Marisol Toledo, la primera cruceña que ingresa a la Academia Mundial de Ciencias, estudia la riqueza de la flora boliviana

Experta en botánica, etnobotácnica y ecología vegetal, la bióloga trabajó en proyectos, donde investigó las plantas utilizadas por los indígenas chiquitanos y guarayos, la composición y dinámica de los bosques bajo manejo forestal y participó de la catalogación de plantas de Bolivia más completa hasta el momento. En entrevista con La Región habla de sus nuevos retos, la falta de apoyo para investigar y qué necesita el país en cuanto a nuevos científicos.

Marisol Toledo es la tercera boliviana aceptada como miembro pleno de la Academia Mundial de Ciencias (TWAS, por sus siglas en inglés). / Foto: FCBC

“De niña —cuenta Marisol Toledo— mis padres me decían que estudie Contabilidad, que así iba a ganar dinero hasta de firmar (sonríe). Pero a mí no me llamaba la atención estar encerrada en una oficina, me gustaba viajar. Una de las razones por las que estudié Biología y hoy puedo decir que he recorrido el mundo gracias a mi profesión”.

Doctorada en Ecología forestal, una ciencia que estudia la dinámica de los bosques, Marisol Toledo es la tercera boliviana aceptada como miembro pleno de la Academia Mundial de Ciencias (TWAS, por sus siglas en inglés). Su nombre fue postulado por otras dos connacionales —Mónica Moraes (2020) y Ana Tarifa (2022)—, quienes ya forman parte de este selecto grupo de científicos.

Toledo ha participado en inventarios de biodiversidad enfocados en recursos vegetales, pero también en estudios poblacionales de especies forestales, y para conocer la estructura de los bosques, especialmente en tierras bajas.

“Cuando entré a la Universidad (Gabriel René Moreno, de Santa Cruz) no tenía idea qué tanto se podía trabajar con las plantas. Me llamó la atención aquello de que las personas, sobre todo los grupos indígenas, puedan utilizarlas. Un día, un indígena me dijo: fui a la ciudad y si no tenés dinero, no podés hacer nada. En cambio, en el campo, me voy al bosque y tengo alimento, tengo medicina, tengo madera, ese es mi supermercado. Eso me impresionó”, recuerda.

Marisol Toledo participó en el V Congreso Boliviano de Botánica. / Foto: Marisol Toledo

Hasta ahora, solo dos bolivianas habían formado parte de la TWAS: Moraes también especialista en Botánica, quien entre otros logros describió dos nuevas especies para Bolivia, y es una de las expertas en palmeras más prolíficas que tiene el país; y Tarifa, bioquímica farmacéutica, especialista en citogenética, dosimetría biológica, epidemiología de enfermedades genéticas y genética médica.

Ambas y ahora junto a Marisol, forman parte de un selecto grupo de expertos que, entre otros requisitos, ha forjado una carrera dentro de la investigación, con especialidad en determinada área. Esto ha permitido que sus nombres sean postulados por otros colegas y el comité las haya aceptado como miembros.

“La TWAS básicamente es una red internacional que está basada en Italia. Esta red favorece el intercambio entre científicos, afianzar capacidades locales y lograr reconocimientos. Por ejemplo, premios porque la TWAS lo que hace es también concentrar financiamiento a nivel internacional”, explica Moraes.

Una larga trayectoria

Oficialmente, Toledo será miembro de la organización desde el 1 de enero de 2024 Durante este tiempo, recibirá información y participará de una base de datos para conocer los alcances de la reciente aceptación.

En su currículum tiene más de 35 publicaciones científicas en revistas internacionales, junto a otros colegas, gracias a su participación en redes de investigación. También trabajó en instituciones como el Instituto Boliviano de Investigación Forestal y el Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado (Santa Cruz), en las cuales fue directora y realizó investigaciones de distinta índole.

Actualmente, es docente y jefe de los laboratorios de la carrera de Biología de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, pero no por ello ha dejado la investigación. En poco tiempo publicará un estudio respecto al estado del copaibo (árbol que brinda un aceite medicinal) en una comunidad chiquitana. “Estoy viendo que el fuego está afectando a la población de esta especie, porque encontré individuos (árboles) adultos gruesos y plantines, pero no árboles jóvenes. Eso significa que,si estos árboles viejos se mueren por una peste, se afecta gravemente a la especie, porque no hay quién reemplace”, adelanta.

Para la experta, realizar estos trabajos implica volver al campo, pero sobre todo, buscar recursos financieros y becas, porque la ayuda del Estado en temas de investigación es mínima. Ahora que será parte de la TWAS, espera acceder a otras oportunidades, para concretar el anhelo —por ejemplo— de catalogar la flora boliviana. Esto porque Bolivia es uno de los pocos países de la región que no tiene un inventario detallado de sus especies de plantas, como sucede en Brasil y Perú. También espera seguir haciendo investigación con sus estudiantes y transmitirles la importancia de publicar los resultados, porque así avanza la ciencia y se contribuye al país.

“Hemos avanzado en un catálogo de plantas vasculares, publicado en 2014. Éramos más de cien botánicos apoyando para hacer este libro, pero ya necesita una actualización. No tenemos apoyo económico, no tenemos una persona contratada y dedicada para el proyecto de la Flora de Bolivia. Vamos avanzando muy lento. No es que estamos en cero (en la catalogación). Este libro habla de que tenemos 15.345 especies (de plantas), pero sabemos que hay muchas más, porque se sigue descubriendo especies nuevas”, asegura.

Marisol Toledo es docente y jefe de los laboratorios de la carrera de Biología de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. / Foto: Marisol Toledo

Un aliento a las nuevas generaciones

Ana Tarifa, la bioquímica miembro de la TWAS que ingresó el año pasado, dice que el bajo número de miembros que tiene Bolivia, puede deberse a la falta de información sobre las oportunidades que surgen. Por ello motiva a los nuevos profesionales a hacer postgrados, en lo posible en una sola especialidad, y dominar el inglés, ya que es el idioma universal para publicar artículos científicos. Por lo demás, al ser un país en vías de desarrollo, se tiene prioridad respecto a otros, mucho más en el caso de mujeres científicas. En la lista de postulantes de Bolivia, actualmente hay dos varones, quienes esperan ser aceptados.

Entre tanto, la noticia de la aceptación motiva a Marisol Toledo a continuar con sus ideas de investigaciones. Le interesa, por ejemplo, saber más sobre los productos no maderables como la almendra chiquitana, el cacao, la castaña de Pando, el asaí y otras especies de importancia económica.

Por su experiencia, ve importante hacer proyectos de desarrollo, con componentes de investigación y educación, pero también plantear soluciones para conservar la riqueza natural del país.

“En Bolivia, lastimosamente o afortunadamente, tenemos tantos ecosistemas de transición, porque al estar en el corazón de Sudamérica, tenemos influencia de la Amazonia, Andes, Gran Chaco, Pantanal, el Cerrado. Entonces podemos tener muchas especies de plantas que no crecen en otro bosque (endémicas) y no las conocemos. Eso es algo que hay que estudiar”, finaliza.