Laguna Suárez: cuatro actividades humanas amenazan un tesoro beniano

El cuerpo de agua está compuesto por al menos ocho millones de metros cúbicos del recurso que está en riesgo.

La Laguna Suárez, un espejo de agua que se extiende por 6,2 kilómetros cuadrados en las cercanías de la ciudad de Trinidad, Beni, está en riesgo por cuatro actividades humanas que deben ser controladas para impedir un daño irreversible al ecosistema de humedales de la zona.

El emplazamiento de balnearios, la construcción de hoteles y viviendas, además de los loteamientos y el cultivo de arroz a escala comercial fueron identificados por un estudio hidrológico y de estado de conservación realizado por un equipo multidisciplinario del Grupo de Trabajo para los Llanos de Moxos y de la Alcaldía de Trinidad.

“Durante las últimas cuatro décadas, el entorno de la Laguna Suárez y su área de drenaje han soportado una actividad antrópica (humana) creciente. En sus orillas han surgido balnearios y hoteles que atraen a numerosos turistas. Además, los loteamientos y la construcción de viviendas se han incrementado significativamente, así como el cultivo de arroz a escala comercial”, describe el trabajo.

La laguna está ubicada en la provincia Cercado; en promedio, acumula ocho millones de metros cúbicos de recurso hídrico y tiene una importancia considerable para los ámbitos ecológico, ambiental, paisajístico y recreacional de la región.

Los efectos de la actividad humana

Entre los efectos que estas actividades ocasionaron en la laguna está el cambio registrado en la cuenca de drenaje, que se debe al creciente uso de los suelos y la transformación de la cobertura vegetal.

La Laguna Suárez es uno de los atractivos turísticos emblemáticos del Beni.

En el periodo 2000-2020 la laguna nunca se secó, aunque de octubre a noviembre de 2019 los niveles de agua casi llegan a la profundidad crítica de 50 centímetros, cuando la profundidad media de la laguna es de 1,4 metros, precisa el estudio.

Como parte de la investigación, se identificaron rasgos de contaminación que van desde mayor salinidad en el fondo hasta contaminación fecal cerca de las orillas que dan a algunos balnearios.

“Se han identificado fuentes contaminantes cercanas a la laguna, algunas con impacto moderado, requiriendo medidas de control. Para el escenario probable de 2025 se proyecta un aumento en la salinidad y en el nivel de contaminantes, debido al crecimiento demográfico”, detalla el trabajo.

Además, se identificaron los impactos de las grandes inundaciones y la infraestructura vial en las áreas circundantes, así como el desarrollo urbano impulsado por el atractivo paisajístico de la laguna, como otras de las actividades de riesgo.

En adición a la contaminación, los cultivos comerciales y la construcción de inmuebles en la zona, el escenario más desfavorable para la laguna ocurriría en el caso de que se interrumpa el flujo de agua desde el área de drenaje hacia el cuerpo de agua de Suárez.

“Su dependencia de la precipitación y evaporación para su recarga podría generar condiciones hidrológicas más críticas”, indica el estudio del Grupo de Trabajo para los Llanos de Moxos.

Medidas necesarias

El estudio menciona la importancia de crear un organismo encargado de proteger no sólo la laguna, sino todo el ecosistema acuático del arroyo San Juan, del cual el cuerpo de agua de Cercado es parte.

“Resalta la ausencia de mecanismos institucionales efectivos para la gestión del agua en la Laguna Suárez. Si bien existe una normativa que establece la creación de un organismo encargado de la protección, ésta aún no se ha implementado de manera efectiva en la práctica”.

Por eso el trabajo sugiere la implementación de sistemas de tratamiento de aguas residuales, la promoción de prácticas sostenibles en el desarrollo urbano y la conservación, así como un monitoreo constante de la calidad del agua de la laguna y de los cuerpos de agua de sus alrededores.

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