque es diferente tener acciones de medioambiente y conservación, a tener una meta de cambio climático. Entonces con ellos (los gobernadores), el compromiso de trabajar es tenerlos preparados en planificación pública. Las mismas instituciones privadas te dicen que necesitan políticas que las respalden, sobre todo en el sector productivo”, dice Castro.
Un largo camino por recorrer
Bolivia concentra una de las tasas más altas de deforestación y degradación de la Amazonia, junto con Brasil, por lo que empezar a trabajar en compromisos ambientales es más una urgencia que una necesidad.
Que tres gobernaciones sean parte del citado grupo, implica fijar metas a mediano y largo plazo, pero a la vez tener oportunidades para generar estrategias que articulen tanto al sector público como al privado, y los pueblos indígenas entre otros actores de esta realidad.
Durante su intervención, Regis Richter, gobernador de Pando, aseguró que su departamento es el único cien por ciento amazónico de Bolivia. “Tenemos como obligación, como gobernador y como seres humanos, de proteger nuestra Amazonia. Tenemos cinco pueblos indígenas, 20 por ciento de nuestro territorio son reservas forestales; el siete por ciento es ocupado por comunidades indígenas”, planteó.
En la misma línea, sus colegas de Santa Cruz y Tarija, expresaron su interés por ser parte de este grupo, como una respuesta al pedido de auxilio del planeta, por adaptarse a una realidad que ya no se ve a futuro, sino que es presente. Así lo muestran las sequías, inundaciones y otros fenómenos provocados por el ser humano.
El GCF nació en 2008, cuando diez gobernadores de Brasil, Indonesia y Estados Unidos decidieron abordar de manera conjunta el cambio climático, bajo las premisas de que los gobiernos subnacionales son clave en la lucha; que los enfoques jurisdiccionales ayudan a escalar el impacto de las políticas y prácticas climáticas, y que los gobiernos son más fuertes juntos. Dicho grupo fue creciendo año a año, y ahora cuenta, además, con representantes de Colombia, Ecuador, Costa de Marfil, México, Nigeria, Perú, España y ahora Bolivia. “Como país, nos falta mucho camino por recorrer, pero tenemos que empezar”, finaliza Carina Castro.