La mujer que tenía a este mono dijo que era su mascota. La tenencia de animales silvestres también es un delito.

La pasada semana, una llamada alertó a efectivos de la Policía Forestal y de Protección al Medio Ambiente (Pofoma) Santa Cruz sobre la venta de unas tortugas terrestres en la feria de Satélite Norte, municipio de Warnes. Así, el domingo 24 de julio, en un operativo liderado por el director de la repartición, Wilson Loroña Sánchez, se encontró a una mujer que ofrecía tres ejemplares de estos quelonios. En ese momento, otra llamada de Antonio Cajías, del programa de streaming “La Voz de la Naturaleza”, alertó a los uniformados sobre otro caso similar que, coincidentemente, estaba a pasos del primero.

Los animales eran ofrecidos en un mercado a precios que superan los $us 200 en algunos casos. Foto: La Voz de la Naturaleza

De esa manera, se sorprendió a una niña ofreciendo a una mona con su cría, en Bs 1.500. Al no encontrar a la madre, los agentes del orden buscaron al dirigente del mercado, quien ayudó a ubicar a la mujer. Inicialmente, ella dijo que el animal era su mascota, pero dadas las circunstancias, fue aprehendida, al igual que la vendedora de las tortugas.

En entrevista con La Región, Loroña explicó que cuando se dirigían hacia las oficinas de Pofoma en Santa Cruz de la Sierra, una nueva llamada de Cajías dio la voz de alarma sobre un tercer caso. Esta vez era un hombre que llevaba un mono a la misma feria en el micro. Lo ofrecía en Bs 800. Como la distancia entre la Villa Primero de Mayo, en la capital oriental, y la feria de Warnes es grande, los policías demoraron en volver. Pero al hacerlo, sorprendieron al sujeto en flagrancia, por lo que también fue aprehendido por orden de la Fiscalía.

El último lunes estas tres personas fueron presentadas ante un juez cautelar. Rodrigo Herrera, abogado especializado en temática medioambiental, coadyuvó en el proceso. En ese contexto, afirmó a este medio que los tres imputados se sometieron a un proceso abreviado, aceptando su responsabilidad. Como consecuencia, recibieron una pena de tres años de cárcel. Aunque no irán a prisión porque se trata de una sentencia mínima, se sienta un precedente porque el juzgamiento se hizo por un delito estipulado en el artículo 223 del Código Penal, entre otros delitos ambientales.

El mismo establece que: “El que destruyere, deteriorare, substrajere o exportare un bien perteneciente al dominio público, una fuente de riqueza, monumentos u objetos del patrimonio arqueológico, histórico o artístico nacional, incurrirá en privación de libertad de uno a seis años”.

Este mono fue resctado por efectivos de Pofoma. Foto: La Voz de la Naturaleza

“En delitos ambientales, la ley establece que no debería existir la suspensión condicional de la pena ni la suspensión condicional del proceso. Es una figura nueva que está tratando de ser insertada en la práctica de la Policía, ficales y jueces. Es lo que se va a argumentar al juez que decidió conceder estos beneficios a estas personas”, dice Herrera.

En tanto, los animales -Mono silbador (Sapajus apella), mono ardilla (Saimiri boliviensis) y las tortugas (Chelonoidis carbonaria)- fueron entregados por Pofoma al Centro de Atención y Derivación de Fauna Silvestre (CAD) de la Gobernación de Santa Cruz.

Las tortugas y los monos fueron entregados a dependencias de la Gobernación de Santa Cruz.

Al respecto, el director de la repartición instó a la ciudadanía a comunicarse con Pofoma para hacer denuncias de este tipo de delitos, de manera que los efectivos del orden realicen las investigaciones correspondientes y se pueda llegar a este tipo de procesos contra quienes se dedican al tráfico y comercialización de especies silvestres. El número de Pofoma en Santa Cruz es el 33464110.