Para Marielos Peña Claros, científica boliviana, llegar al sitial que ahora ocupa en la academia es fruto de oportunidades, esfuerzo personal (quizá mayor que el que requiere un hombre) y una persona o mentor que identifique el potencial que uno tiene. Pareciera una fórmula fácil, pero es todo lo contrario. De hecho, aún con todo aquello, es muy difícil ser “profeta en su tierra”, como refiere la Biblia, porque tanto ella como otras grandes biólogas tuvieron que dejar el país para hacer aquello para lo que se formaron: investigación.
Marielos es hoy profesora titular en la Universidad de Wageningen, Holanda, Estudió Biología en Brasil, hizo su maestría en la Universidad de Gainesville (EE UU) y un doctorado en ecología de plantas, en la Universidad de Utrecht, Holanda. Su especialidad son los bosques tropicales, indaga cómo responden estos a disturbios humanos, cómo se puede acelerar su recuperación, y cómo lograr un manejo sostenible. Su labor se lleva a cabo mayormente en Bolivia, Brasil y México, por lo que es miembro del Panel Científico por la Amazonia, también del directorio del Instituto Boliviano de Investigación Forestal (IBIF), y del Consejo Académico de la Universidad de Wageningen.
La Región (LR) ¿Pero cómo se llega a ese sitial?
Marielos Peña (MP) Es una pregunta complicada. Son oportunidades que se le dan a uno en el camino y otras que una se las crea porque es buen estudiante, o porque es muy dedicada. Pero también se necesita que aparezcan oportunidades, ya sea a través de un mentor, de la organización donde uno trabaja o el Estado mismo. Si no hay ese apoyo adicional, en realidad, puede ser bien difícil.
(LR) ¿Y eso tiene que ver con el tema de género?, ¿hay más oportunidades para los varones?
(MP) Hay áreas científicas o ciertas ramas más dominadas por mujeres, pero en general las oportunidades para hacer ciencia en Bolivia son pocas. Si usted trabaja en una Universidad pública y quiere hacer ciencia, muchas veces ni siquiera le dan la carga horaria para hacer investigación. El trabajo del profesor es simplemente dar clases, preparar, corregir. Conozco un poco la Gabriel (René Moreno, de Santa Cruz) y La Paz (UMSA). Yo trabajo en Holanda, en una Universidad pública, donde se espera de mí que haga investigación, parte del enfoque de mi trabajo acá es hacer investigación, no solo dar clases.
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(LR) ¿Y es posible cambiar eso?
(MP) Tenemos una complicación en el sistema. El financiador (de proyectos de investigación) quiere trabajar con universidades públicas e investigadores de universidades públicas, pero los que quieren hacer investigación, prácticamente están como voluntarios haciendo investigación en las universidades públicas.
(LR) Quizá por eso es muy notoria la precariedad laboral en el ámbito de la ciencia en Bolivia
(MP) Creo que como país estamos perdiendo gente que en realidad está muy interesada en hacer investigación y se cansa. Porque al final uno quiere seguridad, uno tiene familia, quiere crecer o seguir adelante. Le diría a los jóvenes que, en todo caso, traten de salir, hacer una maestría, especializarse. Hay que ponerle un poco de empeño al inglés. Hablarlo hace una diferencia muy grande, porque mucho de la literatura y el conocimiento que hay viene en inglés.
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(LR) En su caso, ¿cómo fue el proceso?
(MP) Yo he sido una persona extremadamente afortunada. Estudié en Brasil. Cuando volví estuve trabajando de voluntaria un par de meses en la Fundación Amigos de la Naturaleza como asistente de proyectos. En eso vinieron unos ecólogos que iban a un área de la cual no se conocía mucho, hacían inventarios rápidos de mamíferos, aves y plantas, y se iban. Me invitaron a ir con ellos y uno vio que tenía ganas de aprender y capacidades que, tal vez, ni yo sabía que tenía. Me dijo, “¿por qué no te vienes a trabajar conmigo a Panamá por tres meses?”. Conseguí una beca y me fui a trabajar con él en una de las estaciones de campo más conocidas que hay en el mundo para biología tropical. Y eso para mí fue un abrir de ojos. Con eso quedó claro que tenía que irme a hacer una maestría. Trabajé muy duro para hablar inglés, porque tenía un trauma tenaz del colegio. Luego el jefe de mi maestría se fue a Indonesia, donde conoció al coordinador de un proyecto holandés que iba a ir a trabajar en la Amazonia boliviana con la misma especie que yo estaba haciendo mi maestría y me recomendó visitarlos. Entonces me fui a visitar a Riberalta a ver a estos holandeses y uno me dice: “Marielos, si conseguimos el financiamiento, ¿te interesa hacer un doctorado con nosotros? Por eso le digo que he sido una persona afortunada en cierto sentido, pero tampoco tengo que quitarle que en realidad he trabajado muy duro para hacer las cosas.
(LR) Quiero insistir con el tema de género, porque pienso que los esfuerzos o los resultados no serían los mismos
(MP) Sí, uno como mujer tiene que mostrar más de lo que un colega hombre tiene que hacerlo. Y a veces tiene que abrirse campo y ser tajante con algunas cosas. Por ejemplo, una vez con todos los forestales, muchas veces la única mujer, el jefe se refería a mí como “niña”, una manera coloquial de hablar en Santa Cruz, pero que según yo es fuera de lugar en un contexto de trabajo. Me lo había hecho una vez, la segunda le dije que prefiero que me llame por mi nombre o mi apellido con mi título y ahí se acabó la cosa.
(LR) ¿Y en la vida privada, la maternidad, por ejemplo?
(MP)Yo tengo pareja, él es biólogo y trabaja en la Universidad. También tengo una hija de 16 años, pero para mí era muy claro siempre que no podría ser una mamá a tiempo completo. Los niños quitan mucho tiempo, pero por otro lado te desenchufan del trabajo y eso para mí es importante. Ahora claro, comparando con otra situación en Bolivia, con mi esposo hacemos las cosas de la casa 50 y 50, él es holandés.
Sobre la maternidad, como mujeres tenemos que pensar y tomar una decisión consciente de si queremos ser mamás o no. Yo sabía que había muchas cosas que iba a tener que dejar de hacer, como ir al campo, que me encanta. Pero de repente hace poco tiempo me doy cuenta, en dos años ella irá a la universidad, y podré estar dos, tres semanas en el bosque. A veces la sociedad le da a uno roles como ser buena hija, casarse, tener hijos, pero hay que preguntarse: ¿yo quiero eso?
(LR) Con este panorama, ¿es viable hacer ciencia y quedarse en Bolivia?
(MP) Espero que haya un cambio, la esperanza es lo último que muere. Hay mucha gente buena boliviana afuera. Yo creo que tiene que haber un cambio no solo en las universidades públicas, sino también en las privadas. Creo que a nivel de Gobierno toca revalorizar la investigación.
Yo he tenido varias estudantes de doctorado bolivianas, formadas acá, he sido su asesora y han vuelto al pais. No ha sido fácil para ellas, pero ahora están ubicadas, trabajando en la Universidad, ONG o con consultarías. No creo que estén haciendo mucha investigación, pese a que tienen la capacidad y han sido formadas para ello. A veces pensaba que formando mucha gente que vuelva al país iba a poder lograr un cambio, ahora creo que el cambio tiene que ser más profundo. Tiene que haber voluntad a nivel de los diferentes niveles de gobierno, universidades, tal vez incluso cambiar parte del currículum de los colegios.
(LR) Entonces, a pesar de todo, sí vale la pena todo esto
(MP) Sí, yo creo que sí. En realidad, al final, si uno no trabaja en ciencia, si deja de hacer investigación, igual a uno le enseñan una manera diferente de pensar, de ser critica, de analizar, ser más racional y eso al final ayuda en cualquier trabajo que uno haga. Seguiría fomentando a las jóvenes que pregunten, por qué, por qué funciona así, buscar soluciones a problemas o desafíos que se plantean.
Marielos Peña Claros nació en Santa Cruz. Estudio biología en la Universidad de São Paulo, Brasil. Obtuvo su maestría en la Universidad de Florida, Gainesville, EEUU, y su doctorado en ecología de plantas en la Universidad de Utrecht, Holanda.
Actualmente es profesora titular en la Universidad de Wageningen, Holanda, en el grupo de Ecología y Manejo de Bosques. Marielos estudia como los bosques tropicales responde a disturbios humanos, como se puede acelerar su recuperación, y como se puede lograr un manejo sostenible del bosque. Su investigación se lleva a cabo mayormente en Bolivia, Brasil y México. Marielos es miembro de la Organización para la Mujer en la Ciencia para el Mundo en Desarrollo (OWSD por sus siglas en inglés), una organización internacional comprometida con la promoción del acceso de las mujeres a la ciencia y la tecnología, con el incremento de su participación en los procesos de toma de decisiones para el desarrollo de sus países y en la comunidad científica internacional.