Al extremo este del país, en la frontera con Brasil, se encuentra Puerto Suárez, donde distintos actores trabajan a contrarreloj para alargar la vida de la laguna Cáceres, el cuerpo de agua que, como consecuencia de varios factores, está en peligro de desaparecer.
La segunda versión del Seminario Internacional Laguna Cáceres, Hidrovía Paraguay-Paraná y Régimen Hídrico Regional contó con la participación de expertos que se refirieron a las características de esta fuente de agua dulce, que precisa acciones inmediatas para evitar que su desecación sea permanente.
La jefa del Departamento de Medio Ambiente Forestal de la Alcaldía de Puerto Suárez, Ilonka Suárez, afirmó que la sedimentación es uno de los principales factores de riesgo para evitar que la laguna recupere sus aguas, por lo que se requiere un proyecto que incluya la limpieza de vegetación y sedimentos.
“Desde la construcción de un puente a mediados de 1900, el nivel del agua comenzó a bajar (…), para 2021 y 2022 la laguna quedó seca”, afirmó la funcionaria durante su exposición en el encuentro que contó con la participación de invitados de Brasil.
El puente al que hizo referencia fue retirado a principios del siglo pasado, pero los escombros formaron grandes cantidades de sedimentos que, sumados a la vegetación que floreció al bajar las aguas, hoy dificultan que la laguna recupere niveles óptimos.
El crecimiento sin planificación de las localidades que son parte del sistema hídrico regional, la sequía, la acelerada deforestación, la ganadería y a la expansión de los cultivos agroindustriales se suman al resto de los componentes que hacen peligrar la subsistencia de la laguna que, en sus mejores años, fue navegable y principal vía de acceso de mercaderías llegadas desde los puertos de Brasil.
Ejecutivos de la empresa brasileña Top Line se conectaron con el seminario a través de una videoconferencia. Explicaron que la compañía se especializa en trabajos de limpieza de sedimentos y vegetación, para facilitar la recarga natural de agua que alimenta la laguna. El costo ronda los 6.000 dólares por hectárea intervenida.
En época seca, los expertos explicaron que la laguna Cáceres alcanzaba una extensión de unos 60 kilómetros cuadrados, que en época de lluvias podían hacer que la laguna cubra al menos 150 kilómetros cuadrados, cifras que contrastas con los datos recolectados en 2021 y 2022, cuando el espejo de agua prácticamente desapareció, aunque este año se recuperó sin que se alcancen los niveles de bonanza del cuerpo de agua.
Es por eso que Productividad Biosfera Medio Ambiente (Probioma), la Alcaldía de Puerto Suárez y otras instituciones organizan acciones para recuperar la laguna, que es el mayor reservorio de agua dulce del país, y parte del Pantanal boliviano, que a su vez forma parte del Gran Pantanal, el humedal más extenso del planeta.