Día de San Valentín: cinco historias de animales silvestres que te harán reflexionar sobre la tenencia ilegal y el tráfico

Estas parejas y amigos viven en distintos santuarios de la Comunidad Inti Wara Yassi, un centro que custodia animales silvestres. En su pasado hay dolor, mutilaciones e incluso perdigones en sus huesos, a consecuencia del maltrato y la mala acción de cazarlos para venderlos.

Rosa y Watson las parabas que llegaron al Santuario Machia de CIWY. Foto CIWY

Rosa y Watson (Ara chloropterus)

Rosa es una paraba roja (Ara choloropterus) que llegó a la Comunidad Inti Wara Yassi (CIWY)en 1998, tras ser confiscada de una familia en El Alto, La Paz. Le habían cortado las alas; una parte de la izquierda fue mutilada. Sus plumas estaban descoloridas por la mala alimentación y el clima frío.

El mismo año, Watson—otra paraba roja— fue decomisado de una familia que lo tenía como mascota, también en El Alto. Al igual que Rosa, sus alas estaban despigmentadas.

Fueron las primeras aves que llegaron al Santuario Machía de CIWY y fue “amor a primera vista”. Apenas se conocieron, empezaron a interactuar. Al tener las alas cortadas, Rosa no tiene la capacidad de volar; Watson, sí, pero ha preferido quedarse. Estas aves son pareja desde hace más de 25 años y —por lo visto— lo serán para toda la vida.

Papi (Ara chloropterus) y Nairobi(Ara ararauna)

Papi es una paraba roja (Ara chloropterus) macho. Llegó al santuario Ambue Ari de CIWY en Guarayos, Santa Cruz, en 2015, después de haber vivido durante aproximadamente un año como mascota, donde compartía espacio con un gato. La persona que lo tenía lo entregó voluntariamente, pero ya no era posible que vuelva a su hábitat natural. Al inicio, Papi se hizo muy amigo de Alfredo, un parabachi, con quien compartían recinto. Sin embargo, Alfredo falleció y Papi se quedó solo.

Papi siempre fue muy activo y travieso, pero tras la muerte de Alfredo, perdió la chispa. En esa circunstancia conoció a Nairobi, una paraba azul y amarilla (Ara ararauna), que fue encontrada cerca del aviario de Ambue Ari. Nairobi no tenía miedo a las personas. Por ello se presume que era mascota y fue liberada en las áreas aledañas. Constantemente se acercaba al recinto de Papi para interactuar con él. Estas aves son pareja desde 2022. Ambos son muy celosos y territoriales, por lo que no comparten recinto con ningún otro individuo.

Chuky y Clarita (Sapajus apella)

Chuky es un monito capuchino que fue dejado en el Parque Machía de CIWY, un santuario ubicado a 10 minutos de Villa Tunari, Cochabamba. Era 2009 y estaba dentro de una caja. Tenía la mandíbula desviada y tras revisarlo, los veterinarios del centro de custodia vieron que tenía un perdigón en el hueso. Para robar una cría y venderla como mascota, usualmente matan a la mamá, por lo que se presume que, al matar a su madre, el balín se incrustó en la entonces cría.

Cuando lo trajeron, Chuky ya era adulto, por lo que no fue posible operarlo para extraerle la bala. Además tiene un problema cardiaco crónico, debido a su edad. Por estos antecedentes, su personalidad es fuerte y los intentos para hacer que socialice con otros monos habían sido infructuosos. Sin embargo, en 2020, Chuky empezó a hacerse señas e interactuar a lo lejos con Clarita, una monita muy tranquila e inteligente.

Ella perdió una pata y fue llevada al área de Tierra, donde conoció a Chuky. Desde entonces ambos se protegen y se acicalan mutuamente.

Chuky. / Foto CIWY

Cyrano y Begonia (Nasua nasua)

Cyrano llegó a Machía en 2019. Llevaba puesto un collar y tras revisarlo, los veterinarios vieron que tenía varias lesiones en proceso de cicatrización en el lomo. Se presume que alguien lo liberó en el centro de custodia tras tenerlo como mascota, porque estuvo varios días sin comer. Este coatí es un tanto nervioso y desconfiado.

Begonia es otra coatí que proviene de la tenencia ilícita. En el pasado se la intentó liberar en Machía, pero al haber sido mascota, está muy acostumbrada al trato con seres humanos y volvió al sendero turístico donde fue encontrada por unos trabajadores. Debido a que es muy joven, tiene mucha energía y los otros coatíes no tienen paciencia para jugar con ella.

Como Cyrano no tiene muchos amigos, principalmente porque suele pelearse con casi todos los coatíes que conoce, en septiembre de 2022 fue trasladado a Jacj Cuisi. Allí conoció a Begonia y se encariñaron mucho.

Él es muy paciente con Begonia y ambos salen a pasear juntos durante el día.

Begonia y Cirano. / Foto CIWY

Frey, Naoki y Nena

La historia de estos tres pumas (Puma con color) es un caso de una amistad fuera de lo común. Frey, Naoki y Nena fueron confiscados de tenencia ilícita en el municipio de Ascensión de Guarayos, Santa Cruz. Los tres vivieron juntos toda su vida y desde que llegaron al recinto, se decidió que compartan espacio.

Usualmente, los pumas silvestres son animales solitarios, ya que pueden ser competencia por el alimento. Sin embargo, en el refugio, el trío se ha adaptado de tal manera que todos salen a jugar y correr, para mantener su comportamiento lo más salvaje posible.

Dentro del grupo, Nena es la más tranquila y delicada; Naoki es el más travieso y avezado. Frey, por su parte, asume el rol protector, al ser el más grande y de carácter templado.

Frey, Naoki y Nena. Foto CIWY
  • Todos estos animales se encuentran en la Comunidad Inti Wara Yassi (CIWY), un refugio de animales que tiene santuarios: Machía (Cochabamba), Ambue Ari (Santa Cruz) y Jacj Cuisi (Beni). En esta nota puedes conocer un poco más del trabajo que se realiza en este centro de custodia: Detrás de Inti Wara Yassi, el refugio de animales silvestres que abrió en 1996
  • Y recuerda, no compres animales silvestres, porque al hacerlo, incentivas la trata. Muy pocos de estos individuos pueden ser reinsertados a su hábitat, una vez salen de este, porque han perdido sus habilidades naturales al entrar en contacto con el ser humano, o les cortaron las alas. Finalmente, porque muchas veces el tipo de alimento, o vacunas que les ponen a algunos, puede representar un grave riesgo para otros individuos de su especie.