¿Qué hacer si me topo con una serpiente en casa?

El rescatista Luis Gálvez da algunas pautas para proceder cuando se dan encuentros entre fauna silvestre y el ser humano. Lo más importante es no perder la calma, advierte.

La expansión de la mancha urbana ha provocado el aumento de encuentros accidentales entre fauna silvestre y el ser humano. En Santa Cruz, en zonas como el Urubó (Porongo); o barrios alejados del Plan Tres Mil, o Los Lotes, se han dado varios casos en los últimos meses.

La señal de alerta para el biólogo Luis Gálvez se dio en los últimos meses. En todo el año pasado -dice- acudió al llamado de menos de diez casos de hallazgo de serpientes en zonas urbanas. Este año, ni bien terminó marzo ya había atendido más de diez hechos similares. Todos en la zona del Urubó, precisamente una de las que más ha crecido en los últimos años, merced a urbanizaciones, parques acuáticos, entre otros espacios de cemento.

“Hay especies que no tendrían que haber estado en la ciudad”, dice Gálvez.

Febrero pasado fue el mes con más número de rescates, ya que en un solo día recibió llamados por dos boyés y una culebra. Las dos primeras estaban en una misma zona, y la tercera, en otro condominio del Urubó. “Ellas buscan refugio, escombros y agua. Algunos de estos condominios tienen bosque y lagunas artificiales, que se asemejan a su hábitat, y eso hace que luego entren a las casas”, explica.

Este año, el caso de mayor riesgo fue el del una cascabel chonono (Crotalus durissus), una especie muy peligrosa. Pero el más extraño fue el de una culebra verde que, según expertos, no tendría por qué haber estado en una zona urbana. “Estaba entre unas macetas”.

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Lo que debe saber

Frente a estas situaciones, Gálvez da algunas recomendaciones clave.

  1. No perder la calma, la mayoría de estas especies son inofensivas, por lo que más bien se asustan ante la presencia del ser humano.
  • Tomar una foto, un video corto o ver características para describir al animal ayudan al rescatista a identificarla, y avisar de qué especie se trata; si es peligrosa, o si se debe tener algún otro cuidado.
  • En ningún caso es bueno acercarse, sino monitorear a una distancia prudente al animal hasta que llegue la persona que conoce de su manipulación.
  • En caso de que la serpiente se desplace, como suele suceder, fijarse en qué dirección se fue, para avisarle al rescatista.
  • Es un mito decir que, si se ve a una serpiente, está cerca su pareja o sus crías. “Más bien muchas especies son solitarias y territoriales”.
  • En caso de darse una mordedura, lo mejor es tomar una foto del ofidio, para que los expertos puedan identificarlo y aplicar el antiofídico correcto.
  • Las serpientes no atacan ni persiguen a las personas. En general, temen al ser humano.
  • Estos animales buscan escombros y lugares similares como refugio. Por tanto, mantener limpia la casa, ayudará a que ellas no busquen estos lugares.

Por qué es importante su conservación

Las serpientes (ofidios no venenosos) y las víboras (sí venenosas) son reguladoras de plagas, y alimento de aves y mamíferos. Por tanto, su conservación es vital para mantener el equilibrio de los ecosistemas.

“No las maten, antes de hacerlo, pueden comunicarse al 76848228 para que yo pueda ir lo más pronto posible, rescatarlas y traslocarlas (trasladarlas) a su hábitat”, exhorta Gálvez. Las zonas a las que suele llevarlas son aquellas donde hay curichis (lagunas naturales) o ríos permanentes, en Güendá, por ejemplo. “Yo mando las fotos a las personas una vez que las libero”, dice.

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