Bolivia enfrenta crisis ambiental por deforestación acelerada

Junto a Nicaragua, Bolivia se sitúa entre los primeros taladores de bosque. Brasil y Colombia lideran la lucha contra la pérdida de árboles.

Ñembi Guasu es una de las zonas afectadas por la deforestación en Foto Referencial: Fernando Portugal

Bolivia se encuentra en medio de una crisis ambiental desencadenada por la deforestación acelerada, según los últimos datos publicados este jueves por la Universidad de Maryland y el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) https://www.globalforestwatch.org/.

Así, el país perdió un 27% más de bosques primarios en 2023 en comparación con el año anterior, lo que marca un tercer año consecutivo de récord en la pérdida de cobertura arbórea.

La expansión de la ganadería y los monocultivos, especialmente de palma, se han identificado como las principales causas de esta alarmante tendencia. Desde 2001 hasta 2022, Bolivia ha perdido 3,73 millones de hectáreas de bosque primario húmedo, lo cual representa el 51% de su pérdida total de cobertura arbórea. Este fenómeno ha sido especialmente pronunciado en el departamento de Beni, donde históricamente se han registrado las mayores tasas de deforestación.

Expertos en economía ambiental como Stasiek Czaplicki, destacan que la deforestación en Bolivia ha sido impulsada no solo por la ganadería, sino también por la expansión de plantaciones masivas de palma, destinadas a la producción de aceite. Las políticas gubernamentales que fomentan esta actividad, como la meta de triplicar la población de ganado en el país hasta superar los 22 millones de vacas, han exacerbado aún más el problema.

El clima extremo, incluidos los períodos de El Niño y La Niña, junto con fuertes sequías, han contribuido al aumento de los incendios forestales, que han devastado extensas áreas de bosques en todo el país. De hecho, la mitad de pérdidas en 2023 en Bolivia fueron el resultado de incendios incontrolables, exacerbados por prácticas agrícolas irresponsables.

La situación ha sido descrita por Matthew Hansen, experto encargado del equipo de estudio del mapa, como el «lejano oeste». La falta de medidas efectivas de fiscalización y regulación ha permitido que las prácticas destructivas continúen sin control, poniendo en peligro la biodiversidad del país y el sustento de las comunidades locales que dependen de los recursos forestales.

En última instancia, la crisis ambiental en Bolivia requiere una acción urgente y coordinada por parte del gobierno, las instituciones y la sociedad civil. Es fundamental implementar políticas que promuevan la conservación ambiental y el desarrollo sostenible, así como fortalecer los mecanismos de control y vigilancia para prevenir la deforestación ilegal y combatir los incendios forestales. La preservación de los bosques de Bolivia no solo es crucial para la protección del medio ambiente, sino también para el bienestar y la prosperidad de las generaciones futuras.