Yungueño crea máquina que convierte el aire en agua ante la crisis hídrica de La Paz

Erick Gamero desarrolló un artefacto que absorbe el aire y, mediante un proceso de condensación, es capaz de generar hasta 60 litros de agua por día.

La creciente escasez de agua enciende alarmas y parece encaminarse hacia una inminente crisis global. Esta preocupación desafió el ingenio de Erick Gamero, quien diseñó y puso en funcionamiento una máquina capaz de convertir el aire en agua.

Se trata de una tecnología aplicada a las características del clima de los Yungas de La Paz, una región que se caracterizaba por su alto número de lluvias, que de a poco mermaron hasta comprometer la provisión de agua en esa zona.

La región montañosa de los Yungas enfrenta una crisis sin precedentes. Los manantiales cayeron a su nivel más bajo en décadas, y hay ríos que casi desaparecieron debido a una convergencia de factores: el cambio climático, la deforestación y la actividad minera.

Agua que «brota» del aire

Gamero decidió implementar su idea en Tajma, localidad de Sud Yungas, donde la escasez de agua es muy notoria. Su interés por ayudar a quienes carecen de este recurso lo embarcó hace siete años en su primer proyecto, al que denominó «El árbol de agua».

Este «árbol» de siete metros de altura no era un organismo vivo, sino una máquina que captaba el aire para condensarlo hasta el punto de generar rocío y así obtener agua en estado líquido.

Gamero afirma que esa solución no sólo resultó viable para sus propósitos, sino que entregó una respuesta instantánea y respetuosa con el medioambiente a la hora de atender los problemas de provisión de agua en su comunidad.

Con esa experiencia, desarrolló la «Máquina de extracción de agua del aire», un instrumento que está a punto de patentar, y promete ser una alternativa para hacerle frente a la carestía del recurso.

A diferencia de la captación de niebla, esta máquina absorbe el aire y, mediante un proceso de condensación y solidificación, puede generar entre 50 y 60 litros de agua por día, en especial en entornos cálidos como el de los Yungas.

La máquina cumple un proceso de filtrado de las impurezas del aire, lo cual asegura un suministro seguro. Con el prototipo listo, ahora trabaja para adaptar el artefacto y así funcione con energía solar, de manera que pueda ser usado por las comunidades más vulnerables.

La fabricación de esta máquina demora unos tres días y una vez lista pesa 72 kilos. Su costo se sitúa entre los 6.000 y 6.800 bolivianos (menos de mil dólares al cambio oficial), pero su inventor trabaja para hacerla más asequible. Asegura que su vida útil es indefinida y cualquier inconveniente es solucionable, debido a que todos los componentes están disponibles en el mercado local.

Esquema del procedimiento utilizado para extraer agua del aire (Imagen A. Gutiérrez)

El agua es un recurso elemental para la vida que escasea en todo el planeta, donde apenas el 2,5% de los recursos hídricos corresponden a agua dulce. En este contexto, el cambio climático desencadenó un aumento de las temperaturas a escala global. Marcos Nordgren, integrante de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático, advierte que habrá una crisis global por este recurso en 2030.

El agua se escurre en los Yungas de La Paz

La innovación de Gamero llega en un contexto muy complicado para los Yungas paceños. A principios de noviembre de 2023, pobladores del municipio de Caranavi, Nor Yungas, a 150 kilómetros de la ciudad de La Paz, tomaron las calles para protestar por la falta de agua potable.

Los más de 70.000 habitantes de ese municipio denunciaron que reciben el recurso una o dos veces por semana. El alcalde Eustaquio Huiza dijo que el racionamiento se debe a la sequía que azota a la región y que provocó una baja en el caudal de las dos fuentes de abastecimiento. La sequía causa la pérdida de cultivos de café, palta y cítricos.

La crisis obliga a reflexionar sobre las causas de la escasez. La contaminación de los ríos por la actividad minera en el norte de La Paz se presenta como un problema que contribuye a la escasez de agua.

El Velo de la Novia, una caída natural de agua en el camino a los Yungas, hoy es sólo un recuerdo. La cascada desapareció hace años y en su lugar sólo quedan rocas.

En la comunidad de Tres Marías, Isaac Catacora recuerda con nostalgia la belleza natural que distinguía al lugar por el Velo de la Novia, un atractivo turístico que desapareció desde que se comenzaron a desviar las aguas subterráneas.

Catacora apunta a la cooperativa San Rafael, que en la zona del velo desvió el curso natural de una fuente de agua para impulsar trabajos de minería.

En el municipio de Palos Blancos, reconocido por su producción de cacao y frutas como el banano, papaya y sandía, el presidente del Concejo Municipal, Rubén Chambi, expresó su preocupación por las sequías e incendios forestales que impactaron en las fuentes de agua.

Afirma que hasta antes del desastre provocado por los incendios forestales, las vertientes locales producían un promedio de siete litros por segundo, pero ahora apenas logran verter tres litros.

Frente a este panorama, ¿es el «invento» de este ingeniero yungueño una posible solución? Por lo mostrado, parece que sí.