En Venezuela, el “lugar de las dantas” vuelve a hacer honor a su nombre

Cada 27 de abril se conmemora el Día Internacional del Tapir o de la Danta, como también se le conoce a estos mamíferos que son llamados los “arquitectos del bosque”, por su importante labor al dispersar semillas.

Cada 27 de abril se conmemora el Día Internacional del Tapir o de la Danta. Foto: Fundación Guarenas Repano.

Hay hallazgos que son producto de la casualidad. Y este es uno de ellos. En 2019, integrantes de la Fundación Guarenas Repano lograron documentar casi por accidente la presencia de danta o tapir amazónico (Tapirus terrestris) en el Parque Nacional Waraira Repano, ubicado al norte de Venezuela, muy cerca de la ciudad de Caracas.

“Realizando recorridos en las montañas del parque nacional, un grupo de nuestra fundación observó por primera vez excrementos de la especie que indicaban la presencia de la danta”, recuerda Martha Sulbarán, ambientalista, médica veterinaria y representante de la Fundación Guarenas Repano.

El registrar la presencia de la danta en el parque es muy significativo. Antes de la colonización española, los indígenas que habitaban la zona llamaban al área “wairarepano” o “Lugar de las Dantas”, según el cronista y profesor Bruno Manara. Sin embargo, desde hace ya tiempo, no se había presentado ningún avistamiento del mamífero. Ahora, la comprobación de que sí existen dantas en el área le vuelve a dar sentido al nombre del sitio.

El hallazgo es también muy importante porque la danta es la única especie de la familia Tapiridae que habita en Venezuela. Se trata del “mamífero terrestre silvestre más corpulento en el país”, explica Dennis Alexander Torres, geógrafo y presidente de la Fundación AndígenA, así como coordinador de la iniciativa de educación ambiental La Casa del Tapir, organizaciones aliadas de la Fundación Guarenas Repano.

En Venezuela, las dantas han regresado al parque nacional que lleva su nombre. Foto: Guarenas Repano.

Este 27 de abril, día en que se conmemora el Día Internacional del Tapir o de la Danta, Mongabay Latam cuenta cómo fue este hallazgo y lo que representa para quienes hacen múltiples esfuerzos para conservar al Tapirus terrestris, una de las tres especies de tapires que es posible encontrar en América Latina. Las otras dos son el tapir de montaña (Tapirus pinchaque) y tapir centroamericano (Tapirus bairdii).

En el caso de Venezuela, las poblaciones de dantas o tapires tienen presiones significativas como la cacería y la pérdida de su hábitat por la expansión de la agricultura. Sin embargo, estos mamíferos han logrado mantenerse gracias a su adaptabilidad, encontrando un refugio en las partes más altas de las montañas, a donde llegan en menor medida las presiones generadas por los seres humanos.

Dantas a la vista

El reciente hallazgo de la danta en el Parque Nacional Waraira Repano se dio gracias al trabajo de organizaciones ambientales y de investigación con  presencia en la zona.

Los primeros indicios de la presencia de la danta se tuvieron durante recorridos realizados en 2019 y que permitieron identificar muestras de excrementos y caminos que parecían sugerir que el mamífero habitaba el Parque Nacional bautizado en su honor. “Gracias a las exploraciones de montaña, empezamos a observar las señales de la danta. Por ejemplo, los caminos que recorren, los espacios que usan para dormir y, principalmente, los que utilizan para defecar. Los montículos de excretas sugerían que había diferentes individuos”, cuenta  Martha Sulbarán.

En 2021 instalaron las cámaras trampa que permitieron confirmar la presencia de las dantas en el Parque Waraira Repano. Foto: Guarenas Repano.

Para verificar la presencia de las dantas, la organización buscó financiamiento y donaciones para adquirir cámaras trampa. “Las instalamos en el año 2021. Desde la primera instalación que se realizó, tenemos registro de la presencia de las dantas en videos y en fotografías”, comenta con alegría Sulbarán. Hasta ahora han logrado tener “registro de hembras, machos, adultos y jóvenes”. Las estimaciones preliminares arrojan que hay nueve dantas en la zona, siete machos y dos hembras. Es necesario hacer más investigaciones para corroborar estas cifras.

Las cámaras trampa, además, han permitido identificar otras especies presentes en el área protegida. Sulbarán describe que han logrado documentar registros de aves y mamíferos, como el puma (Puma concolor), el cunaguaro u ocelote (Leopardus pardalis), el tigrillo nebuloso (Leopardus pardinoides) y el tigrillo melánico (Leopardus wiedii). En el caso del tigrillo melánico, este es su primer registro en el parque. En el área protegida también hay más de 2000 tipos de plantas, incluidas 200 especies de orquídeas, según explica Jesús Castillo, científico del Jardín Botánico de Caracas y miembro de la Fundación Guarenas Repano.

La investigadora Martha Sulbarán también resalta que los hallazgos se realizaron en una zona cercana a la ciudad de Caracas, lo que es sorpresivo y muestra que algunos sectores de la biodiversidad se mantienen conservados.

La adaptabilidad de la danta

Aunque el hallazgo de las dantas y otras especies sea prometedor, en la zona también hay riesgos. Las amenazas para este mamífero son la cacería para el consumo humano de su carne y la destrucción de su hábitat. “La fragmentación del hábitat ha sido provocada por agricultura, por la instalación de algunos conucos (cultivos)”, describe Sulbarán.

El investigador Dennis Torres también lo confirma. “La danta representa el mayor vertebrado silvestre de la zona, pero con un alto riesgo de extinción debido a la cacería furtiva y la pérdida de hábitat”. Añade que la danta está catalogada como Vulnerable a la extinción en el Libro Rojo de la Fauna Venezolana. Incluso, se considera que ya se han dado “algunas extinciones locales”.

La recolección del excremento de las dantas fue clave en determinar su presencia. Foto: Guarenas Repano.

En la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Tapirus terrestris también está catalogado como Vulnerable.

Castillo explica que la presencia de la danta en el Parque Nacional Waraira Repano está “restringida al sector alto”, por lo que consideran que su “zona de hábitat es muy reducida”.

Sulbarán asegura que la cacería se ha reducido en los últimos años, debido a que la danta se desplazó “a las zonas más remotas, vírgenes y más altas del parque nacional. Es su último refugio”. Además, el precio de las municiones ya es muy elevado para los cazadores.

El experto en dantas Dennis Torres, autor del reciente libro La Danta en Venezuela: más allá del mito, confirma que la especie ha tenido que refugiarse en las partes más altas de las montañas.

El hecho de que su hábitat se reduzca provoca otros problemas, ya que puede impedir su reproducción. “No sabemos hasta qué punto ellas pueden desplazarse para mantener una diversidad genética”, dice la investigadora.

El equipo de la Fundación Guarenas Repano realizó el hallazgo de la presencia de las dantas en el parque nacional. Está conformada por 12 personas. Foto: Fundación Guarenas Repano.

Acciones para ayudar a las dantas

La danta o tapir es considerada como uno de los “arquitectos del bosque”, por su importante labor como dispersor de semillas. En Venezuela, por ejemplo, realiza esta función con especies como el nogal de Caracas (Juglans venezuelensis). Los científicos saben que aquellas zonas en donde se registra la presencia de dantas o tapires son lugares bien conservados.

Así que conservar a la danta o tapir es también trabajar en la conservación de los bosques. Es por ello que organizaciones como las que lideran Dennis Torres y Martha Sulbarán, tienen programas de educación ambiental para proteger a esta especie y su hábitat.

“No solamente estamos trabajando con la parte de investigación, sino que también con la parte de educación ambiental visitando las escuelas en la que presentamos a la danta como nuestra vecina”, dice Sulbarán.

Las dantas se han refugiado en la parte más alta de las montañas en el Parque Nacional Waraira Repano. Foto: Fundación Warairas Repano.

La tarea de estas organizaciones requiere un esfuerzo significativo y no hay muchas fuentes de financiación en Venezuela. “Es la pasión lo que nos mueve, el saber que está allí la danta, de que tenemos que protegerla. Demostrar que está ahí va a obligar al Estado a que tome medidas de conservación de ella y, obviamente, de su ecosistema”, dice Sulbarán.

Para financiar su labor, las organizaciones han recibido donaciones, además de que organizan rifas y actividades de ecoturismo.

Torres también concuerda en lo difícil que es sostener estas iniciativas de conservación de especies:. “La financiación internacional para apoyar la conservación de la danta en Venezuela no existe desde hace más de una década. Hemos sido resilientes mediante campañas de apoyo, entre otras actividades”.

Por ahora, iniciativas como la Fundación Guarenas Repano, el Jardín Botánico de Caracas, la Casa del Tapir y la Fundación AndígenA dan esperanza al futuro de la danta en Venezuela. También está la Hacienda Guáquira, en la que el filántropo venezolano Oscar Pietri, protege 2500 hectáreas de hábitat de la danta en el estado Yaracuy, al norte del país.