Pejichi, el armadillo más grande del mundo

La población del tatú de carreta se redujo de forma dramática por la pérdida de los fondos de valle y llanuras del subandino de Bolivia.

El pejichi o tatú de carreta. / Foto: Steffen Reichle

Priodontes maximus, conocido comúnmente con el nombre de tatú carreta, en la actualidad es el armadillo más grande del mundo, aunque su población se redujo de forma dramática de los fondos de valle y llanuras del subandino de Bolivia. Tiene una esperanza de vida que se sitúa entre los 12 y 15 años.

Hábitat y distribución: su presencia está restringida al oriente boliviano. Habita en el Bosque Seco Chiquitano, en las sabanas abiertas de la Amazonia y en el Bosque Tucumano Boliviano, principalmente en áreas protegidas del país, aunque también ocupa zonas del noreste de Argentina y Paraguay.

Características: puede llegar a superar los 1,5 metros y pesar unos 30 kilos. Presenta un cuerpo grande, robusto y que, a diferencia de otros armadillos, este no tiene pelos. Su caparazón está cubierto de escamas, es muy flexible y la disposición de éstas puede variar en cada individuo. Tiene 12 bandas móviles en el dorso, que le permiten enrollarse y tomar una forma esférica extremadamente dura, casi imposible de penetrar. Esto le sirve como una de las mejores defensas frente a los depredadores e incluso cazadores. Posee fuertes y grandes garras anteriores, que le ayudan a escarbar las madrigueras. Entre ellas se destaca principalmente la garra del centro, que es mucho más grande y desarrollada: llega a medir entre 15 y 20 centímetros. El pejichi tiene una increíble dentadura que varía entre 80 y 100 dientes, convirtiéndolo en el mamífero terrestre con mayor cantidad de piezas dentales en el mundo, los cuales va perdiendo a medida que envejece. También tiene una cola larga, delgada y en punta al final que lo ayuda a mantener el equilibrio. Es capaz de desplazarse a 48 kilómetros por hora.

Estado de conservación: Priodontes maximus está catalogado como “vulnerable”, según el criterio A2cd de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Esta especie se ve amenazada por la caza y la deforestación de su hábitat, además de la captura ilegal para su posterior venta de forma clandestina a coleccionistas de animales. La cacería y destrucción de su ambiente natural afectaron al tatú de carreta que, en el país, sólo tiene refugio en grandes áreas protegidas.

Fuente: Museo Noel Kempff, Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC) y UICN