El nuevo gobierno del Territorio Indígena Multiétnico enfrenta incendios con pocos recursos

El pasado 10 de noviembre se posesionó a las nuevas autoridades del flamante gobierno autónomo. Ya entonces el fuego asediaba a las comunidades. Fuertes vientos y sequía derivaron en la proliferación de focos de calor. Hay familias que perdieron sus viviendas.

Una de las casas que fue arrasada por el fuego. / Foto: Subcentral de Cabildos Indigenales del TIM

La fiesta que se vivió el pasado 10 de noviembre en el Territorio Indígena Multiétnico (TIM), situado en la Amazonia Sur de Bolivia, no duró mucho para las nuevas autoridades del gobierno autónomo. Ese día, tanto el cacique, Alfredo Matareco Maza —máxima autoridad—, como la asamblea de los cinco pueblos que conforman el TIM recibieron honores y deseos de mejores días para los habitantes. Así, Movimas, Yurcarés, Moxeños Ignacianos, Moxeños Trinitarios y Tsiman’es celebraron la consolidación de su autonomía tras 13 años de un proceso que comenzó en 2010. A menos de una semana de aquella jornada, la zona enfrenta incendios forestales con pocos recursos, debido a que las nuevas autoridades aun se encuentran en proceso de transición para dejar de depender de dos municipios —San Ignacio de Moxos y San Borja— y autogobernarse.

Las nuevas autoridades del gobierno autónomo del TIM / Foto: Rocío Lloret

El reporte de incendios en el TIM, elaborado por la organización ORE, da cuenta que entre enero y noviembre de este año en el territorio se quemaron 22.397 hectáreas, de las cuales, alrededor de mil hectáreas corresponden a vegetación de bosque y el resto a pampas arboladas y pastizales. De las 26 comunidades que conforman el territorio, las más afectadas hasta ahora son: Retiro, Monte Grande y San Antonio del Pallar, pero también comunidades adentro como Pueblo Nuevo, San José del Cabitu, Mercedes del Cabitu. Asímismo, en cercanías de la carretera entre San Ignacio y San Borja, donde se encuentran las comunidades de Palmar de Aguas Negras, San Pablo del Cueverene, Santa Rosa de Aguas Negras y Mercedes del Apere, también se observa superficies quemadas. En tanto, entre enero y el 15 de noviembre, se reportaron 3408 focos de calor.

Se reportaron al menos tres viviendas quemadas. Foto: Subcentral de Cabildos Indigenales del TIM

El fin de semana la situación empeoró. Hasta la pasada semana, una vivienda había sido devorada por las llamas en El Retiro. Además, en un recorrido con ORE, La Región corroboró la muerte de peces en cuerpos de agua donde los incendios habían hecho su paso. Ello sin contar que Jorori, una comunidad Tsiman’e, ya enfrentaba la falta de agua para consumo humano, con lo cual, era imposible pensar en usar el líquido para apagar incendios.

Los peces también murieron en cuerpos de agua donde se registraron incendios. / Foto: Rocío Lloret

A esa realidad, se sumaron tres viviendas más quemadas, también en El Retiro. Actualmente, 80 marineros del Regimiento Tocopilla acudieron a la capital del territorio, San José del Cabito, informó Cejis. Los mismos se sumaron a los comunarios, quienes luchan contra el fenómeno con botas de goma, en un terreno por demás difícil de acceder en algunos puntos.

Bernardo Muiba, subalcalde del TIM, dijo que Monte Grande del Apere, Carmen del Aperecito, Jorori, San Antonio del Juverene, Rosario del Tacuaral, Mercedse del Cabitdo y Chirici, son somunidades que están dentro del bosque y son las más vulnerables a la situación que se vive en este momento.

Los comunarios llevan agua en baldes y ollas para aplacar el fuego en su territorio. / Foto: Subcentral de Cabildos Indigenales del TIM

Un momento difícil

El TIM es la primera autonomía indígena del departamento de Beni y su primer gobierno fue posesionado el pasado 10 de noviembre. Por esta razón todavía se encuentra en organización económico-social para disponer presupuesto y personal para combatir situaciones de emergencia. Actualmente las autoridades elegidas están en un período de transición, por lo que la ayuda todavía depende de los municipios de San Ignacio de Moxos y San Borja, así como de organizaciones no gubernamentales que trabajan en la zona.

El territorio colinda con el Territorio Indígena Parque Nacional IsiboroSécure (Tipnis) y los accesos a algunas comunidades únicamente son a pie o en motos que surcan senderos cuando no llueve. Según gente del lugar, la última precipitación que hubo fue a principios de noviembre, de ahí en adelante, el fuego se inició en estancias ganaderas, pero también debido a temperaturas que superaron los 40 grados, lo cual puso en vulnerabilidad el terreno ante cualquier chispa. “Los parientes Tsiman’e salen a pie hasta Monte Grande y caminan hasta dos días. En el trayecto tienen pascanas (sitios de descanso), donde suelen hacer fogatas para cocinar sus alimentos (carne de monte, yuca, plátano), y con este calor, si eso no se apaga bien, provoca un incendio”, dijo a La Región un corregidor que prefirió no ser mencionado.

El fuego devoró arboles y pastizales en el TIM / Foto: CEJIS

La pesadez del ambiente se percibe en el aire. Al ya sofocante calor se suma el de brasas recién apagadas. Y si bien la muerte de fauna es inminente, en lugares donde se escuchaba canto de aves, no se oye a ninguna, quizá porque huyeron de las llamas y el humo. Esto se debe a las condiciones de baja humedad, que generaron una sensación térmica de entre 42 a 46 grados centígrados, con un récord de 47,6 de sensación térmica el 4 de octubre, según el reporte de incendios de ORE.  “El bosque está triste, por eso no se ve animales”, aseguró Severiano Matenes, comunario y técnico zonal de la organización.