Jaguar, el depredador más feroz de América

El nombre “jaguar” proviene de las lenguas tupí y guaraní yaguareté, que se traduce como “verdadera bestia feroz que mata de un salto”.

El jaguar está en peligro en algunas regiones de Colombia. / Foto: Wikimedia Commons

Panthera onca, conocido comúnmente como jaguar, es el tercer felino más grande del planeta, el más depredador y más feroz del continente americano. Puede ser reconocido fácilmente por las manchas que cubren su bronceado pelaje. Tiene patas gruesas y robustas, y orejas cortas y redondas. De todos los felinos, el jaguar tiene la mandíbula más poderosa. El nombre “jaguar” proviene de las lenguas tupí y guaraní de América del Sur, de la palabra yaguareté o “verdadera bestia feroz y que mata de un salto”. En comunidades de Bolivia se lo conoce como “tigre”. El majestuoso jaguar es símbolo de poder para muchas culturas latinoamericanas, representa la energía de la naturaleza y es considerado como protector de la selva.

Hábitat y distribución: se puede encontrar en 18 países, desde México hasta Argentina, mientras que en Brasil habita la mitad de todos los jaguares salvajes del mundo. Sus hábitats incluyen bosques húmedos y secos, sabanas y matorrales. El jaguar es un gran nadador y escalador, y depende de sistemas saludables de agua dulce y del acceso a grandes extensiones de territorio para sobrevivir.

Características: puede pesar más de 136 kilos, sin embargo, su tamaño varía según la región. El jaguar de América Central es más pequeño que el del Amazonas y el del Pantanal. Es estrictamente carnívoro y es un cazador oportunista, o sea que es capaz de cazar casi cualquier animal que se cruce en su camino. Se alimenta de venados, pecaríes, tapires, iguanas, capibaras, armadillos y monos. La poderosa mordida del jaguar lo convierte en un excelente cazador; sus dientes poseen la fuerza necesaria para atravesar la piel de un cocodrilo o el caparazón de una tortuga. Una vez que consigue carne para su consumo, usa las puntiagudas protuberancias de su lengua, llamadas papilas, para raspar la carne de los huesos.

Estado de conservación: está casi amenazado, según la clasificación de la UICN, ya que su hábitat se va fragmentando, lo que significa que sus parches de hábitat disminuyen en tamaño y se vuelven cada vez más aislados y menos conectados. En Bolivia, según el Libro Rojo de la Fauna Silvestre de Vertebrados de Bolivia, es una Especie Vulnerable (VU). Las tierras que alguna vez fueron gobernadas por el jaguar están siendo destruidas por la tala, la agricultura a gran escala, las actividades ganaderas y la expansión urbana. La fragmentación del hábitat hace que sea difícil para estos felinos cazar o aparearse, lo que representa una gran amenaza para el tamaño de su población y su supervivencia.

Rol ecológico: juega un importante papel en el mantenimiento de la estructura y función de los ecosistemas que ocupa. Como gran depredador, ayuda a mantener el equilibrio en la cadena alimentaria donde vive, desempeña un rol clave en el control de las poblaciones de otras especies y promueve ecosistemas saludables. Por lo tanto, una estrategia de conservación enfocada en el jaguar puede servir como un efectivo paraguas para un conjunto de especies.

Fuente: World WildlifeFund WWF