Buscan salvar al río Pilcomayo con una acción popular

Parlamentarios esperan una decisión para preservar el afluente afectado por la reducción hídrica y la contaminación. El pueblo weenhayek es el más afectado por la situación ambiental.

La escasez de pescado afecta al sector turístico gastronómico. / Foto Carla Ordoñez.
La escasez de pescado afecta al sector turístico gastronómico. / Foto Carla Ordoñez.

Una acción popular para lograr la restitución de derechos del río Pilcomayo busca salvaguardar su biodiversidad y medio ambiente. Tal medida legal fue interpuesta por parlamentarios como la senadora Nelly Gallo, quienes buscan —de alguna manera— no solo preservar el afluente afectado por la reducción hídrica y la contaminación, sino ayudar al pueblo Weenhayek, que se ha declarado en desastre para lograr ayuda humanitaria.

“En los últimos años se incrementó la actividad minera y los metales pesados que se vierten en el lecho del río afectan a la población que consume los elementos y alimentos del río”, denunció la asambleísta.

La audiencia prevista del 20 de octubre fue suspendida para el 26. Según la parlamentaria a razón de notificar a otros Ministerios como terceros interesados por parte del Estado.

Está acción también fue interpuesta por parlamentarios de Tarija, Chuquisaca y Potosí, quienes ven con preocupación lo que sucede con este río.

La legisladora incide en el cumplimiento de las normas ambientales parte de las cooperativas mineras, una mitigación de los efectos negativos causados. “Tenemos derecho a vivir en un medio ambiente sano, necesitamos que no solo se preserve, sino que se recupere. Se ve los efectos también en el caudal, pedimos que las empresas mineras puedan cesar sus actividades de contaminación”, agrega.

Por otro lado, lamentó el aumento de casos de cáncer y otras enfermedades en la región chaqueña. En cuanto a la seguridad alimentaria de los pueblos originarios afectados, añadió que además del Estado las empresas mineras también deben contribuir en la mitigación.

Una de las medidas del Gobierno Regional fue las tareas de dragado del Pilcomayo. En semanas pasadas desplazaron maquinaria hasta Marca Borrada, Santa Victoria Este, provincia de Salta (Argentina), frontera con Bolivia para el encauzamiento, que permita controlar los desbordes y aquellas  rutas migratorias de los peces.

Un camión cisterna recorre las orillas del río Pilcomayo / Foto: Carla Ordoñez.

Zozobra y desesperación

Por su parte, el capitán grande del pueblo weenhayek, Francisco Pérez Nazario, dice que además de ayuda, urgen proyectos alternativos de empleo, porque los más jóvenes están dejando su territorio.

“Los hermanos se están yendo, algunos a la suerte. Estamos pasando una situación muy crítica, no hay programas de las instituciones”, lamenta.

Tras la última asamblea, los weenhayek determinaron solicitar a las autoridades mayor atención a su problemática. “Hasta la fecha no hubo más ayuda, nos vamos a reunir nuevamente, estamos evaluando”, asegura el capitán.

A la emergencia por la crisis hidrológica del Pilcomayo, esta temporada la zona donde se concentran los comunarios indígenas sufre de desabastecimiento de agua para el consumo. La dotación en cisternas no logra cubrir a totalidad la demanda. “Agua potable no tenemos, estamos peregrinando, la gente lava y se baña en el rio cuando no hay”, indica.

Tal situación es preocupante, porque existen problemas de contaminación en sus territorios.

El líder hizo hincapié en la falta de transparencia de los recursos asignados en el POA (Plan Operativo Anual) tras solicitud de las capitanías. Una esperanza de empleo temporal es el PAIRE (Plan de Acción Inmediata de Reactivación Económica), a cargo del Gobierno Regional de Villa Montes, que asigna un numero de cupos para comunidades u organizaciones. Pretenden presentar al menos 70 carpetas de solicitudes.

Viabilizar una segunda entrega

El responsable de Gestión de Riesgos del Gobierno Municipal de Villa Montes, Horacio Cabrera, indicó que con la dotación del Viceministerio de Defensa Civil, se cumplió con la entrega de 11.5 kilos de arroz y un litro de aceite para cada familia. 

La instancia municipal contribuyó con una contraparte para cubrir los paquetes alimentarios faltantes. “Se enviaron dos mil paquetes alimentarios, utilizamos nuestros recursos para aumentar unos 1.300 más”, explicó. 

Pero los damnificados esperan una segunda entrega dada la situación que están viviendo. “Comunicamos vía oral, todavía no confirman, es un proceso que demora, no solo fue nuestro municipio que recibió ayuda, también parte de Yacuiba”, asegura Cabrera.

Cabañeros afectados

La escasez de pescado en Villa Montes golpea al sector turístico gastronómico. Los visitantes buscan en el menú el sábalo del Pilcomayo, que es el platillo bandera. Algunos restaurantes ofrecen otras opciones como el dorado, surubí, pacú y el sábalo argentino.Si se encuentra sabalito, es de tamaño pequeño y, en ocasiones, a costos no muy accesibles.

Tomás Rivero, propietario de una cabaña en zona del puente Ustárez, carretera a Tarija cuenta las dificultades que atraviesa el sector con la baja en ventas. “En la temporada de pesca de mayo a septiembre la gente viene por el sábalo y este año prácticamente no hubo, eso hace que las ventas bajen, afecta a las familias weenhayek, a los criollos y a todo el pueblo, es una cadena, el que pesca, el que revende, el que lleva al interior del país”, afirma. El pacú es el más elegido ante la ausencia del sábalo.

Entre las alternativas, está la cría de alevines de sábalo en cautiverio,  a través del centro experimental piscícola del Gobierno Regional de Villa Montes, instalado en la comunidad de Ibopeity con una contraparte del rubro interesado. Los emprendedores gastronómicos esperan contar la especie de sábalo sin la dependencia del río Pilcomayo. “Este año lograron sacar alevines, es una opción para poder abastecer a los restaurantes, se están realizando los estudios. Presentamos carpetas, una contraparte da el Estado y otra nos corresponde”, sostiene Rivero.

Don Tomás guió al equipo de prensa hasta un puesto de pesca en zona de El Pibe, en el kilómetro 9 en la ruta a Tarija. En tiempos pasados, de ese lugar se extraían grandes cantidades de sábalo, ahora se observa algunas personas lanzando el anzuelo en medio de una notable reducción de los niveles de agua. “Aquí pescaban varias asociaciones, uno lo ve al Pilcomayo y da mucha pena verlo con poca agua, nunca se lo vio así, es la naturaleza y ojalá cambie”, lamenta al apuntar hacia las piedras.

De acuerdo con datos del Sistema de Alerta Temprana del Pilcomayo, se registran bajos caudales en la estación de Villa Montes, de 0.52 a 0.46 metros en lo que va de octubre. La sequía es más prolongada el lado de Paraguay, según imágenes difundidas de medios del país vecino, un panorama desolador con mortandad de peces.