Paraba barba azul, el tesoro de la fauna boliviana

Esta especie de guacamayo sufre por el tráfico ilegal de especies y la tala indiscriminada de los bosques donde habita.

Uno de los ejemplares de la paraba barba azul que fueron repatriados. / Foto: Gentileza Fundación CLB
Uno de los ejemplares de la paraba barba azul que fueron repatriados. / Foto: Gentileza Fundación CLB

Ara glaucogularis es un ave que se distingue por su característico cuello de plumaje azul. Su frente y corona presentan también un color azul verdoso, en tanto que su pecho y partes bajas de sus alas son anaranjados. Su pico tiene forma pronunciada de gancho y sus patas presentan dos dedos hacia delante y dos hacia atrás. En vuelo muestra una apariencia más bien delgada, al exhibir una cola larga.

Características: mide unos 85 centímetros y pesa entre 600 y 800 gramos. Su vocalización es suave con tono alto. Por lo general, vuela en pareja y en algunas ocasiones, en pequeños grupos de no más de seis individuos.

Hábitat y alimentación: habita en la sabana estacional inundada del departamento de Beni, en islas de bosque y también fue vista en bosques de ribera. Su presencia tiene relación con la disponibilidad de diferentes palmeras, en especial de la especie Attalea phalerata.

Reproducción: es un ave monógama por lo que se mantiene unida a una sola pareja de por vida. De noviembre a marzo nidifica en huecos de palmeras; la incubación dura entre 26 y 28 días por huevo y el joven permanece en el nido hasta 95 días después de la eclosión.

Estado de conservación: es una especie en peligro crítico de extinción, bajo el criterio de la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por su sigla en inglés), el Libro Rojo de Vertebrados de Bolivia y la BirdLife International. Se estima que su población declina debido al tráfico ilegal, sumado a la tala indiscriminada de los bosques donde habita.

Conservación: se aplicaron acciones de conservación en dos zonas de distribución del ave: al norte de Beni, por Santa Ana de Yacuma, y al sur, en el municipio de Loreto, cerca de Trinidad. En estos sitios trabajan tres organizaciones no gubernamentales: Asociación Civil Armonía, con dos reservas privadas naturales —Laney Rickman (sur) y Reserva Natural Barba Azul (norte)—; Fundación Conservación Loros de Bolivia (CLB), que apoya al área protegida Gran Mojos (sur), y Loro Parque Fundación (sur). Dos de ellas, hasta ahora, tuvieron éxito en la reproducción de pichones en nidos artificiales, siendo Armonía la pionera en la estrategia desde 2005. A esta le siguió CLB, tras la creación del área protegida, y Loro Parque, hace cuatro años, todavía sin resultados exitosos hasta 2023. También se trabaja en aviturismo, como es el caso de la Reserva Barba Azul; la concienciación en comunidades indígenas cercanas al hábitat, como hace CLB, e incluso la reducción del uso de plumas en bailes tradicionales, acción que promueve Loro Parque.

Fuente: Conservación Internacional y La Región